(27)
KIARA
El viento cortaba como cuchillos afilados, llevándose consigo las últimas huellas de lo que alguna vez fue real. El eco de lo sucedido aún resonaba en mis oídos, como si todo estuviera fuera de foco, como si el mundo entero estuviera distorsionado. No podía dejar de pensar en Jake. El vacío donde había estado, y ahora, lo que Athan y Lena decían: "Las sombras se están moviendo".
La oscuridad parecía arrollarlo todo, y por un momento, sentí que el aire se hacía más denso a mi alrededor, como si las sombras quisieran tragarnos. ¿Qué era todo esto? ¿Qué estaba pasando con Jake? Y lo más importante: ¿por qué yo estaba siendo arrastrada hacia este caos?
Athan y Lena me miraban en silencio, sus rostros tan serios como el mío. Era claro que ambos sentían que algo mucho más grande estaba sucediendo, algo fuera de nuestro control.
—Vamos, tenemos que movernos —dijo Athan finalmente, su voz firme pero cargada de ansiedad.
Lena asintió, pero se acercó a mí y, por un instante, me sostuvo la mano.
—Lo que está ocurriendo aquí no es algo que podamos entender con facilidad, Kiara —dijo, su mirada llena de pesar. —Pero tenemos que seguir adelante. Ya no hay vuelta atrás.
Mi corazón latía rápido en mi pecho. Lo sabía. No podía quedarme ahí, atrapada en la oscuridad, mirando cómo el vacío devoraba todo. Necesitaba respuestas. Y lo que Lena había dicho sobre las sombras... todo eso me inquietaba profundamente.
Sin más palabras, comenzamos a caminar por las calles solitarias. El sonido de nuestros pasos resonaba en la noche, y cada paso que daba sentía como si estuviéramos cruzando una línea invisible que nos alejaba aún más de la realidad. Las luces de la ciudad parpadeaban lejos, pero por aquí no había vida, solo ecos de lo que había sido. El frío calaba hasta los huesos, y cada sombra parecía moverse con vida propia.
Athan se adelantó, su figura alargada por la tenue luz de una farola, mientras Lena y yo lo seguíamos. El ambiente era tenso, como si estuviéramos rodeados de algo invisible, algo que nos acechaba sin que lo viéramos. De repente, Lena se detuvo en seco.
—¿Escuchaste eso? —susurró, su rostro tenso.
Me quedé en silencio, prestando atención al entorno. No había nada, solo el sonido del viento. Pero había algo en el aire que no encajaba. Era un susurro lejano, una especie de crujido, como si algo se estuviera moviendo entre las sombras.
Athan frunció el ceño, y antes de que pudiera decir algo, una figura apareció en el extremo de la calle, saliendo de la oscuridad. Mis piernas se tensaron, mi respiración se aceleró, pero cuando la figura dio un paso más hacia nosotros, pude distinguirla: era una mujer, con una capa oscura que cubría su rostro, solo una línea roja atravesaba la tela, como si marcara su destino.
—¿Quién es ella? —susurré, pero Lena ya estaba más alerta que nunca.
La mujer no dijo nada. Solo se quedó allí, observándonos, como si esperara que diéramos el siguiente paso.
Athan tomó una respiración profunda, como si estuviera evaluando la situación.
—Es una de ellos —dijo finalmente, su voz grave, como si hubiera reconocido algo en la figura. —No tiene sentido acercarnos, pero no podemos ignorarla.
La figura se movió lentamente hacia nosotros, y pude sentir el aire volverse más denso, más frío. Una presión extraña se instaló en mi pecho, como si el tiempo se hubiera detenido.
—¿Qué quiere? —preguntó Lena, su tono lleno de desconfianza.
La mujer, sin decir una palabra, levantó una mano, y una corriente de energía oscura comenzó a emanar de sus dedos. La luz a su alrededor pareció desvanecerse, y una sensación de malestar invadió el aire.

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Rosas y Espinas © (Completa✔️)
Science FictionUn movimiento ideológico dio rienda suelta al caos dentro de una ciudad distante la cual carecía de violencia. La tranquilidad que primaba en la ciudad quedó sumida en secretos. Conformándose a la versión oficial acerca de la muerte de su hermano, u...