Capítulo 12

97 9 0
                                    

-          Por él… Nosotros éramos muy buenos amigos, casi como hermanos… Me había venido a visitar muchas veces y le gustó la isla, así que vinisteis juntos, fue entonces cuando nos conocimos.

-          ¿Por qué hablas en pasado? ¿Murió? – Comencé a pensar que me “había dejado” forzosamente. Eso me aterraba, ¿y si era la única persona que me quedaba?

-          No, no, no. Es que… bueno, nos peleamos.

-          ¿Por eso se marchó de la isla? Entonces, ¿por qué no me fui yo?

-          No se marchó por eso de la isla… al menos, no exactamente. – Le miré sin comprender – No puedo explicarte mucho más, no todavía… lo siento.

-          Está bien…

Me fui a mi habitación e intente poner mis ideas en orden. Yo tenía novio, me dejó y se marchó de la isla… también se marchó por algo que pasó con Jason… aunque no sabía qué exactamente. En ese momento caí en que había vivido allí, tenía que tener un lugar dónde vivir, ¡allí seguro que había fotografías o cosas que me recordaran algo! Salí todo lo deprisa que pude hacía el comedor, a ver si Jason estaba allí. No estaba… busqué por toda la parte de abajo, y no lo encontré por ningún lado. Comenzaba a preocuparme… Hasta ahora, siempre que se había marchado me había informado… ¿le habría pasado algo?

-          ¡Jason! – no hubo respuesta - ¡¡JASON!! –chillé todo lo fuerte que pude, pero de nuevo nadie respondió. Entonces recordé el teléfono que Sophie me había dejado. Marqué y esperé que lo cogiera.

-          ¿Susana?

-          Sí, soy yo, ¿dónde estás?

-          He ido a comprar unas cosas… ¿Pasa algo?

-          No, nada… solo que salí a buscarte y no estabas, y me había preocupado. – Escuché como reía, como si estuviera satisfecho por algo.

-          Gracias por preocuparte por mí, pero es que me pareció que estabas durmiendo y no quería despertarte, no pensaba tardar. ¿Querías algo? ¿Por qué me saliste a buscar?

-          Oh, es que he pensado que si vivía aquí, tenía que tener un piso o una casa…

-          Sí… la tienes…

-          ¿Dónde está? Quiero ir a echar un vistazo, a ver si veo algo que me recuerde alguna cosa… Tal vez tuviera un diario, o algo… no sé.

-          Está bien… este fin de semana iremos.

-          ¡Gracias! – Colgué contenta, por fin podría saber algo más de mí. Algo que me diera alguna pista de que había pasado. 

La chica sin recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora