El amor a veces duele.
Capítulo 100.
Último capítulo.«5 años después»
Marzo, 1.
Retiré el pastel del horno y lo posé sobre la encimera para que logre enfriarse un poco. Luego de la nevera saqué el dulce de leche, y la crema chantilly para rellenarla, los dejé en la encimera a un lado del pastel. Retiré el paquete de chocolate derretido del agua baño maría y con cuidado y sin ensuciar lo puse junto con los otros ingredientes.
Corté el biscochuelo al medio, para luego rellenarlo con el delicioso dulce leche y la crema. Uní las dos partes nuevamente y lo bañé en chocolate. Sólo faltaba decorarlo, ¿Y que algo más rico que confites rellenos de chocolate? sí, eso era fundamental para mis pasteles. Los busqué en el frasco donde los había guardado anteriormente pero no se encontraban allí. Sólo una personita se me ha venido a la cabeza al no ver los confites en su lugar.—¡Jared!— grité suavemente, para luego ver la silueta de mi hijo entrar a la cocina.
—¿Qué mami?— me preguntó con la boca manchada de chocolate. Mis sospechas eran ciertas.
—¿Tú me robaste los confites del pastel?— le pregunté mientras lo miraba.
—No mami, juro que yo no fui— dijo haciendo gestos. —Pero vi a papá robándoselos mami, yo no fui— dijo excusándose, y me dieron ganas de reír como culpó a Justin por eso.
—¿Papá se los ha robado?— pregunté mientras fruncía el ceño. Mi hijo asintió. —¿Y porqué tienes chocolate por toda la boca?— lo miré y el se quedó quieto, sabía que lo había pillado. —Ajá, te atrapé pequeñín— reí. —Estás loco por esos confites, hijo— negué con la cabeza. —Tráeme los que han sobrado, así decoro el pastel— le pedí amablemente mientras depositaba un beso sobre su cabello. Él hizo puntitas de pie para darme un beso sobre mi mejilla, lleno de amor, así como los que me gustan a mí. El amor de mi hijo no lo cambio por nada.
Jared se retiró de la cocina para luego volver con dichos confites, que la mitad del paquete ya no estaba. Volví a negar con la cabeza, mi niño es todo un travieso. Un travieso de cinco años.
—Mami, ¿Puedo ayudarte?— preguntó con su voz aguda.
—Claro que si, mi amor— sonreí. —Ven— lo senté en una de las sillas de la encimera. Y luego el me ayudó a colocar cada confite en el pastel. Se había ensuciado todas las manos con chocolate. Al terminar, llevé el pastel a la nevera y luego lavé las manos de mi hijo junto con las mías.
(...)—A la cuenta de tres, cantamos juntos— le susurré a mi hijo, mientras entrábamos al cuarto mío y de Justin, donde mi esposo estaba durmiendo plácidamente. Tenía el pastel en manos con dos velas prendidas con el número '24'. —1, 2, 3— susurré y comenzamos a cantar.
—Que los cumplas, feliz. Que los cumplas feliz, que los cumplas 'Mi papi'— resaltó Jared y yo reí. —Que los cumplas feliz. —Terminamos de cantar y Justin despertó poco a poco y una sonrisa se poso en sus labios al vernos a ambos. —¡Papi, papi, despierta ya!— le pidió Jared desesperado. Reí ante eso, es demasiado hiperactivo.
—Jared, hijo tranquilo— hablé entre risas. Justin se unió a ellas.
—Mhm, que bien se ve ese pastel— sonrió. —Que lindos que son. Ha comenzado el mejor cumpleaños de mi vida, junto a los amores de mi vida— dijo él y sonreí.
—Sopla las velas, mi amor. ¿O no quieres cumplir más años? lo entenderé estás algo viejo ya— bromeé.
—_____ ¿Me llamaste viejo?— preguntó con el ceño fruncido. Yo asentí divertida. —¿A mí?— volvió a preguntar.
—No, al anciano de la esquina... Oh no para, te confundí con él, es que ya están casi iguales, los dos unos ancianos— reí. Él negó con la cabeza, divertido.
—Sigues siendo igual de mala que siempre, mi cruella de vil— comentó él.
—Pero esta villana te ama tanto— dije y deposité un beso en sus labios.
—No más que yo, cielo— canturreó divertido y con una voz estúpida, cosa que hizo que Jared, riera.
—¡Papi, ya no tardes y sopla la velita! quiero comer el pastel que preparamos con mami para ti— dijo él y acto seguido, Justin sopló las velas. Con Jared aplaudimos, mientras él le daba un gran abrazo cariñoso a su papá. Son muy pegados. Y Jared suele hacer todo lo que Justin hace y dice.
—Ven aquí tu también— dijo mi querido esposo para unirme en su lindo abrazo. —O querré decir, ustedes también, porque mi pequeña bebé que yace aquí dentro también me desea un feliz cumpleaños ¿No, hija?— dijo él mientras besaba mi barriga de siete meses. Así es, estoy en cinta, de una bella niña.
—Pero papi, yo te quiero más que esa cosa que esta ahí dentro— dijo Jared llamando la atención de su papá, mientras apuntaba mi barriga. Y les presento al señor celos. No se imaginan cuan celoso está de su hermana que aún no ha nacido.
—Jad, cariño, "Esa cosa" que llamas tú, es tu hermanita— le reprendió Justin.
—Bien— bajó la mirada y luego volvió a mirar a Justin a los ojos. —Pero tú me quieres más a mí ¿Cierto, papi?
—Hijo, los quiero a los dos por igual, ambos son mis hijos. No tienes que estar celoso de tu hermana, recuerda que tu eres el mayor y debes cuidarla de todo ¿No es cierto?— le preguntó él.
—Me convertiré en el hombre araña y la cuidaré de todos, lo prometo— dijo él y reí.
—Bueno— palmeé mis manos. —Si quieren comer pastel, ¡Arriba! vamos todos al comedor.
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El amor a veces duele. (ADAPTADA)
FanfictionEsta novela no es mía. La escritora se llama Rocio. Decidí adaptarla ya que es una novela que marco parte de mis inicios en la lectura. Les garantizo que se enamoraran de ella.