- Tío, si que te has dado prisa, verás yo quería… ¡Ey!¿Qué haces? – Imaginé que era Jason. Acerté, escuché un ruido de llaves, la puerta se abrió y me vio allí, sentada en el suelo, temblando y llorando como una niña pequeña, asustada…
- Shhhh, tranquila, estoy aquí, no te va a hacer nada… ¿Por qué no me has llamado? – Me abrazó fuertemente y yo le respondí el abrazó. En unos segundos consiguió calmarme.
- Lo siento… -intenté sonreír – no sabía lo que hacía, mi cuerpo reaccionó solo…
- No te preocupes… No te ha hecho nada, ¿verdad?
- No, solo me ha abierto la puerta y cerrado en las narices – Gary estaba detrás de Jay, no me había dado cuenta que había entrado en la casa y se me escapó un grito ahogado.
- Tranquila… no te quiere hacer nada, me ha llamado él, porque me ha dicho que posiblemente estarías asustada. No sabía que estabas aquí, ha venido a verme a mí… - Asentí con la cabeza. Él se giró hacia Gary - Y bien, ¿Qué querías? – Se notaba toda la hostilidad del mundo en su voz y sus ojos estaban llenos de rabia.
- Yo… - Titubeaba – Quería… bueno… En primer lugar, ya que estás aquí – se dirigió a mí – quería pedirte disculpas, yo… - suspiró – Se que es inexcusable, pero de veras, no quería hacerte daño, me dejé llevar por la rabia. Ella… Dawn, a los pocos días me dejó y quería recuperarte, me di cuenta de lo idiota que fui, pero ver que estabas bien sin mí… me sacó de mis casillas… Lo siento… - Agachó la mirada.
- Está bien… no te preocupes, no te lo tengo en cuenta, pero por favor… no vuelvas a aparecer por aquí. Encontrarás a alguien, seguro, eres buena persona… Pero por favor, no me atormentes más… - Se me quebró la voz.
- Sí, tienes razón, ya me marcho… Jay… ¿puedes acompañarme a la puerta? – Jay me miró.
- Ve – me abrazó y aproveché para decirle al oído – si piensa desaparecer, no seas duro con él, si no fuera por él no nos hubiéramos conocido… - Vi como sonreía.
- Eres increíble… Ahora vuelvo. – Y se marcharon a la puerta y me dejaron allí sola. Ya no temblaba y había dejado de llorar. Así que me levanté y me fui a lavarme la cara. Un rato después apareció Jay por la puerta del baño.
ESTÁS LEYENDO
La chica sin recuerdos
Lãng mạn¿Cómo te sentirías si de repente despertaras en la arena sin recordar nada? Ésto le paso a la protagonista de este relato.