Amor

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Amor,

El sol baña mi ventanal de manera dulce,
como si quisiera acariciarle
y contarle un secreto.

El viejo limonero de mi madre ha crecido,
y veo sus frutos;
el viento me ayuda a olerlos.

Pensarte es casi normal,
aunque con menos frecuencia
de lo que me gustaría admitir.

Esto es una despedida,
aunque te he escrito muchas,
deseo que esta sea la última.

Aquí te dejo mi intento de poesía,
mis manojos de cartas
y mi eterna despedida.

Porque te amé en todos los idiomas del amor,
e incluso me inventé otros.

Me gustaría que, al leerme esta vez,
no llores demasiado.
Deseo que tu corazón se acelere por última vez,
como cuando recién me descubrías.

Me gustaría estar mientras lees estas palabras
e ir besando tus gotitas de sal.
Imagíname así...

Amor,

Cuando ya no haya nuevos poemas
ni versos que hablen de nosotros,
y entonces me releas,

acaricia mis letras lentamente,
sin dañarlas,
así como lo hacías con mi cuerpo.

Pequeño mío,

Cuando la palabra amor ya no me quede más,
cuando sepas el número exacto de mis pestañas
y por fin dejes de acomodarlas.

Cuando mis ojitos enamorados sean comunes
y tú vuelvas a ser lo que eras antes de mí.
Cuando mi adjetivo se lo regales a un olor nuevo,
sabré que es tiempo de dejarnos ir.

Y como vivo en el presagio,
quiero decirte esto
porque ahora soy el dilema en cuestión.

Cuando no sientas vergüenza de tu cuerpo,
ni escondas tus lunares.
Cuando dejes de usar capas en verano
y por fin te ames.

Cuando sonrías de verdad
y en la comida no haya silencio.
Cuando tus cejas dejen de arquearse
y tus ojitos sean cristalinos,
sabrás que creciste.

Cuando cada parte de tu cuerpo
no encaje a la perfección con el mío,
puede que sea señal de que ya me olvidaste.

Cuando alguien más ame
las asperezas de tu mano
y tu quejido al deleitarte.
Cuando el filo de tus caderas la lastime
y ella te acepte.

Cuando mi semblante
deje de ser la carta que más leas.
Cuando ya no te percates
de que al discutir me acomodo el cabello.

Entonces, mi amor,
cuando ya no quede rastro de mí en ti,
cuando mi cabeza ya no repose en tu pecho
y mi nombre sea llevado por las olas,
entonces, y solo entonces,
habremos sido pasado.




















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