La chica sin recuerdos

PRÓLOGO

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Comencé a tener cada vez más frío y notaba algo húmedo debajo de mí. Me removí un poco en el suelo, apenas podía moverme. Abrí los ojos lentamente, era de noche, solo pude distinguir una luna llena preciosa y enorme y… ¿el mar? ¿Qué hacía ahí? ¿Cómo había llegado? ¿Qué había pasado? ¿Por qué no recordaba nada? Estaba asustada, no sabía dónde estaba y no podía moverme. Intenté incorporarme y todo comenzó a girar hasta que volví a caer al suelo.

 Cada vez tenía más frío y estaba más mojada, supuse que debía estar en la orilla muy cerca del mar ya que notaba agua a ratos, debían ser las olas que me alcanzaban… Comencé a gritar por si había alguien “¡Hola!, ¿Hay alguien? ¿Puede alguien ayudarme?”. Una y otra vez hasta que me cansé. Comencé a sollozar en mitad de la noche, en mitad de ¿la nada? Posiblemente moriría allí, sola, sin saber donde estaba y ya ni sabía quién era. Cerré los ojos y me dejé llevar por el agua, me parecía que cada vez estaba más dentro del mar. ¿Sería así mi final?

De repente comencé a escuchar un chapoteo, me pareció que venía de atrás y una voz algo lejana y confusa “Hey, ¿estás bien? Venga, reacciona, despierta, dime que estás viva, por favor, despierta.” Intente abrir los ojos, vi una imagen borrosa, intenté enfocar la mirada, pero fue inútil. “No te preocupes, te llevaré a un lugar seguro, descansa”, escuché. Estaba demasiado cansada, demasiado agotada, demasiado asustada y a la vez aliviada, alguien me había encontrado. Cerré los ojos algo más tranquila y dejé que ese extraño me llevará a un lugar el que estuviera a salvo.