El amor a veces duele.
Capítulo 97.
Últimos capítulos.—¡____, levántate!— gritó una voz detrás de la puerta de mi habitación que no logré reconocer ¿Pero que mierda? miré al costado de mi cama, donde se supone que se encuentra Justin, pero no, él no estaba allí. —¡____!— ahora fue mi madre quien había gritado. ¡No, no, no! no quiero levantarme aún.
—¿Qué hora es?— grité.
—Las 10 de la mañana, hija. Te hemos dejado dormir más tiempo del que deberías ¡Arriba!
—Por favor, mamá. Estoy muy cansada— dije mientras tapaba mi cabeza con la almohada.
—Oh claro que no, lo siento cariño— ella entró a mi habitación y me destapó entera. Bufé ante eso, ella solo sonrió y me ordenó a que valla al tocador. —Y no tardes... Tenemos que estar en la peluquería 10:30 a.m, tienes solo media hora para demorarte.
—A veces no entiendo como te pones tan pesada, mamá— rodeé los ojos. En serio tenía mucho sueño. —Y por cierto, ¿Dónde está mi hijo?
—Jared está con su abuelo, en casa.
—¿Y Justin?— volví a preguntar.
—¿Pues que crees, hija? el esta en casa también, preparándose igual que tú.
—Ay dios esto es tan frustrante— me adentré en el baño.
—¿A caso no estás feliz por tu boda, hija?— escuché la voz de mi madre. ¿Pero que pregunta más estúpida está haciendo?
—No madre, es que tú sabes, no me gusta para nada que me despierten, eso me pone de los pelos— renegué.
—Bien, entonces solo apúrate, tenemos un día muy largo, amor— escuché como abandonaba mi habitación.
Me miré al espejo y sonreí.
—Hoy será mi boda— hablé conmigo misma. Y volví a sonreír tontamente. Es que, esto es demasiado, casarme con Justin, es algo que siempre soñé.Me di un relajante baño y luego salí. Al secarme, me coloqué mi ropa interior, luego una remera algo ajustada color beige, un jeans negro y mis preciadas y viejas vans.
Peine mi cabello en una coleta de costado.—Hija, baja ya— gritó mi madre. Rodeé los ojos y baje a puras penas. Extraño a mi bebé.
—¿Mamá no puedo ver a Jared ni siquiera por cinco minutos?— pregunté mientras me sentaba en una de las sillas frente a la mesa.
—Cariño, no. Tenemos muchas cosas que hacer, hoy. Jared se quedará con tu padre, Jeremy, tu tío Robbie, Justin, y los amigos de Justin— habló.
—¿Con todos ellos? ¿Porque se juntaron todos?— enarqué una ceja.
—Ellos ayudarán a Justin, hija— dijo mi madre.
—Así como nosotras te ayudaremos a ti— habló Annie, sonreí al instante al verla aparecer junto a Elizabeth.
—Aquí esta tu desayuno querida prima— apareció Daniela junto con mi tía Jess. Ella puso delante mío un vaso de jugo con una ensalada de frutas. Fruncí el ceño ¿Este era mi desayuno?
—¿Comeré solo esto?— pregunté incrédula. Así es, con la comida no me pueden joder, soy muy apetitosa de muy buen comer.
—Debes comer liviano— dijo mi tía Jess.Se escuchó el sonido del timbre, mi madre fue a atender mientras yo desayunada mi super desayuno, notase mi sarcasmo.
La voz de Pattie inundó mis oídos. Sonreí al verla, ella era la que faltaba aquí. Traía de la mano a Jazzy.—Hola, cariño. ¿Cómo amaneciste?— preguntó mi dulce suegra mientras me abrazaba.
—Con gritos de una señora loca, pero estoy bien— bromeé.
—¡Hija!— chilló mi madre. Todas rieron.
—Hola pequeña— sonreí y besé la mejilla de mi hermosa cuñadita.
—Tú y Justin a partir de hoy estarán juntos por siempre ¿Verdad?— preguntó ella tímida y soltó una risita. Yo reí.
—Claro que si, a partir de hoy estaremos por siempre juntos— ella sonrió. —¿Y Jaxón?
—Él esta en tu otra casa, con mi papi, tu papi, Justin y todos los amiguitos de él— dijo ella entrando en una confusión.
—¿Y Jared? te has olvidado del pequeñín, hija— habló Pattie.
—¡Oh si! y Jared también, ¿Sabes qué?— preguntó ella.
—¿Qué?— pregunté sonriente.
—Justin me dejó cargar a Jared un pequeño rato, no pesa nada de nada— dijo ella tierna. Yo sonreí.
—¿Se portó bien?
—Jared siempre se porta bien, aunque a veces llora mucho— dijo ella haciendo voz triste.
—Es normal que llore, mi amor— dije yo.
—¡Bien! andando a la peluquería— habló mi madre.
—¿Quien viene conmigo a la peluquería?— pregunté sonriente.
—Irás conmigo, tú madre y tu tía Jess— habló Pattie.
—¿Y las chicas?— las miré. —¿Porqué no me acompañan malditas perras?— pregunté levantando una ceja. Ellas rieron.
—Tranquila, Honey. Nosotras también debemos prepararnos, sabes— habló Danie.
—Eso es, así que, suerte con todo, te veremos en el salón de fiestas— me abrazó Elizabeth.
—Apuesto a que estarás hermosa— dijo Annie y luego me abrazó. Más bien me asfixió.(...)
—¿El peinado lo quieres, recogido o suelto?— preguntó la estilista.
—No lo sé— dije alarmada. —Yo no se nada de esas cosas— miré a la chica.
