Llevaba toda la mañana sentada en esa banca, esperando por él, ahora que había podido hablarle, estar con él, no pensaba dejarle ir tan fácilmente, intentaría acercarme lo más posible, además, como excusa usaría eso de "Quiero agradecer todo lo que has hecho por mi"... Pasaron los minutos, dieron las 7:40, después las 7:50, y al final las 8:00 am, me preparé para levantarme, la maestra Kurenai salió a cerrar la puerta, y pude ver esa cabellera amarilla que me era tan familiar, esa que había acariciado más de un millón de veces, lo vi corriendo hacia la entrada del instituto, gritándole a la maestra que no cerrara; sentí una nostalgia increíble, y de pronto recordé todos esos momentos en los que él se recostaba en el suelo y ponía su cabeza en mis piernas, recordé cómo mis piernas se desconectaban de mi cuerpo por el peso de Naruto, recordé cómo se quedaba dormido, la tranquilidad que reflejaba al descansar, y hasta esa forma tan graciosa que tenía para girar su rostro, mirarme, tomarme por la nuca y acercarme a él; recordé cómo me besaba y esos momentos en los que yo velaba sus sueños... Verlo dormir me hacía tan feliz, me hacía sentir que era mío, que yo podía estar con él y que jamás me dejaría, me hacía sentir que yo todavía era importante para él...
Desperté de mis pensamientos cuando sentí la respiración de alguien en mi oído izquierdo, me levanté asustada y recordé que Neji jamás llegó, vi pasar mucha gente, tal vez demasiada, pero él fue el único que no pasó frente a mi. - ¿No piensas entrar a clases? - Vi a Sasuke de pie, tenía los brazos recargados en la banca en la que yo estaba sentada - Claro que si - Dije reponiéndome del susto.
- Que aburrida, yo no pienso entrar... ¿Vienes? - Dijo Sasuke comenzando a caminar, no pude resistir el impulso de seguirlo, corrí hasta donde estaba él y comencé a caminar a su lado. - ¿Esperabas a alguien? - Preguntó sin mirarme, parecía realmente desinteresado
- ¿Qué hay de ti? ¿Esperabas a alguien, Sasuke? - Pregunté intentando disimular mi sonrojo
- Si - Lo escuché responder - Preferí dejarlo por las buenas antes de hacerlo enojar.
Caminamos un poco más, él estaba diferente... Más tranquilo, más hablador y más amable. Llegamos a su motocicleta y subimos, Sasuke me entregó su casco y comenzó a conducir. - ¿A dónde vamos? - Pregunté un poco nerviosa
- No lo sé ¿Tienes hambre o prefieres ir a mi casa? - Me quedé helada, no tenía dinero suficiente para ir a comer, y jamás había estado en la casa de un chico que no fuese Naruto, así que no estaba segura de lo que debía hacer... Apreté mis manos contra la camisa de Sasuke.
- ¡Deja de tratarme como si fuera un acosador sexual o algo así! ¡Confiaste en Neji! ¿Por qué no puedes confiar en mí? - Parecía estar demasiado molesto como para que yo pudiera soportarlo, así que opté por mantenerme en silencio y esperar a que él decidiera qué quería hacer.
Sasuke manejó por unos diez minutos más antes de detenerse, bajar de la motocicleta, quitarme el casco y ofrecerme su mano para ayudarme a bajar...
- Ya llegamos, esta es mi casa - Dijo Sasuke señalando la casa frente a nosotros. - Bienvenida, Tenten - Dijo abriendo la puerta para dejarme entrar...Me sorprendí un poco al ver que todas las paredes eran color blanco, algunos muebles eran color café, sin embargo la mayor parte eran negros.
- Voy por un poco de agua, ¿Quieres que te traiga? - Dijo sin esperar una respuesta, y tan rápido como entró a la cocina, salió. Me entregó el vaso con agua
- ¿Sasuke, la gente suele confiar en ti? - Pregunté un tanto asustada, no quería hacerlo enfadar, pero de verdad necesitaba saberlo.- No - Lo vi pasar a mi lado, caminó hasta el sofá negro y se sentó
- ¿Ni siquiera tus amigos? - Tal vez era como encender una bomba de tiempo, pero me sentía suficientemente capaz como para intentar no hacerla explotar.
- Solamente ellos, Neji, Gaara y Hinata siempre han confiado en mi, y yo confío en ellos... - Cerró los ojos y recostó su cabeza en el respaldo del sofá - Neji ha estado conmigo desde que eramos niños, y me ha ayudado a superar los peores casos de mi vida, por otra parte Gaara siempre viene a pedir consejos, aunque, claro está, no soy el mejor en ello... - Sasuke puso en su rostro la sonrisa más grande y pura que había visto jamás, parecía estar realmente feliz, aunque no duró demasiado tiempo - Y por último, Hinata... ella siempre está ahí conmigo, aunque a veces la hago llorar con mis malos tratos, ella jamás se aleja de mi, siempre se sienta en el mueble a llorar, y justo cuando más hundido me siento por haberle hecho daño ella da algunos golpesitos sobre el mueble y me pide que... - Abrió los ojos, como si alguien lo hubiese golpeado con una pelota con la palabra "Realidad" escrita - Nunca - Dijo mirándome - Nunca más - Volvió a decir, pero ahora se había puesto de pie y me miraba directamente a los ojos - No vuelvas a hacerme hablar de esa manera ¿Entendiste - Estaba frente a mi, con sus ojos negros absorbiendo lo poco que me quedaba de cordura-
- Tú hablaste solo - Dije casi en un susurro sin dejar de mirar sus ojos - ¡No te molestes porque no confío en ti, cuando tu no puedes ni hablar conmigo correctamente! - Grité cerrando mis ojos, estaba aterrada hasta los huesos.
- ¿Tú confías en mi? - Lo escuché preguntar
- No lo sé, pero estoy segura que puedo hacerlo - Dije aún con mis ojos cerrados, quería calmar a Sasuke, quería calmarme a mi misma, necesitaba estar tranquila
- Yo confío en ti - Dijo Sasuke de repente, abrí los ojos y lo miré directamente.
- ¿Confias en mi, entonces? - Pregunté intentando no demostrar mi miedo
- Sí - respondió - ahora tu pregunta y yo respondo - Dijo Sasuke mientras volvía a sentarse en el sofá negro y me dejaba a mi, ahí, parada, preguntándome cómo era que seguía viva después de haber visto todo aquel odio que ese chico llevaba encerrado tan solo en sus ojos, preguntándome cómo era que él podía cargar con tanto peso sobre su alma, y de pronto volví a abrir la boca...
LIZETH HINOJOSA.
