Capítulo 6

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Después de que el tal Ethan me fastidiara la tarde, volví a la cola y le dije a Ryan que no me encontraba bien y que quería irme a casa. No tenía ya ganas de nada... estaba decaída y confundida. ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas extrañas a mí?

¿Acaso de verdad conoce a Ryan? ¿Amigo suyo tal vez? ¿O enemigo quizá? ¿A lo mejor sabe que es un mujeriego y que me va a ser infiel?

La verdad es que no me extrañaría porque Ryan es tan perfecto que tiene que tener algo malo... además de que es guapísimo y seguro que las tiene a montones detrás de él. Pero en los dos años desde que lo conozco nunca he oído que haya tenido rollos ni novias... y no voy a crucificarlo sin tener pruebas. Solo porque un extraño me diga tonterías.

****

El fin de semana salgo con mis amigos a merendar y a los recreativos. No le hablo a nadie sobre el loco del recinto ferial, no vale la pena. No sé por qué pero ni siquiera se lo cuento a Janice, a la que se lo suelo contar todo.

Al final Ryan y yo no pudimos hablar mucho sobre lo del baile y lo de salir juntos, pero hoy delante del grupo no voy a sacar el tema. Y aunque Janice lo sabe los demás todavía no.

— ¿Ya te encuentras bien? —Me pregunta Ryan cuando los otros están jugando o hablando entre ellos.

—Sí, lo siento. Se ve que algo me sentó mal.

— ¿No fue por mí, verdad?

— ¡No! ¡Qué va! —le digo haciendo aspavientos con las manos.

—Vale, bien. Me alegro de que estés mejor —dice él mirándome fijamente.

Su mirada me intimida, en el buen sentido. Me hace sentir vergonzosa y no sé si mantenerle la mirada o mirar hacia los lados. Al final hago las dos cosas intermitentemente.

—Cada día estás más preciosa Carly—. Mi corazón se acelera. Él hace una pausa mirándome a los ojos — Escucha, sé que todavía tenemos que hablar sobre nosotros pero a la vista está que nos gustamos, si te parece podíamos decírselo a todos, que estamos saliendo y eso para no tener que escondernos.

— ¡Carly! ¡Te toca! —grita Janice interrumpiendo nuestra conversación inconclusa. —Mejor más adelante —digo yo antes de ir a jugar. Después ya no pudimos hablar más y me sentí un poco mal por rechazar su propuesta pero me parece muy pronto y me daba vergüenza.

Pasa el fin de semana normalmente sin mucho más que destacar.

Llega el lunes y por la tarde estoy en casa y llega un paquete urgente para mi padre. Decido ir a verlo al trabajo para dárselo, ya que sale tarde de trabajar y de paso le hago una visita.

Mi padre es abogado y trabaja en un bufete de abogados situado en el centro de la ciudad.

Decido ir en bicicleta, así hago un poco de ejercicio y no gasto dinero en el autobús. Coloco el paquete en la cesta delantera de la bici y me encamino hacía allí.

Al llegar aparco la bici en la entrada y la ato a la farola con una cadena para que no me la roben.

Al entrar algunos compañeros de mi padre me saludan en el hall porque ya me conocen, incluso me preguntan qué tal estoy.

Después voy al ascensor y pulso el piso 12, que es donde está situada la oficina de mi padre.

Cuando voy a salir del ascensor veo a Ryan de espaldas caminando por el pasillo, qué raro... ¿Qué hace aquí? No sé por qué me inquieta y decido quedarme escondida detrás de una esquina y lo sigo sin que me vea. Me siento mal por acecharle, pero tengo curiosidad de ver a dónde va. Bueno mejor será que me acerque, le salude y le pregunte qué hace por aquí. Pero en eso que veo que se dirige a la oficina de mi padre.

FulgorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora