Capítulo 30

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Mi grupo y yo caminamos por nuestra zona asignada, mi hermana está conmigo pero mi madre está en otro grupo al igual que Ethan y sus amigos.

Vamos con precaución, mirando a nuestro alrededor y avanzando poco a poco.

De repente salen varios murciélagos aleteando de entre los árboles y nos dan un susto de muerte.

— ¿No habrán vampiros o algo así verdad? Porque ya no me extrañaría nada... —le digo a mi hermana que está a mi lado y se ha agarrado a mí del susto.

—Pues no creo... esperemos que no —dice ella recomponiéndose.

Seguimos buscando, pasamos varias criptas de gente que se nota que en vida tenían mucho dinero. Algunas son enormes y tienen diferentes estilos; algunas de estilo gótico, otras que parecen panteones romanos, otras muy recargadas, etc.

De pronto oímos una especie de disparo y vemos una bengala ascender por el cielo, observamos que ha sido lanzada desde el lado opuesto del cementerio desde donde nos encontramos nosotros.

— ¡Vamos, rápido! —ordeno al grupo.

Atravesamos todo el camino corriendo sin parar hasta que llegamos a la zona aproximada del disparo. Es una zona de césped extensa con árboles alrededor. Las tumbas que están en el suelo con losas comienzan a la izquierda y hay una zona muy grande y despejada. Es perfecto para una lucha.

Vemos al grupo de mi madre que nos están esperando a la entrada de lo que parece un pequeño bosque que se encuentra a la derecha del cementerio.

— ¿Dónde están? —le pregunto a mi madre.

—Nos han visto venir y se han escondido en el bosque —contesta ella. —Vamos a entrar.

— ¡Espera! ¿Y si es una trampa? ¿Y si el bosque está lleno de malvados? Deberíamos esperar al resto de grupos —sugiero yo.

— ¡Pero si no es así se van a escapar y tendremos que empezar de cero! —replica ella.

—Está bien, entremos. Todavía tenemos nuestra bengala por si necesitamos pedir ayuda. —concluyo yo.

Cuando estamos comenzando a movernos vemos varias bengalas ascendiendo por encima de los árboles.

— ¿Hay más grupos de Eurons? ¿Se han repartido también?—se pregunta mi madre.

—No sabemos cuántos hay, ¿Y si nos están rodeando?—conjeturo yo.

No sabemos qué hacer a continuación, estamos paralizadas.

Mi madre saca su móvil y llama a Ethan. Por suerte contesta al teléfono y además con rapidez.

—Ethan, tenemos que reunirnos todos. Llama a tus amigos que están con los otros grupos y diles que vengan a donde voy a lanzar la bengala ahora mismo.

....

—Aquí hay una zona despejada donde podremos luchar todos sin causar grandes destrozos.

....

— ¡Daos prisa!

Cuelgan y mi madre me mira.

—En dos minutos lanza la bengala. Tenemos que esperarles aquí.

— ¡Vale! —le respondo. Nunca he lanzado una bengala pero no creo que sea difícil.

Nuestros grupos se empiezan a impacientar, el nerviosismo se siente en el ambiente.

— ¡Guardar la compostura y estar preparados para lo que está por venir! —grita mi madre cual general del ejército.

Un par de minutos después lanzo la bengala. Esperemos que Ethan haya podido avisar al resto de grupos.

Pasan 5 minutos y nadie aparece, empezamos a preocuparnos pero cuando estamos perdiendo las esperanzas vemos aparecer a mucha gente, son ellos.

Veo a Ethan, voy corriendo hacia él y le abrazo.

— ¡Gracias a dios que estás bien! —le digo.

—No te separes de mí —decreta él. —Ya vienen.

Estamos ya reunidos todos los grupos, nos posicionamos en el centro del gran espacio y creamos una especie de círculo para cubrir todos los flancos.

De pronto vemos cómo aparecen de entre los árboles y de todos los lugares alrededor de nosotros muchas personas, malvados. Nos están rodeando.

Hay cientos de ellos, nosotros somos en total unos 480. Es difícil contar cuántos de ellos hay pero parece que nos igualan en número o incluso nos superan.

Ninguno de nosotros sabe tácticas de combate ni llevar un ejército pero mi madre es muy inteligente y se encarga de trazar rápidamente un plan y ordenar lo que tiene que hacer cada uno. Ethan también se encarga de organizarlos.

—Vamos a crear entre varios una gran barrera rodeándonos y dejaremos una abertura para que vayan entrando pequeños grupos y podamos ir deshaciéndonos de ellos —grita mi madre. Los que están lejos para oírla son informados a través del boca a boca, los que están cerca corren la voz a los más alejados.

—Si veis alguna cosa amenazante que pueda atraparnos aquí dentro, disipar la barrera rápidamente. —sugiere Ethan.

—Bien, empecemos —dice mi madre.

Me quedo sorprendida al ver a todos los que están en primera fila alrededor del círculo creando una inmensa barrera traslúcida.

A continuación mi madre se acerca y crea un arco del tamaño de una puerta de un centro comercial en la barrera.

En seguida vemos a los malvados rompiendo el círculo con el que nos rodeaban y vienen corriendo hacia nosotros.

Alcanzan el arco y comienzan a entrar por la apertura, nos dispersamos a modo de semicírculo para poder lanzar magias pero con cuidado, ya que podríamos herir a alguno de los nuestros.

La hermana de Ethan, Yarely, de pronto crea un gran tronco en el suelo para que se puedan subir por las líneas de detrás y atacar con arcos, armas de fuego y magia.

Me alegro al ver que, antes de llegar a nosotros las primeras líneas de enemigos, ya están muertos en el suelo. Aunque me espanta ver sus cuerpos sin vida, desmembrados, calcinados y el césped cubierto de sangre.

Siguen entrando más y de pronto la barrera comienza a desquebrajarse para después desaparecer.

No sabemos qué ha pasado pero a los pocos segundos se corre la voz de que por el otro lado un grupo de malvados ha conseguido romperla y disiparla.

Comienza la verdadera batalla y el caos en toda su plenitud.



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