El amor a veces duele. (ADAPTADA)

Capitulo 86

El amor a veces duele.
Capitulo 86.



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Luego de amamantar a Jared, le di unas leves y suaves palmaditas sobre su espalda para que haga provecho. Luego de eructar, se quedó dormido. Lo recosté sobre su cuna color beige con detalles celestes, y luego lo acurruqué entre las finas sabanas de seda con pequeños dibujos de Winnie pooh. Di un corto beso sobre su mejilla. Prendí el walkie-talkie por si llora, con Justin estábamos por cenar mientras mirábamos películas en la sala.

—¿Se ha dormido?— preguntó él mientras ojeaba un par de películas.
—Sí, es un ángel— sonreí —¿Pediste la pizza?
—Sí, ya debe estar por llegar... Mmm, ¿Que película quieres ver?— preguntó mientras me pasaba tres CD's.
—Está se ve buena— dije pasandole una de terror "Actividad paranormal 4".
—Buena elección— se digirió al DVD a poner la película.

Escuché el timbre sonar. Me levante del sillón y caminé hasta la puerta.

—Hola, buenas noches— dijo el chico castaño —Son $25.
—Aquí tienes— dije entregándole el dinero y tomé la caja de pizza.

Cerré la puerta con llave y me dirigí a la sala. Deje la pizza sobre la mesa ratona, fui hasta la cocina en busca de dos vasos y servilletas. Las coloqué sobre la mesa junto a las pizzas. Me sente junto con Justin en los sillones y había comenzado la película.

—Que estúpida, olvide la Coca cola— dije parándome del sillón.
—Amor, siéntate... Iré yo— dijo él y me senté sobre el cómodo sillón otra vez. Le di pausa a la película.
Al rato volvió Justin con la coca sobre sus manos, sirvió en ambos vasos y se volvió a sentar a mi lado.

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Ya había terminado la película y habíamos limpiado la sala. Luego de fijarnos que tal dormía Jared, decidimos dormir.
Al día siguiente, sonó mi despertador... Siempre tengo la mala costumbre de no desprogramarlo. Me levante con mucha flojera, me cepille los dientes y me dí un relajante baño. Cuando estaba por terminar de peinarme, escuché el llanto de mi hijo. Deje el peine sobre el tocador y salí en busca de mi bebé.

—Ven aquí, mi amor— dije tomando a Jared —¿Tienes hambre, verdad?— bese su mejilla, mientras me sentaba en el sillón color beige que se encontraba en la habitación y sacaba mi pecho para alimentar a mi niño.

Luego le hice unas leves palmaditas sobre su espalda haciéndole provecho. La doctora me recomendó hacerle siempre eso, dice que los bebés mientras toman del pecho pueden tragar aire y hace sentirlos molestos, por eso al eructar es como un bienestar para ellos.
Saqué un pañal de la pañalera y de su armario una muda de ropita para cambiarlo. Todavía no puedo bañarlo, no hasta que se le caiga el cordón umbilical.
Luego de cambiarlo, baje con él en brazos hasta la cocina, lo deje sobre su cochecito mientras yo hacía el desayuno. Miraba a Jared cada tanto, es un ángel.
Terminé de preparar la mesa y por último deje las tostadas sobre la mesa junto a los dos cafés que había preparado. Fui al refrigerador en busca de la mantequilla y la nutella y los coloqué en la mesa. Agarré el cochecito de Jared y lo trasladé al comedor.

Escuché pasos desde la escalera y Justin apareció en el comedor con cara de dormido. Reí ante eso.

—¿De qué ríes?— preguntó el fregándose los ojos y largaba un bostezo.
—Eres un dormilón, Bieber— reí.
—Oh claro, hablo la que se levanta tempranito— bromeó y se acercó a la mesa —Buenos días, amor— dio un corto beso sobre mis labios y luego se dirigió a Jared —¿Y tú que miras?— dijo haciendo voz aguda. Me daba risa cuando hacía eso —Papá es sexy ¿Verdad?— rodé los ojos divertida, no puede decirle esas cosas a mi bebé... Tenía que ser Justin —¿Quieres upa?— decía extendiéndole sus brazos.
—Justin apenas tiene semanas de vida ¿Crees que te dirá "Si papi, quiero estar a upa"?— dije mientras reía.
—Cállate tú— dijo gracioso —Es una conversación de padre e hijo— me guiñó un ojo.
—Bien... Te quedas sin desayunar— bromeé yo.
—No jodas con la comida, amor. Con la comida no— dijo él sentándose.
—Ajá, me se tu punto débil— le guiñe el ojo.
—Mi otro punto débil eres tú— dijo mientras mordía una tostada.
—Lastima que tú no el mío— sonreí.
—Ya veremos, ya veremos— rió.
—Mejor cállate y come— besé su mejilla.