Las cosas en Lanza del Sol y en todo Dorne parecían marchar muy bien; pues Doran había demostrado ser un gobernante a la altura de semejante reino, y la gente se encontraba en paz, tranquila y feliz. Bastante bien para el hecho de estar recuperándose de la guerra que una vez los afectó hacia un par de años. Finalmente las cosas empezaban a volver a la normalidad...
Elise caminaba por los pasillos del Palacio con su mente pérdida en lo que había ocurrido hacia unas semanas con Doran... Aquello fue...extraño, no del todo correcto. Se sentía sumamente culpable, además de que la idea no la dejaba pensar en paz... Pues, ella adoraba al príncipe, lo hacía. Siempre lo había querido y él estuvo dispuesto a ayudarla en las buenas y en las malas cuando se era requerido. Pero...Doran era casado, y Mellario era una muy buena mujer. Claramente el matrimonio no estaba funcionando, pero eso no le daba el lugar a ella para empeorar las cosas. Primero tenían que resolver sus asuntos entre sí. Además, ¡ella amaba a Oberyn! Lo de Doran había sido tan sólo un momento de...descuido.
Elise se dirigió a la biblioteca en búsqueda de Doran, tenía que aclarar las cosas de una vez. Si no su consciencia se encargaría de no dejarla tranquila hasta que lo hiciera.
Sus zapatos de tacón bajo resonaban en eco por los pasillos, su vestido color azul marino con detalles plateados se ondeaba ante su rápido caminar.
Al llegar al cuarto se encontró con un guardia que permanecía parado en la puerta, Elise ya lo había visto...pero no conseguía recordar su nombre.
—Buenos días, ¿se encuentra el príncipe Doran aquí? —preguntó ella algo nerviosa ante la presencia de ese hombre. Era muy alto, musculoso y sus ojos oscuros la intimidaban.
Él la miro a los ojos sin expresión.
—Si, ¿para que requiere verlo? —preguntó con un claro acento norvoshi.
Elise tragó saliva.
—Tan solo necesito hablar con él, ¿podría pasar?
El norvoshi parpadeó y asintió sin más. Luego le abrió la puerta y la hizo pasar... «Que raro, Doran nunca había tenido guardias en sus habitaciones... Ha de ser porqué ahora es el gobernante de Dorne, y corre más peligro que siendo sólo un príncipe ». La idea de Doran en peligro le supo amarga.
Al entrar, la puerta se cerró tras ella. Elise vio a Doran sentado alrededor de una mesa observándola atentamente.
—Buenos días —saludó él con una sonrisa.
Elise se la devolvió y se acercó a él.
Llevaba una túnica dorada bastante elegante acompañada por unos pantalones caoba y botas de cuero oscuro.
—Buenos días Doran. Necesito hablar contigo —dijo ella tornándose sería.
Doran asintió esbozando una sonrisa leve. Algo en Elise le dijo que él estaba esperando que esto ocurriera.
—Por supuesto, siéntate Elise... —pidió el príncipe. Elise obedeció.
Ella pudo notar lo fresca que estaba la librería, fue reconfortante luego del calor que hacia afuera.
—Doran... Lo que ocurrió entre nosotros...—Elise hablaba lento, esperando no ofenderlo.
—Fue un error...—confirmó Doran completando la frase con seriedad, sin embargo sonriente.
Ella asintió en acuerdo, pero algo de sus palabras le dolió.
—Nos dejamos llevar por el momento —afirmó Elise con alivio —. Yo te apreció muchísimo, pero tu eres un hombre casado, y yo estoy con tu hermano... No fue más que un beso —dijo ella algo dudosa ante sus propias palabras. Doran la observaba atento.
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El Sol de Dorne
Fiksi PenggemarAño 282 AC, La Guerra del "Usurpador"; Robert Baratheon está comenzando; Stark, Targaryen, Baratheon, Martell y las casas nobles de Poniente enfrentadas en una guerra que determinará el comienzo de un nuevo reinado. En Doral, una isla en Dorne al su...