COME BACK.

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En definitiva no sería sencillo olvidarlo, deseaba no haberlo conocido, jamás haberme topado con él y su endemoniado cabello negro, de verdad tenía ganas de haber sido indiferente a su existencia o al menos de no haberle dirigido la palabara en ningún momento.

Comencé a recordarlo y poco a poco me di cuenta que su presencia había sido siempre más notable y fuerte de lo que había sido la de Neji... Podía ver a Sasuke quitándose el casco y los lentes, podia ver su gesto de tranquilidad y hasta la molestia que reflejaba su rostro aquel dia en que él, Neji y Gaara llegaron para alejarme de Naruto, recordaba tan claramente sus ojos oscuros que parecía estar viendolos una vez más, sin embargo, por más que intentaba, no lograba encontrar a Neji en algun recuerdo que no fuera el día que lo conocí o cuando nos besamos por primera vez...

Me sentía realmente ansiosa asi que supuse que lo mejor sería levantarme del mueble y comenzar a hacer algo, lo que fuera, al menos así mi mente estaría ocupada... Solté un largo suspiro y me dispuse a empezar alguna actividad pero en cuanto me encontré de pie, mi celular comenzó a sonar, lo tomé desganada mientras caminaba hacia la cocina pero el nombre mostrado en la pantalla casi me hace resvalar y caer. "Naruto", lo leí una, dos, tres veces hasta que la idea se clavó violentamente en mi corazón, sentí cómo la daga maldita de los sentimientos jamás fallecidos se encajaba directamente en mi cerebro y me hacía comenzar a temblar de nervios...

Lo conocía tan perfectamente que sabía que de no responder, él se detendría y no volvería a llamar... Una tristeza indescriptible me atrapó en cuanto el celular dejó de sonar, lo lancé hacia el mueble a modo de desquite, sin embago terminé corriendo hacia él y contestando en cuanto volvió a sonar. Al parecer el tiempo no había afectado su seguridad en sí mismo ni su prepotencia, sin embargo algo en él había cambiado, algo parecía haberse transformado, ahora él se escuchaba más triste y cansado, más perdido, hundido y hasta destrozado. Noté cómo me estremecía levemente y tuve que contener las ganas de llorar, no sería justo ni para mí ni para él saber de mi tristeza, del dolor que en mi corazón se había arraigado, no sería justo ni para mi ni para él hablarnos de manera nostálgica, no mientras yo estuviera enamorada y él me hubiera olvidado.

Trminamos conversando como si el tiempo jamás hubiese pasado, si, la verdad era que aún cuando él hablaba de una segunda oportunidad y yo le contaba de otro amor, de uno nuevo, uno mejor, uno feliz, uno tranquilo, pareciamos dos personas a las que ni nuevos amores, ni viejos dolores les habían afectado.. fueron pasando los minutos y la extrañeza de vernos ahora entretenidos, contentos y risueños nos hizo extrañarnos nos hizo citarnos y fue entonces que decidida y sin decidir acepté y fui a verlo allá donde había sido nuestro primer e inolvidable beso, allá donde todo se olvidó, donde todo empezó y dónde por última vez él me abrazó. No pude evitarlo, pensé en sasuke una y dos veces, tal vez tres, pero era demasiado tarde, Sasuke no estaba y Naruto seguía siendo, para bien o para mal, el mejor y el peor amor que jamás he sentido.
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Le llamé varias varias veces y él no contestó, por el rabillo de mi ojo pude ver a Gaara mirándome desde el marco de la puerta de mi recámara, estaba recargado, esperándome pero yo no podía dejar de llamar, mis dedos parecían estar pegados al celular... Sabía que Hinata había ido a buscarlo, que se encontraba con él y que ambos estaban enamorados, ¡JA! Qué ridículo me resultaba que Sasuke quisiera hacernos creer que se había olvidado de ella, la verdad era que se había enamorado perdidamente de Tenten, pero más verdadero era que él no podía evitar amar a Hinata, que su necesidad por envenenar, por dañar, por entristecer y oscurecer a alguien solo podía volcarse y ser calmada por ella, por Hinata. Solo el corazón gris y revuelto se Hinata podía soportar el odio y el corage que en el corazón de Sasuke se arraigaban.

