Capítulo 25

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Veo que el grupo enemigo va a atacar.

Doy una señal a mi grupo para que entremos y nos posicionamos rápidamente al lado de Ethan y los demás.

Los enemigos se quedan parados y de pronto salen corriendo hacia el lado opuesto, hacia las cristaleras, las rompen con sus cuerpos y escapan rápidamente por el jardín.

Les seguimos corriendo y vemos como saltan el muro que valla los alrededores a una velocidad impresionante.

Decidimos no seguirles, hay que asegurar el hotel primero.

No me gusta dirigirle la palabra a Ethan pero no puedo dejar de contarle lo de su hermana. Él sale corriendo a buscarla.

Un rato después ya no quedan enemigos en el hotel, nos juntamos todos en la sala de actos y hacemos una reunión.

— ¿Cómo han podido entrar? —pregunta Ethan a todos en general.

—No lo sé, habíamos puesto barreras por todas partes...—dice un hombre de mediana edad con una barba muy tupida.

— ¿Y por qué atacarnos con tan pocas personas? —dice mi madre en alto.

—No lo entiendo...—dice Ethan —No han conseguido nada, no ha muerto ninguno de los nuestros, por suerte.

Estamos recapitulando información cuando de repente suena el teléfono de Ethan.

Yo estoy cerca de él y observo sus ojos abrirse como los de un búho al escuchar lo que sea que le están diciendo por la línea.

— ¿Cómo? Vamos para allá —dice Ethan a la persona del teléfono sin más.

Ethan nos mira impactado y afectado.

—Sí que han conseguido algo... Han liberado a sus presos de guerra. A la hija del líder y a todos los demás. Todo ha sido una trampa para que quedara poca gente en el otro edificio y poder sacarlos de allí. Además ahora los malvados que han escapado de aquí pueden contarles cuántos hombres tenemos, lo cual es malo porque contábamos con el factor sorpresa de la cantidad de personas, ahora que lo saben si ellos son menos van a buscar a más para poder hacernos frente seguro.

— ¿Asalie y Ryan han escapado? —digo yo sabiendo ya la respuesta.

Ethan asiente.

—Sí, han escapado todos y han matado a algunos guardias aliados.

Hay una pausa.

—Por cierto —digo yo reanudando la conversación. — ¿Por qué nos llamasteis para pedirnos ayuda si eran pocos y vosotros muchos?

—Nosotros no os hemos llamado... ¿Alguno de vosotros les ha llamado?—pregunta Ethan a toda la sala.

Nadie asiente.

—Creo que tenéis un topo en el hotel —conjetura mi madre. — Algún espía infiltrado llamó desde aquí.

La sala se llena de desconfianza y ceños fruncidos, todos se miran los unos a los otros como si pudieran adivinar quién es el traidor.

—Pues entre tantas personas va a ser difícil averiguar quién es... —Añade Ethan preocupado.

Finalmente se dispersa la reunión.

Nos quedamos Ethan, su mujer, los amigos de Ethan, mi madre, mi hermana y yo en la sala y llegamos a la conclusión de que a partir de ahora haremos las reuniones privadas, sólo nosotros.

Al resto de personas les informaremos de nuestras decisiones y les daremos órdenes a seguir.

Después voy a ver a Yarely, la hermana de Ethan, que está en su habitación descansando aunque ya está casi recuperada de sus heridas.

Llamo a su puerta con varios golpes y al poco la abro y asomo mi cabeza.

— ¿Se puede? —pregunto buscándola en la habitación.

—Adelante —responde ella desde la cama donde se encuentra tumbada.

Paso dentro de la habitación, cierro la puerta y me acerco.

— ¿Qué tal te encuentras? —le pregunto.

—Ahora bien, gracias por venir a verme. Puedes estar tranquila, los que me atacaron terminaron peor seguro.

—Tienes que tener cuidado, tú eres muy importante para tu hermano...—le digo yo arrepintiéndome al instante de nombrarle.

—Hablando de él...—dice ella.

— ¡No! No quiero hablar de ese tema —le interrumpo yo.

—Bueno, lo entiendo y te voy a respetar sólo te diré que él no quiso que pasara eso, y que te quiere mucho a ti.

—Lo sé pero eso no cambia nada. La cuestión es que se ha casado y no podremos estar juntos. Fin de la historia.

Yarely se queda triste y en silencio.

—No quería ser tan brusca contigo, mira no te preocupes por mí, lo superaré. —Le digo aunque por dentro tenga ganas de llorar y pienso que nunca podré superarlo. Pero supongo que es lo que todo el mundo piensa después de una ruptura y luego todos con el tiempo rehacen su vida. Además ni siquiera ha sido ruptura porque apenas estábamos empezando algo.

En cualquier caso ahora tengo otras cosas más importantes con las que mantenerme ocupada.

Después de hablar un poco más con Yarely y desearle que se mejore del todo, salgo de la habitación.

Apenas doy varios pasos por el pasillo y me cruzo con Ethan. ¡Qué mala suerte!

Cruzamos nuestras miradas, bajo la cabeza y sigo caminando como si nada.

—Carly... —Susurra él. Sigo caminando y él me sigue. — ¿Vas a seguir ignorándome?

—Sólo dame un tiempo para que pueda olvidarte ¿vale? Te deseo que te vaya bien en tu matrimonio.

Él me mira serio, suspira y se queda en silencio. Después mira hacia abajo con tristeza y finalmente deja que me marche sin replicar nada más.

Vuelvo al otro edificio y me pongo a entrenar con muchas ganas. Demasiadas.

Tantas que luchando cuerpo a cuerpo dejo a mi compañero de prácticas hecho polvo.

Practicando magias ofensivas también se me va la mano, tengo tanta rabia dentro de mí que calcino a mis objetivos, los cuales son sacos rellenos y maderas con forma de personas que también terminan destrozados.

Uno de los del grupo de mi madre sabe bastante sobre magia oscura, ya que su mujer también tenía sangre del inframundo, aunque ellos no tuvieron descendencia. Hablo con él y me enseña a invocar criaturas que me ayudarán a luchar aunque sólo por un tiempo limitado, es un poco raro, parece que sigan mis órdenes a través de mis pensamientos.

Lo primero que aparece al realizar este hechizo de invocación es una especie de dragón de color rojizo y diminuto pero que pese a su tamaño es muy poderoso, lanza extensas llamaradas.

La segunda vez aparece un gran lobo negro con ojos rojos que desgarra a todos los falsos objetivos que le mando atacar y lo hace con una velocidad y una fuerza impresionantes.

Me apasiona este nuevo hechizo pero después de varias veces me deja sin fuerzas. Noto mi cuerpo débil y con mucha hambre así que como algo y me voy a la cama a descansar aunque el día ha sido productivo y me siento orgullosa de mí misma.



>Lobo negro con ojos rojos (invocado por Carly) en multimedia<

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