Cuando me di cuenta de lo que el enojo me había hecho decir y del daño que mis palabras le habían debido causar al corazón y al alma de Neji Hyuga, quise correr tras él. Giré mi cuerpo en dirección a la salida del salón, tratando de seguir los pasos de Neji, pero entonces sentí cómo alguien me tomaba por el brazo para detenerme. Volteé para quejarme y entonces mi fuerza de voluntad se perdió, me encontré con el rostro de Sasuke, con sus ojos mirándome y con su mano tomando mi brazo.
Él se habìa levantado del asiento y estaba parado justo detrás de mi... Momentos después me vi dando vuelta a mi cuerpo, me vi girando para estar de frente a él. Lo vi a él abriendo los brazos para mi, ofreciéndome el abrazo que yo tanto había esperado. Me vi caminando hacia él, vi cómo colocaba mi cabeza contra su pecho y lo rodeaba con mis brazos justo cuando él cerraba los suyos y me envolvía en un vaivén de sentimientos. Me vi levantando el rostro para encontrarme con el suyo, lo vi a él bajando su mirada hacia mi y entonces me impulsé con los pies, me puse de puntitas y estiré mi cuello para alcanzarlo; sentí sus labios contra los míos, sentí el roce de su piel e incluso pude notar cómo su lengua se abría paso hacia mi boca e invitaba a la mía a bailar con ella. Me vi lanzándome a sus brazos y enviándolo todo al carajo... pero no. Ninguna de ésas tontas fantasías se haría realidad, ya no. Jalé mi brazo, me solté de su agarre y continúe con mi camino.
Corrí detrás de Neji y mientras me dirigía a la salida mis ojos se llenaron de lágrimas, mi corazón estaba gritando de dolor. Yo estaba matando a mi corazón, yo estaba rompiendo mis esperanzas y estaba echando a la basura todos esos deseos y esas ilusiones que tenía de correr hacia Sasuke, de tomar su mano y olvidarme de todo lo demás. Yo estaba destrozando, por mano propia, mi oportunidad para besarlo una vez más, para abrazarlo y sumirme en un mar de emociones que nadie más podìa regalarme... ni siquiera Neji.
- ¡Neji! - Grité su nombre tan pronto divisé su espalda - Espera, por favor... entendiste mal - Creí que había una espada atravesando mi garganta, creí que mi voz y todo mi cuerpo se romperían en mil pedazos por el dolor... Y es que el dolor que yo estaba experimentando no se debía al abandono de Neji, ésa era la verdad.
Yo querìa volver... Éso era lo que tanto me dolía... yo quería que aquella figura fuera la de Sasuke Uchiha, yo deseaba ver la espalda de Sasuke, quería gritar su nombre, pedirle que esperara por mi y que no me abandonara. Quería hacer con Sasuke todo lo que estaba haciendo con Neji... pero sabía bien que no debía hacerlo, que no debía dejar a Neji, que no debía soltarme de la mano de Neji.
Lo vi continuar su camino y comencé a correr tras él. Cada paso dolía, era como si el suelo estuviera hecho de espinas, como si el aire fuese veneno o como si mis pies descalzos estuvieran pisando vidrios. Cuando al fin lo alcancé, él ya se encontraba frente al automovil
- Neji... - mi voz sonó suplicante, pero yo no sabía si suplicaba porque me esperara o porque me dejara - detente... - Neji abrió la puerta del asiento del copiloto, rodeó el coche y subió a su asiento. Yo sabía bien lo que éso significaba y aunque mi corazón seguía gritando de dolor, subí al auto con él - déjame explicarte
- No aquí - Fue todo lo que dijo antes de encender el carro y arrancar... habían pasado ya dos años y seis meses desde que Neji y yo habìamos comenzado nuestra relación y jamás habíamos peleado. Ni una sola vez... jamás, hasta que Sasuke apareció.
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Lo vi en sus ojos ¿Y quién mejor que Sasuke Uchiha para leer miradas? Pude ver en sus ojos ése destello de ilusión que me hizo saber que ella aún estaba esperando por mi, que todavía teníamos una oportunidad.
Pude ver en sus ojos como ella se había imaginado a sí misma haciendo justo lo que quería hacer, lo que la haría feliz. Vi su deseo de lanzarse hacia mi, pero estaba demasiado asustada... ella estaba demasiado lastimada como para atreverse a hacer lo que querìa.
Tenten creía que debía cuidar de Neji y que debía protegerlo, ella creía que el corazón de Neji era su responsabilidad, pero aunque ella lo quería, no lo amaba, estaba seguro de éso.
Cuando ella se soltó de mi agarre me quedé helado, la ilusión que sus ojos me habían mostrado había sido traicionada, ella había arrancado su ilusión de sus propios ojos y se había obligado a sí misma a seguir adelante, a correr tras Neji cuando su mente y todo su ser sabía que lo que en realidad quería hacer era quedarse a mi lado... Tardé algunos segundos en reaccionar y en cuanto lo hice tomé las llaves de mi coche y corrí tras ella.
La alcancé más rápido de lo que creí que lo haría... la vi llamar a Neji y vi cómo él caminaba sin siquiera mirarla, observé cada uno de sus movimientos hasta que ambos subieron al auto y se marcharon... algo me decìa que aquello no iba a terminar bien y yo pensaba estar ahì para protegerla o al menos para acompañarla.
Subì al auto y los seguì...
LIZETH HINOJOSA.