—Tranquila— rió ella. —Es depende de como sea el vestido. ¿Me lo podrías describir?— preguntó amablemente. Oh no, yo no soy buena para eso.
—Yo lo haré por ti, hija— habló mi madre. Y la amé por eso.
Luego de describir mi lindo vestido a la perfección, la chica comenzó con mi peinado. Decidió por hacerlo recogido con una trenza cosida de costado.
—¿Puede ponerle estos broches en el peinado?—preguntó mi madre, mostrandole tres pequeños broches en forma de flor, muy elegantes y finos.
—¿De donde los haz conseguido, mamá?— dije mientras tomaba uno. Eran muy hermosos.
—Eran de tú abuela, ella me los dio para que los use en mi boda, y yo quiero verlos en ti también hija— sonrió.
—Son preciosos— sonreí.
—Y encajarán a la perfección— habló la estilista, mientras unía los broches con mi peinado. —Necesitabas algo viejo, es algo fundamental en las bodas— volvió a decir.
Dio un par de toques más a mi peinado y listo, lo había terminado.
—Bien, ahora el maquillaje. Vengan por aquí— dijo ella mientras Pattie me tendía su mano para encaminarnos a un salón de belleza.
—Aquí te dejo en manos de Emma, ella sabe muy bien como manejar esto— dijo sonriente para luego despedirse e irse a atender a otras chicas o eso me suponía.
—El peinado es muy hermoso— habló aquella chica, Emma. Le sonreí ante su comentario —Bien, ¿___, cierto?— preguntó y asentí. —Siéntate por aquí y déjame que yo haga lo que tanto me gusta. Quedarás bellisima— y accedí a su orden. Para que luego ella haga su trabajo.
Después de unos minutos ella ya había acabado con el maquillaje.
—Te maquille al estilo natural. Dicen que la mujer más bella es la más natural, entonces no quise pasarme de maquillaje, resalte solo las partes bellas del rostro. Mírate— dijo mientras me ponía frente al espejo.
Una ____ diferente apareció frente a él, el peinado es hermoso.
—¿Te gusta?— preguntó Emma.
—Claro que si, han echo un gran trabajo— sonreí.
Con mamá, Pattie y mi tía Jess, subimos al auto y regresamos a mi casa.
Eran las doce en punto del medio día, estaba demasiado nerviosa, la hora de estar en el altar se acercaba.
—¡Hora de ponerse el vestido!— habló mi tía Jess con emoción. Pattie sacó el vestido de mi armario donde lo había colgado cuidadosamente hoy.
—Te ayudaremos a ponértelo— dijo Pattie sonriente.Y luego de un pequeño rato colocándomelo, sin arruinarlo y cuidadosamente, me coloqué los zapatos. Me paré frente al gran espejo de mi habitación y no creía lo que veía frente a mis ojos.
—Estas preciosa— sonrió Pattie. Le devolví el gesto. —Estoy muy orgullosa de que tu seas quien se casará con mi hijo, ____. Eres una mujer encantadora— dijo ella y me acerqué a abrazarla.
—Lo veo y no lo creo— mi mamá nos interrumpió. La miramos y tenía lagrimas en sus ojos, con Pattie reímos. —Estás hermosa ¿Cuándo haz crecido tanto cariño?— preguntó con un hilo de voz. —¡Ven aquí!— tendió sus brazos y fui hacía ella formando un delicado abrazo.
—Creo que ya estoy lista— suspiré mientras me separaba de mi madre.
—A ver, vamos a tomar nota— dijo mi madre. —Algo viejo, los broches que te dí, eso ya lo tienes. Algo nuevo, el vestido de novia. Algo azul... ¿Te has puesto tu ropa interior de color azul, no?— me preguntó mi madre y asentí. —Genial, entonces solo faltaría algo prestado, pero no sé que podrá ser— dijo dudosa.
—Yo tengo algo que quiero prestarte para tu boda, ___— dijo Pattie sonriente. Y de su cartera sacó un estuche color rojo —Toma, ábrelo— me pidió mientras me entregaba aquel pequeño estuche. Lo abrí sin dudar dejando a la vista un hermoso collar, algo antiguo pero demasiado lindo.
—Es hermoso, Pattie— sonreí.
—Era de mi madre, ella me lo obsequió para mi cumpleaños, dice que tiene un significado muy especial para mi familia, no me preguntes cual es, porque sinceramente ni yo lo sé— rió. Yo hice lo mismo. Le pedí a mi suegra que me ayudé a ponérmelo y asintió gustosa a eso.
—Gracias— volví a sonreír —Ahora sí, creo que ya estoy lista— reí nerviosa.
—Tú padre espera afuera con el auto, mi niña— mi madre deposito un beso sobre mi frente. —Nosotras nos vamos rápidamente a prepararnos, tendremos que hacer tiempo récord. Dile a tú padre que haga algo de tiempo— rió y se fue junto con Pattie y mi tía Jess, dejándome sola en mi habitación.Suspiré. Giré mi cabeza hacía la mesita de luz de mi habitación, tomé el cuadro que contenía una foto mía con Justin, era una foto de hace 2 años. Sonreí como tonta, ¿Quién diría que hoy me casaría con aquel chico? estoy tan enamorada de él, y de todas sus pequeñas cosas. Hasta de sus defectos, que lo hacen perfectamente imperfecto. Lo amo tal cual es. Es mi tipo de chico favorito. Y mío, solo mío.
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El amor a veces duele. (ADAPTADA)
FanfictionEsta novela no es mía. La escritora se llama Rocio. Decidí adaptarla ya que es una novela que marco parte de mis inicios en la lectura. Les garantizo que se enamoraran de ella.