Elise caminaba por los jardines del palacio, contemplando las grandes fuentes, que se parecían mas a una piscina debido a su gran tamaño. Eran gigantescas, y el agua en su interior era transparente como el diamante.
Vestía unos pantalones de color gris claro y una camisola beige bastante fina y suelta. Lucia el cabello suelto con unos pequeños detalles de trenzas cerca de las orejas.
El clima había sido bastante caluroso, pero el viento hacia que fuera tolerable...
Se sentó de espaldas en una de las fuentes, ubicada casi al centro de los jardines. Todo a su alrededor eran arboles de naranja sanguínea y olivos, como de costumbre en Dorne.
Levantó una naranja del césped y la limpió con el agua de la fuente.
Comenzó a quitarle la cascara poco a poco. Y en ese momento fue cuando vio de reojo a alguien que tomaba asiento a su lado. Esto la asustó, por lo que Elise volteó rápidamente como acto de reflejo.
Creyó que seria su padre, pues ya que antes de que ella saliera hacia los jardines, le comentó a la joven que la acompañaría en cuanto terminara unos asuntos.
Pero no fue así... Ya que quien permanecía quieto frente a ella no era su padre, sino Oberyn Martell.
Pudo ver esos oscuros y profundos ojos observándola de manera provocativa, y sintió que su respiración se aceleraba repentinamente.
«Dioses, no otra vez...»
—Buenos días Elise...—dijo Oberyn con ese tono seductor que siempre invadía su voz, mirando directo hacia los ojos de la joven—.Claro, si estas de acuerdo en que te llame por tu nombre...
Oberyn vestía una camisa color dorado y tenia bordado detalles de pequeños soles en la cintura, manga y hombros. Tenia desatadas las tiras de cuero en la parte del cuello de la camisa, por lo que dejaba al descubierto una pequeña parte de su pecho.
Elise no pudo evitar preguntarse como luciría sin la camisa, o sin nada en absoluto, e inmediatamente se sonrojo.
El príncipe había afeitado su barba y dejaba a la vista una mandíbula marcada y fina. Elise lo encontraba sumamente atractivo...
No supo que decir, e hizo un gran esfuerzo por calmarse. Funcionó.
—Buenos días...Oberyn —dijo ella y le dedicó una tímida sonrisa al príncipe, el cual se la devolvió pero de manera mas provocativa—. Por supuesto que estoy de acuerdo.
—Te ves muy hermosa hoy...—dijo el príncipe sin quitar la mirada de serpiente al acecho de su rostro.
Elise pudo sentir sus mejillas acalorándose de nuevo. Pensó muchas respuestas en su mente, pero solo una era adecuada, la cual hizo sonreír a la joven.
—Eres muy amable —logró decir, algo intimidada.
Oberyn sonrió como un niño al cometer una travesura, y se mordió el labio.
—¿Recuerdas este lugar? —dijo Oberyn, volteando hacia la fuente en sus espaldas y jugando con sus manos en el agua.
Elise frunció el ceño. Estaba harta de que le preguntaran acerca de lo que recordaba o no. Pues claro que no recordaba, era tan solo una criá.
—No, ¿acaso estuve aquí? —preguntó ella curiosa, mirando de reojo al príncipe.
Oberyn dejo escapar una corta carcajada.
—Ohh pero si por poco vivías en esta fuente. Tu y Elia se la pasaban cantando y jugando en ella—respondió él, y la tristeza invadió sus palabras.
—Lamento lo de Elia...—dijo Elise en voz baja—. No recuerdo mucho de ella, pero recuerdo que era grácil y cariñosa.
Oberyn dirigió sus ojos hacia Elise, analizando cada palabra con sumo cuidado. Elise pensó que el dudaba de sus palabras.
—Lo era...—dijo él, y hubo un largo e incomodo silencio.
Oberyn llevo sus ojos a la nada, perdido en sus pensamientos. Y de sus labios se escapo una sonrisa.
—Ella solía pasar horas y horas contigo. Quería que fueras una dama, que fueras la hermana que ella nunca tuvo. Te enseñaba canciones, te leía libros de valientes caballeros y nobles doncellas—dijo el príncipe y dejo escapar un bufido—. Y a ti solo te interesaba jugar, y nadar en la fuente —soltó una carcajada—. Y ahí fue donde aparecí yo. No podía soportar verte sufrir de ese modo, y claro que yo estaría dispuesto a hacer cualquier cosa por una doncella en peligro, y que fuera considerado travesura...—dijo él, de manera picara.
Elise sonrió levemente ante sus palabras e hizo el esfuerzo de recordar, pero no consiguió nada.
—¿En serio? —preguntó ella, mirando hacia la fuente.
—Ohh si. Solía llevarte a nadar a escondidas, y correteábamos por el jardín y las fuentes, hasta que al final Elia se rendía y entraba a la fuente con nosotros. Jugábamos a lo que fuera, y ami siempre me tocaba atraparlas... Y claro, yo siempre iba por ti...—dijo Oberyn, y sus ojos se clavaron en Elise.
Ella no pudo evitar reír y sonrojarse.
—Pero si tan solo era una chiquilla...—dijo Elise.
Oberyn sonrió travieso.
—Una muy hermosa.
Elise se mordió el labio. Lo que causo que Oberyn sonriera nuevamente.
—Debo irme, tengo asuntos que atender. Espero que disfrutes Lanza del Sol tanto como yo lo hago. —dijo el príncipe y tomo la mano de Elise, y la beso tiernamente—. Nos veremos pronto —Oberyn se levantó de la fuente y se fue caminando a paso ligero.
Elise no supo si las palabras eran un gesto de gentileza o una afirmación, pero si lo eran, no podría estar mas feliz al respecto...
Había escuchado muchas cosas de Oberyn Martell... Y su padre le había contado sobre él la noche después de el banquete.
—Es un hombre...complicado. Escandaloso sobre todas las cosas, siempre le gusta ser el centro de atención en el buen sentido. Y a pesar de eso es uno de los hombres mas valientes y leales que he conocido... si te ganas su confianza.
Elise sospechó que le gustaría ganarse la confianza del príncipe, y algo mas...
Luego le había preguntado a las doncellas que le hacían compañía en su habitación. Ellas rieron a carcajadas e hicieron comentarios en voz baja.
—Es muy apuesto sin duda, pero se dice que es un degenerado... Si usted entiende Milady...—dijo una de las jóvenes cuando Elise pregunto por el príncipe.
—Se dice que se ha encamado a la mitad de la población de Dorne, incluyendo hombres... Y supongo que debe saber que él tiene cuatro hijas bastardas, o por lo menos que él conozca hasta ahora...—dijo otra de las doncellas, soltando una pequeña risita.
«¿Cuatro hijas bastardas? En Dorne es común tener bastardos, pero eso ya es bastante para alguien
de apenas veinticuatro años...».
Elise se sorprendió ante las palabras de la muchacha, y algo le dolió sobre estas.
«No creo que sea alguien con quien deberías involucrarte Elise...». Frunció el ceño ante su pensamiento y se mordió el labio.
«No debería, pero el querer hacerlo...es diferente».
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El Sol de Dorne
FanfictionAño 282 AC, La Guerra del "Usurpador"; Robert Baratheon está comenzando; Stark, Targaryen, Baratheon, Martell y las casas nobles de Poniente enfrentadas en una guerra que determinará el comienzo de un nuevo reinado. En Doral, una isla en Dorne al su...