Capítulo 20

91 8 0
                                    

-          Qué… ¿Qué has recordado? – Le miré extrañada, cerré los ojos intentando recordar lo que había visto.

-          Ya nos habíamos besado antes… - Dije separándome de él, sin saber que pensar de eso. Sin saber que había pasado, estaba más confundida que nunca. -  ¿Le engañé?

-          ¡NO! Yo… - agachó la mirada – a lo primero él hablaba mucho de ti… me acabé enamorando sin siquiera conocerte… un día te confesé mis sentimientos… y te besé a la fuerza – vi lágrimas queriendo salir de sus ojos – él nos vio…

-          … Y me dejó… - dije sin podérmelo creer. Había terminado con la persona que quería por su culpa, y yo me sentía atraída hacía él… me preguntaba si antes de perder la memoria me gustaba. Cerré los puños reprimiendo mis ganas de darle un puñetazo. - ¡Vete!

-          ¿Y tú? ¿Qué harás?

-          ¡Qué te largues! ¡Déjame sola! ¡Lárgate! ¡No quiero verte! ¡Desaparece!

Vi como recogía sus cosas y marchaba con la cabeza gacha, mirando a la nada. Me senté en el sofá y comencé a sollozar. Me acurruqué como una niña pequeña y así me dormí. Varias horas después me desperté con los ojos hinchados y un dolor de cabeza terrible. Me levanté tambaleándome y me dirigí al despacho, no quería que recordara… no quería que supiera que había terminado con la persona que amaba por culpa suya… quería aprovecharse de mí… Me senté en la silla y cogí el álbum. Era un chico rubio, con los ojos azules verdosos. Era fuerte y se notaban sus músculos incluso a través de la ropa. En uno de los márgenes se podía leer: “Con Gary, recién llegados a la isla”. Así que él se llama Gary… Dejé el álbum en la caja y comencé a mirar papeles que había en la caja. Eran facturas… facturas de Gary, eran de joyas, de ropa, de restaurantes… no podía recordar si yo tenía aquellas cosas o si había ido con él a esos restaurantes… Dejé esos papeles y empecé a mirar los que había desperdigados por el escritorio. Pagos de billetes de avión… supuse que trabajaba fuera, después empecé a ver papeles de habitaciones de hoteles. Pero no hoteles cualquiera… hoteles de amor… hoteles por horas. ¿Yo habría pisado un sitio así? Seguí rebuscando y vi un envío de un ramo de flores a una mujer, que claro está no era yo. De nuevo me empezaron a venir imágenes, mareos, dolor de cabeza y volví a sentir que caía. Pero esta vez no había nadie para recogerme. Escuché un golpe seco, y después… nada.

-          Ponerla en la camilla, con cuidado… cogerla por la cabeza… con cuidado… a la de tres. – Escuchaba voces lejanas, entonces noté que me cogían… intenté abrir los ojos. Vi una imagen borrosa que poco a poco se iba aclarando. Vi a Jason apoyado en la pared, tenía cara de preocupación… de culpa.

Vi como me llevaban a una ambulancia, Jason entró conmigo. Me pareció escuchar que había tenido un mal golpe en la cabeza. Veía como Jason movía los labios, pero no conseguía oír lo que me decía. Me vino un cansancio muy grande, cerré los ojos para descansar y entonces vi como Jason cogía de mi mano, llorando, entonces le oí.

-          No te vayas… por favor, quédate aquí, conmigo… puedes odiarme, pero por favor, no te mueras… 

La chica sin recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora