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CAPÍTULO 19

La misión no sería fácil y todo el grupo de Vengadores lo sabía. Tenían fija la meta de atrapar a Vlad a cualquier costo, pero ¿hasta dónde llegaría ese costo? Todos se encontraban realizando los preparativos necesarios para no perder de vista a Natasha y Becky mientras ellas se adentraban en alguno de los clubes nocturnos de mayor prestigio en Nueva York para encontrarse con el rumano. Thor llegó hasta donde estaba Tony, quien tenía largo rato reparando el propulsor de una de las botas del traje. El ingeniero fingió no ver al enorme semidiós a su lado, por alguna razón sentía que su cerebro no funcionaría para dar réplicas sarcásticas.

-Amigo mío, lo que sea que suceda hoy, te prometo que cuidaré a tu hermana - le dijo el asgardiano a Tony con su peculiar tono solemne.

-¿Sí? Bien, porque si no lo haces le diré a Fury que te baje el salario - contestó Tony sin mucho problema, al fin y al cabo ese humor era natural en los Stark. Thor rió y tocó el hombro de su amigo.

-Ya es hora... - dijo el agente Barton, él se encargaría de pilotear uno de los quinjets que los llevarían a Nueva York para después reunirse en uno de los edificios de S.H.I.E.L.D.

Natasha y Becky fueron las últimas en subir a la pequeña nave, ambas llevaban consigo una maleta color negro. El semblante de Natasha era serio pero tranquilo, en cambio el de Becky parecía cansado y turbio. En esa nave se encontraban Barton, Rogers y Hill, por lo que el Capitán estaría a cargo en ese quinjet.

-¿Qué llevan ahí? - preguntó Rogers acercándose a Romanoff para intentar ayudarle a cargarla pero ella se negó haciendo la maleta hacia atrás.

-Todo lo que una mujer necesita, Rogers, ya verás - respondió la Viuda Negra. Becky, que caminaba detrás de ella, se detuvo para escuchar su conversación sin ninguna expresión en su rostro. Natasha continuó caminando para dar unos momentos de privacidad a Steve y a Becky.

-Estás segura que quieres hacer esto? - preguntó el Capitán alcanzando suavemente la mejilla lastimada de Becky, ella asintió pesadamente.

-Tengo que intentarlo... Por mí, por lo que he hecho - respondió ella mirándolo con tristeza al recordar las muertes que había causado.

-Becky, no tienes que probar nada - le insistió Steve dando un paso más hacia ella.

-Sí, tengo qué - ella recargó su cabeza en el pecho del Capitán.

-Estaré ahí en cualquier momento que me necesites, todos estaremos ahí - a Rogers no le quedaba más que intentar tranquilizarla, tomó la maleta del brazo de ella y la encaminó hacia adentro del quinjet.

Fueron dos quinjets los que salieron de la base secreta de S.H.I.E.L.D. en Canadá rumbo a la isla de Manhattan. En ellos viajaban además un grupo de doctores y científicos listos para recibir a Vlad en cuanto lo capturaran. En el segundo quinjet viajaban Tony, Thor, Banner y Fury; los cuatro parecían absortos en sus propios pensamientos por lo que hablaron poco en el camino. Cerca de treinta minutos más tarde, las naves llegaron a un enorme edificio con fachada metálica color gris; aterrizaron en silencio en el helipuerto y el grupo de personas comenzaron a avanzar hacia las instalaciones.

El edificio correspondía a un centro de operaciones de la agencia secreta, el cual estaba encargado de localizar y vigilar todos los casos existentes en esa zona del país para evitar que salieran a la luz. Consideraban que la gente aun no estaba lista para despertar a ese nuevo mundo. Natasha y Becky se separaron del resto del equipo para prepararse mientras se encargaban de ubicar al rumano en alguno de los clubes nocturnos. Eran ya pasadas las ocho de la noche, por lo que faltaba poco tiempo para el encuentro.

En la sala de reuniones se encontraban todos esperando la ubicación exacta, la cuidad parecía tranquila con su ajetreo habitual. Cerca de las diez de la noche uno de los agentes avisó que lo habían localizado finalmente, todos se dispusieron a escucharlo sin esperar a que Natasha y Becky se reunieran con ellos.