Sentí un nudo en la garganta, abrí la boca y los ojos todo lo que pude y observé como mi mundo comenzaba a ponerse borroso por las lágrimas que se acomularon en mis ojos cuando mi llamada fue contestada, al parecer alguien por accidente había respondido. Colgué al instante y así, sollozando, fui a buscarlo, corrí a los brazos protectores de aquél hombre que, con el dolor a flor de piel, me esperaba con un abrazo listo. Gaara me cubrió con su cuerpo y yo hundí mi cabeza en su pecho, deseando jamás haber llamado, queriendo nunca haber escuchado sus gemidos, queriendo que jamás hubieran cometido el error de contestar... desendo nunca haberme enamorado de Sasuke Uchiha.
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¿Dónde estás? - Me preguntó la voz seria, profunda y reseca de aquél maravilloso hombre

- Voy de camino al río "Misu", Naruto está esperándome ahí - Le contesté con voz nerviosa.

- Iré a buscarte más tarde, si aún no has regresado a tu casa, voy a ir por ti hasta allá ¿Vale? - Sonreí divertida, le regalé una risa pequeña y colgué sin contestar.

Alrededor de 20 minutos después de haber colgado a Neji, llegué al lugar donde se suponía que la cabellera dorada y los ojos azules del amor de mis pesadillas me esperaban, sin embargo a la hora de mi llegada no había ni un alma en ese lugar, mi desepción fue tal que estaba segura que, en unos minutos, me echaría a llorar tal cual una niña a la que le han negado un juguete... Me senté en una piedra enorme que se ubicaba debajo de uno de los árboles más grandes que estaban alrededor del río.Sentí unos golpecitos en mi cabeza y me levanté exhaltada, giré sobre mis talones, sentí a mi corazón saltar y de repente me encontraba atada entre la sonrisa y los ojos de Naruto. Mis pulmones estuvieron a punto de fallarme cuando me di cuenta de lo cerca que se encontraba de mi rostro.

- ¿Cómo estás? - Preguntó él, mirándome directamente a los ojos.

- Bien - Contesté desviando la mirada.

- Ha pasado tiempo... - Noté rápidamente el sufrimiento que escondían sus palabras y me limité a sonreír tristemente - Ino me contó que ahora tienes amigos diferentes, mayores que nosotros y que incluso te hiciste amiga de Hinata Hyuga y su primo, sin mencionar a Sasuke Uchiha - El último nombre causó en sus ojos un brillo de celos - En fin -Se interrumpió a sí mismo con el fin de salir se su propio cavilar - Lo único que no parece haber cambiado en ti es tu tipico peinado de...

- Panda - Hablé pintando una enorme sonrisa al pensar en todos los recuerdos que mi peinado me traía - Sasuke dice que parezco un panda... - Agregué en cuanto me di que había sonreído al pensar en Sasuke

- Si... Te has vuelto muy apegada al Uchiha ¿No es así? - Sonrió apagado

- Si, bueno, fue agradable mientras duró - Quise imponer una barrera entre nosotros

- ¿Mientras duró? - La preocupación se hizo presente en su voz

- Bueno. Sasuke ahora está en Francia y... - Las lagrimas comenzaron a salir - Su regreso parece inexistente - Me apuré a limpiar mis ojos - Vale, basta de mi, cuéntame ¿Cómo te va? - Pasé por alto el hecho de que saber de la vida de Naruto iba a dolerme más que recordar a Sasuke.

- Bueno, después que terminamos intenté desesperadamente encontrar algo en qué q para no tener oportunidad de pensar en ti La primera aguja se hizo presente en mi alma - Sin embargo no importaba cuánto hiciera, siempre estabas en mi mente... - Comencé a sollozar y vi a Naruto bajar la cabeza - He de admitir que me aproveché de tu debilidad, de tu capacidad para perdonarme y del cariño que yo sabía que sentías por mi, ignoré tontamente el amor que te tenía y lo mucho que significabas para mi...

Ma miró con esos ojos color cielo, me observó detenidamente y me abrazó...
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Llegué a su casa, toqué la puerta y su madre respondió, me dijo que ella no estaba ahí...

La llamé y ella me dijo que estaba con Naruto... Después de saberlo no podía dejar de sentir un enorme hueco en el pecho. Sabía perfectamente que debía ir por ella, que si no lo hacía, él iba a terminar haciéndola caer entre sus brazos y eso era algo que yo no pensaba permitir... iba a luchar contra cualquiera, contra todo y contra todos con tal de tener a Tenten conmigo, hacerla feliz, cuidarla, protegerla, amarla y hacer que me amara, que se olvidara de todos aquellos que le habian hecho daño porque yo no le haría eso... yo la cuidaría como si de ello dependiera mi vida. Subí de nuevo a la motocicleta y conduje a toda velocidad...

Cuando llegué pude verlo abrazándola y entonces me enojé, más le valdría soltarla si no quería terminar en el hospital...

LIZETH HINOJOSA.

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