Habían pasado años... Y lo lo cierto es que le resultaba complicado volver a sentirla de aquella manera, le era extraño tenerla entre sus brazos después de tanto tiempo y además era sorprendente darse cuenta de todos los cambios que Hinata había tenido, no solo fisica sino también mental y emocionalmente.
Ella parecía ahora más fuerte, más segura, más atrevida, más bronca y por supuesto más adictiva.La acercó un poco a su cuerpo para poder levantarla del suelo, y así, aún hundidos en un beso, la llevó hasta su recámara cerrando tras ellos la hermosa puerta de madera oscura, dejando a sus espaldas el tiempo. Ella se quitó la ropa con la esperanza de enamorarlo, intentando por ultima vez, lanzando su ultimo aliento. Él, por otro lado, anheló no volver a amarla, no desearla, no soltar entre suspiros el nombre de su doncella, rogó no llamar a Tenten entre pensamientos hablados y entre gemidos ahogados.
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La miró. Vio ésos ojos color tierra, la observó detenidamente y pudo darse cuenta de cómo ella temblaba... le acarició el cabello y entonces, cuando la vio desprotegida la abrazó.
- Suéltame, por favor - Le rogó al sentirse traicionera, al tener la sensación de haber fallado, al darse cuenta que seguía siendo débil, frágil, sensible ante él, ante sus caricias y su amor podrido.- Sé que te gusta Sasuke Uchiha - Ella se sacudió incómoda - Sé que estás enamorada de él y también sé porqué: él te gusta porque no es tan diferente a mi, ambos te hacemos daño, te dolemos, te afectamos, te matamos, ambos te hacemos sentir viva. - Dijo Naruto con arrogancia.
- Cállate - Le advirtió - No te compares con él. No vuelvas a decir que se parecen - Lo empujó creando suficiente espacio entre ellos, pero sin soltrse de su agarre - él no es como tú, él siente, ama, él duele pero no mata - Pudo ver por el rabillo del ojo que a su lado se detenía un hombre alto y supo enseguida de quién se trataba.
- Alejate de ella - Lo escuchó y se dio cuenta que era él quien siempre llegaba a auxiliarla - Si vuelves a tocarla, a hablarle, a acercarte o al menos a mirarla, voy a romperte la cara.
- ¿Hyuga? - Naruto la soltó y ella corrió hasta estar detrás de Neji - No me digas que sales con Tenten - Rió un poco pero su sonrisa se esfumó en cuanto Neji lo tomó por la camisa.
- Si. Ahora ella es mi novia y si te acercas vas a pagarla caro - Le advirtió antes de soltarlo y llevarla a ella con él.
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Despertó y vio a su lado aquella cabellera roja que tan bien conocía y que jamás, por más horas, días y meses que pasaba entre sus dedos, jamás había logrado amar... Él despertó como cada mañana, con aquella cara de niño pequeño que a ella tanto le encantaba, la miró divertido y llevó una de sus manos hasta la cabeza de ella y le revolvió el cabello.
Él era totalmente consciente de que ella no lo amaba y que seguramente jamás lo haría, pero le resultaba realmente irrelevante. Él tenía amor suficiente para ambos, él podía soportarlo todo sólo por ella y era felizmente triste al saber que ella estaría a su lado eternamente, porque así sería, estaba seguro. Sasuke jamás iba a enamorarse de ella y si él no se interesaba no había razón alguna para preocuparse.
Sakura lo miró preocupada, tal vez no estaba enamorada pero seguía queriéndolo, seguía sintiendo, muy dentro de ella un cariño endemoniadamente grande por aquél hombre que la acompañaba secretamente cada día y le erizaba la piel cada noche.
Gaara hizo un gesto gracioso y se levantó de la cama. Ella entendió al instante que era hora de desayunar, se levantó y caminó (aun desnuda) hasta la cocina donde su amigo la esperaba, cubierto solo por unos boxer... Sintió una punzada en la entrepierna al verlo frente a ella con ese cuerpo que a ella la enviciaba, con esos ojos que la quemaban y ese cabello que la hipnotizaba...
Se fueron olvidando del desayuno, fueron deshaciéndose del hambre y llenando los vacíos del otro, consumiendo la soledad que ambos sentían en su interior y finalmente, dándose un refugio entre la piel que los llamaba, que les estorbaba para poder juntar algo más que solo sus cuerpos, que les sobraba a la hora de unir sus almas.
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Neji podía volverla loca y él lo sabía, él tenía la certeza se que no sería necesario enamorarla, que con el tiempo ella aprendería a amarlo y él estaba dispuesto a esperar, él si sabía cómo amar y ahora, por primera vez en su vida, estaba dispuesto a ganar, a pelear contra todo y contra todos solo por conseguirla.
Era la primera vez que alguien tomaba esa clase de control sobre ella, era la primera vez que alguien decidía no dejarla ir y eso la embriagaba de poder, la hacía arrogante, egoísta y ella entendía finalmente lo que pasaba por la mente de aquellos que la habían usado antes para sentirse importantes, poderosos, grandes y seguros. Pero no, ahora venía ella, ahora era su turno de ser querida, amada, deseada, buscada, ahora era su turno de enamorarse, de permitirse ser amada, de aprender a amar, de aferrarse a alguien que realmente valiera la pena, y ahora que lo veía a él frente a ella, sentía la necesidad de amarrarlo, de mantenerlo a su lado, de lograr lo que no había podido antes, de sentirse importante, de volverse fuerte, de tener en su mirada ése fuego que Naruto había apagado, ésa rebeldía que hacía mucho había perdido... Neji la amaba y ella aprendería a amarlo, así sería, estaba harta de idiotas desagradecidos y se patanes engrandecidos, ahora quería un amor de verdad, uno de los que refrescan en lugar de dañar.
LIZETH HINOJOSA.
