Capítulo 21

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Cerré los ojos pese a su llanto, no pensaba morirme, no antes al menos de disculparme con él. Él no quería que supiera la verdad… Entre las imágenes que vi, vi a Gary marcharse después que viera como Jason me besaba, yo sabía que Gary sabía que yo no me había dejado besar. Lo cierto es que Jason me atraía, pero quería mucho a Gary y no quería dejarle, no pensaba hacerlo. Entonces cuando me besó me aparté de él y le abofeteé. Después me largué de ahí lo más pronto que pude. Al girarme le vi, tenía una sonrisa en la cara, pero de repente cambió, vino hacia nosotros corriendo y gritando. Me puso verde, me dijo que le había engañado, que se sentía defraudado. Jason intentó explicarle que había sido él, pero él no quiso oír nada. Simplemente se marchó. Yo no intenté explicarme, vi su cara antes de venir haciéndose el enfadado. Sin decir nada le seguí, silenciosamente, vi como entraba en casa y salía con una maleta. Se dirigió al puerto, allí le esperaba un barco… dentro del barco había una mujer a la que abrazó y besó efusivamente, aquella mujer… sí, la conocía, era una chica de su grupo de amigos, había quedado varias veces con ellos, no podía creer que no me hubiera dado cuenta antes. ¡Qué idiota! Me acerqué y escuché como le decía que no había tenido que hacer nada. Que había visto como me besaba un amigo suyo, y que era la excusa perfecta para dejarme, y que encima yo me sentiría culpable, así que no les molestaría.

Salí de allí corriendo y llorando, sí, era cierto, me sentía mal porque otro me había besado y él en cambio… a saber cuánto tiempo llevaba engañándome con aquella… aunque según había visto en las facturas, seguramente de regalos que le hizo, hacía más de un año. Jason me miró, asustado, me pidió disculpas una y otra vez, me dijo que intentaría hablar con él, que él no quería hacerme daño. No dije nada, simplemente entre sollozos le abracé. Él dudó, pero acabó respondiendo mi abrazo. Le conté lo que había visto, y me disculpe por abofetearle. Me dijo que se lo merecía y nos despedimos. Después de unos días, en los que había estado recogiendo sus cosas recibí una llamada. Era él, me dijo que tenía algo importante de lo que hablar.

Habíamos quedado en el puerto, en el lugar dónde se había largado con aquella pelandrusca.

-          Escucha… lo he estado pensando y te perdono. Te quiero demasiado como para dejarte porque besaras a otro… - Vino a mí, con los brazos abiertos, esperando que fuera a abrazarle.

-          Gracias – contesté fríamente, vi su cara de sorpresa – pero yo no te perdono que llevaras más de un año engañándome con a saber cuántas… Si pensabas volver, deberías haberte llevado las muestras de tu infidelidad del piso. Y más aún, no traértela aquí. – Hice ademán de irme, pero me lo impidió.

-          No, tú no te vas de aquí, guarra. Debes estar contenta ¿verdad? Seguro que te has quedado con Jason, tiene mucha pasta, ¿cierto? Pero no te preocupes, yo me voy a encargar de que no puedas satisfacerle. – Entonces todo pasó muy rápido, me vi tirada en el suelo, me arrancó los pantalones mientras me sujetaba fuertemente y me violó. Esos brazos que habían sido mi protección me estaban haciendo el mayor daño que nunca jamás nadie me podría hacer. Después de eso, no recordaba nada más. 

La chica sin recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora