Capítulo 3

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Me tumbé en la cama mirando de nuevo al ventanal y sin darme cuenta me quedé dormida. Después de un rato, no sé cuanto fue, me despertó el olor a comida. Aproveché para intentar levantarme e investigar un poco la casa hasta que llegara a la cocina. Primero, no sin esfuerzo, me senté y retiré la sábana y la colcha hacia mis pies. Después, lentamente saqué las piernas de la cama y las dejé colgando por el lateral derecho de la cama. Lentamente me fui estirando hasta tener los pies apoyados en el suelo y apoyándome en la pared me fui levantando poco a poco hasta que me quedé de pie. Estaba muy contenta, lo había logrado. Ahora era el momento de intentar andar, arrastré un pie hacia adelante, hasta aquí bien, pero luego, al intentarlo con el otro caí, haciendo un tremendo ruido que supuse se escucharía por toda la casa. Acerté, en unos segundos vi entrar corriendo por la puerta a Jason, con el delantal puesto y todavía la paleta en la mano.

-          ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? Espera que te ayudo. – Dijo dejando la paleta en la mini-cocina de la habitación y viniendo hacía a mí para ayudarme a levantarme.

-          Lo siento, yo solo quería levantarme…

-          ¿Y por qué no me has llamado? Ya has escuchado al doctor, no debes sobre esforzarte.

-          Pero es que no quería molestar, y pensé que podría ir sola hacia el sofá, perdona.

-          Tranquila, ven aquí – me cogió por el brazo y me levantó – ¿entonces quieres ir al sofá?

-          Bueno, no, realmente solo quería salir de la cama.

-          Entonces qué te parece si te ayudo a ir hacía la cocina, así haces los ejercicios de hoy y aprovechas a comer – dijo de nuevo con su característica sonrisa.

-          Claro, gracias.

Puse mi brazo sobre sus hombros y él me cogió de la cintura para que no me cayera. Después de 5 minutos llegamos a la cocina, que en realidad estaba a 1, solo esperaba que no se le hubiera quemado la comida en ese rato, encima que me intentaba ayudar yo no hacía más que estorbarle más… me ayudó a sentarme en una de las sillas.

La chica sin recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora