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CAPÍTULO 31

El caos se había desatado en la Isla Libertad gracias a las decenas de hombres y mujeres alterados con Extremis que no tenían ningún reparo en explotar en pedazos sólo para extinguir la vida de alguno de los Vengadores. Sin embargo, el equipo de Nick Fury no se dejaría vencer tan fácilmente; habían recorrido un largo camino dando caza a Vlad y buscando eliminar los efectos del suero que no bajarían la guardia tan pronto.

Las extensas nubes de humo negro provocadas por las explosiones podían verse a muchos kilómetros a la redonda, los quinjets de S.H.I.E.L.D. seguían llevando agentes al lugar para buscar contener la situación sin que se extendiera a la ciudad. Black Widow seguía combatiendo desde el quinjet lanzando pequeñas balas con Litio que evitaba la explosión cuando éstas impactaban en el sistema Extremis. En cambio, el Capitán Rogers peleaba cuerpo a cuerpo al lado de Hawkeye y Hulk; la situación no era nada sencilla pues cada vez que se deshacían de uno, parecían multiplicarse por tres.

Thor y Lady Sif continuaban avanzando por dentro de la estatua hacia la corona buscando localizar a Tony. Por las escaleras y diferentes accesos internos salían enemigos buscando eliminarlos pero la fuerza asgardiana no era alabada en vano. El tiempo pareció detenerse cuando escucharon el pesado metal del traje de Iron Man impactarse con el concreto en la base de la estatua, los cinco Vengadores miraron hacia el lugar para encontrarse con el rumano vistiendo sólo algunas partes del armadura.

Tal parecía que lo que Vlad necesitaba principalmente era sostener su columna vertebral fuertemente lastimada por Becky, ya que el traje le cubría todo el tórax, las piernas y de las manos a los codos para usarlas como armas. A sus pies se encontraba Becky, la había dejado caer al suelo casi dos metros antes de llegar a tierra por lo que estaba tratando de desaturdirse y levantarse lo más rápido que pudiera pero Vlad la pisó en la espalda con la pierna cubierta por el traje.

-Míralos, Lilienne, ¿en serio crees que vale la pena perder tantas vidas por una sola persona? - le habló Vlad a Becky que trataba de zafarse de la prisión del suelo y la pierna de Vlad, un golpe en seco al rumano en el tórax lo desequilibró y se vio obligado a caminar hacia atrás.

Becky volteó hacia arriba y vio cómo el escudo del Capitán América volvía como boomerang a él para una vez en su brazo propinarle un fuerte golpe en la cabeza a un chico de unos 20 años con el rostro incandescente por el Extremis. De momento era todo lo que Steve podía hacer por Becky.

-Jarvis, envía dos trajes de mi hermano ahora mismo, a uno cárgalo con Litio - dijo ella en voz muy baja mientras se levantaba del suelo con la cara y los brazos llenos de rasguños.

-Enseguida, señorita Stark - respondió por el auricular.

-Lilienne... - comenzó Vlad mientras recuperaba la compostura por el golpe y volvía a acercarse a ella.

-No, Vlad. Esta vez, no - le dijo ella con voz profunda mientras levantaba su mano extendiendo una pared luminosa color azul que impedían avanzar al rumano. Los ojos de ella brillaban en el mismo tono mientras lo miraban con odio.

-Oh, Lilienne, por favor déjate de trucos conmigo - dijo Vlad mientras con un simple movimiento de su mano desvanecía el escudo creado por Becky - no te niego que esa aura color azul que a veces te rodea me hace desearte un millón de veces más, como en los viejos tiempos.

-Cállate, no pienses que te agradezco que me hayas convertido en esto ni que logras vengarte por algo que mi padre no hizo y menos a ti - respondió ella lanzando varias descargas con sus manos, se veían como electricidad en una esfera de energía.

-Preciosa, el cadáver de tu padre llorará al ver a sus hijos reuniéndose con él en el infierno - rió Vlad mientras decía eso, Becky sintió cómo de nuevo él inmovilizaba su cuerpo e intentaba entrar a su mente sin tener éxito.