1. De cuando tienes dramas amorosos en el colegio.

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AVISO: subiré dos capítulos a la vez. La historia cuenta con 27 capítulos y un Epílogo. Ya está acabada, así que las actualizaciones serán rápidas.

GRACIAS :3

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Treinta minutos habían pasado desde que el reloj dio las seis de la mañana. Mediados de agosto, un típico día de verano en Miami con temperaturas sobre los veinticuatro grados.

Es así que esa mañana (un caluroso jueves doce de agosto, para ser exactos), en una habitación decorada con posters de actores y grupos musicales, con un cartel de "Aléjense" colgando de un clavo en la blanca puerta, del lado derecho del pasillo en el segundo piso de una modesta casa con las paredes blancas y el techo color marrón, se oyó un grito que despertó a la mitad de la ciudad.

- ¡A la mierda, voy a llegar tarde! - la agudización de su voz rompió el aire.

La chica saltó de la cama, tropezando con las sábanas blancas y cayendo al suelo; se levantó sin hacer mucho drama, retirando los mechones de ondulado cabello color chocolate que cubrían sus ojos pardos. Llegó hasta el baño y se debatió internamente entre tomar o no una ducha antes de ir al colegio; decidió no hacerlo ya que contaba con sólo media hora para vestirse, peinarse, esperar a su hermana menor, llevarla a su escuela y salir corriendo a esperar el autobús que la llevaría a ella al colegio.

De mala gana se despojaba de su pijama mientas miraba con añoranza la ducha y se imaginaba un buen baño con agua fría para aliviar el calor. Haciendo una mueca de molestia, reemplazó la ligera camisilla fucsia de su pijama por una camisa blanca mangas largas que le causaba asfixia, rápidamente su short negro fue sustituido por una pollera azul marino que debía ser puesta a la altura de la cadera, metiendo la camisa blanca dentro de la misma. Salió corriendo del baño luego de cepillarse los dientes y lavarse la cara.

- Fay, papá quiere que te apures porque él nos llevará - avisó una somnolienta voz desde el marco de la puerta.

Fayetth Britt giró automáticamente su cuerpo hacia la puerta y vio a su pequeña hermana de nueve años frotándose los grandes ojos marrones oscuros con el dorso de sus blancas manos. Ella ya estaba completamente vestida con el uniforme de su escuela, pero su cabello marrón oscuro era un completo caos.

- Bajo en cinco minutos - mintió, ya que sabía que demoraría mucho más que cinco minutos. Megan Britt se retiró del lugar sin hacer ningún otro comentario y Fay estuvo segura de que tal vez no la había oído.

Se apresuró a sacar las largas medias azul marino que le llegaban hasta las rodillas y se las puso rápidamente. Corrió hasta el otro rincón de su dormitorio e intentó ponerse, de manera atropellada y torpe, sus chatitas blancas al mismo tiempo que peinaba su cabello de manera apresurada, golpeando el suelo al caer..., de nuevo.

Esta vez hizo una mueca de dolor y se quedó tirada en el suelo, suspirando de forma dramática. - Fay, hija, no pierdas el tiempo. Te estamos esperando - dijo una voz, entrando al dormitorio de la muy exasperada adolescente.

Samantha Merser... Britt, luego de haberse casado, miraba a su hija mayor tendida en el suelo con cierta diversión. Su cabellera rubia, antes negra, estaba completamente lisa gracias a una hora de trabajo con el secador de pelo la noche anterior. Sus ojos oscuros se pasearon por los rincones de la habitación en la que estaba, pensando que al regresar del trabajo se encargaría de que Fay arreglara los destrozos de su dormitorio.

- No pierdo el tiempo - se excusó Fay, intentando distraer a su mamá del desastre de su habitación, pero muy tarde -. Bajo en un minuto, sólo deja que termine de peinarme - suspiró de nuevo y se puso de pie.

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