Sentada en el baúl blanco,entre cartas y peluches, las hojas hacen presión.
Cuento: doscientas.Quiero detenerme, de verdad, pero cada vez que pienso que ya lo he dicho todo,
mis sentimientos se visten de palabras nuevas.
Juegan con metáforas,
el clima les susurra otras.Es melancólico saber que hay cartas que jamás leerás.
Las buenas, las cargadas de amor y deseo, se quedan aquí,
porque en ese entonces no fui valiente.
Las malas... algunas también están.Mi comida favorita sigue siendo la pizza, la hucha me la quedé.
Conocer Italia sola no es tan malo, ¿verdad?
Otra promesa que no cumpliste.Perfumarme antes de dormir sigue siendo una manía.
Tomo más agua, dejé los refrescos.La adicción a tu boca la cambié:
mastico chiles sin parar.No volví a comer empanadas de queso,
nunca me pasaste la receta.
Pero aún como el pan con queso.
Te haría la seña de cómo agrego el orégano,
pero esto es una carta.Tomo café todos los días,
me da energía para no llamarte.
Compro panela, miel y jengibre;
lo bebo cuando la garganta me raspa.Escucho rap. Intento cantarlo.
Me quedo sin aire.
Luis Miguel sigue siendo lo mío, jaja.Han pasado 105 días, 3 meses con 13 días, 2526 horas desde la última vez que te vi.
Llevo limpia de ti 104.
Lo acepto, a veces peco y te beso dormida.No volví a comer papitas.
Perdieron el sabor.Duermo de costado, como siempre,
pero ahora abrazo una almohada,
no tu espalda.78 días desde tu última llamada perdida.
Me odié por no escucharte.
¿Qué querías?Últimamente he pensado que mi pelo a capas se ve fatal.
He llorado mucho, pero menos desde que no estoy contigo.
Hablo con Dios, casi siempre, aquí la costumbre de agradecer por los alimentos sigue.
No me refiero a eso, más bien de esas conversaciones en mi cama, cuando tú intentas corromper mi mente, oh Dios mío libreme de él, eso digo .A veces entro a esa plataforma que me enseñaste.
Escucho música, veo videos,
pero esos desconocidos no son tú.
Así que me salgo.
Irrumpen mi soledad, y resulta molesto.¿La pulsera donde grabé "sol" por fin decidiste tirarla?
Supongo que también la que llevaba mi inicial.
Guardé las entradas del cine, tus cartas.
Duele intentar deshacerme de ellas.Sigo durmiéndome después de comer, con Los Simpson de fondo.
Falta tu risa.Intenté ir de compras sola,
pero los pasillos me asfixiaron.
El de seguridad ya no es tan guapo,
y si imagino un bebé en el carrito,
me largo a llorar.Me maquillo igual.
El colorete jamás es suficiente.Voy a la iglesia.
Hay algo en su ambiente que me hace sentir segura.
Observo más, hablo menos.Cuando cocino milanesas,
me pregunto si las extrañas.
Yo tampoco te di la receta,
pero aquí la tienes:
huevo, ajo, perejil, limón, sal, comino y mostaza.Tu corte en la ceja te hace ver feo.
Ahora yo misma me coloco las zapatillas,
pero los cordones siguen sueltos.Las pastillas las tomo a horario.
La vitamina C tampoco la olvido.
Dejo agua en mi mesita.
Ya no tienes que traérmela.¿Eres feliz?
¿O sientes que el mundo es aplastante?
Espero que alguien te pregunte cómo te tratan,
que te defienda de los idiotas.Cuando lloras,
¿hay manos y una boca para secarte?¿La madrugada es cruel?
Shhhh...
No le prestes atención.
Todo estará bien.
Estaremos bien.¿Sigues comiendo a las seis de la tarde?
¿O ya eres responsable?
¿Te ríes con tristeza cuando te peinas?
Quizá te agachas inconscientemente.No como tanto helado.
Al soltarnos, abandoné mi heladería favorita.Mis planes de irme siguen en pie.
Tengo la esperanza de dejarte aquí.
Después de todo, España no siempre me comprende.Sigo hablando de mi país.
Ya sabes, celeste y blanco,
colores tatuados en el alma.A propósito,
¿aún conservas la camiseta?
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Por si me lees
PoetryEscribir es una forma de sobrevivir al amor, al desamor, a los recuerdos, a ti. A todo lo que queda cuando alguien se va. Por si me lees, no es solo un poemario; es la constante de todo aquello que fuimos o que pudimos ser. Es un mimo a los corazone...