—¡Harry!
Louis resopló contra la puerta por enésima vez, tuvo que contenerse mucho para no estampar su propia frente contra aquel trozo de madera tras el que Harry llevaba encerrado más de media hora.
—¡¡Isn't she lovely!! —cantando —. ¡¡Isn't she wonderful!! —a pleno pulmón.
—¡¡Harry!! —volvió a insistir, tocando con sus nudillos a la puerta con más fuerza de lo normal.
—¡¿Qué quieres?! —escuchó la voz del rizado desde el otro lado.
—¡¡Llevo cinco minutos llamándote!! —recargó su peso contra la puerta —. ¡¡Tengo que lavarme los dientes!! ¡¡Urgentemente!!
—¡¿No te puedes esperar?!
—¡¡Urgentemente he dicho!! —repitió, como si no hubiera sido lo suficientemente claro —. ¡¡He quedado con Sam en una hora!!
—¡¡Entonces entra!!
Louis ladeó la cabeza frente a la puerta. Toda su urgencia por entrar en aquel baño se había convertido repentinamente en indecisión.
—¿Seguro? —bajó el tono de voz, acercando su cara a la puerta para que pudiera escucharle.
—¡Entra! —repitió el rizado.
Así que entró, dándose de golpe con una densa nube de vapor flotando por toda la habitación donde el sonido del agua de la ducha caía con fuerza. La figura de Harry estaba opacada por una cortina de ducha blanca.
—Joder, Harry —se quejó, abanicando el vapor y pasando una mano por el cristal empañado en un intento de ver su propia cara reflejada —. Si pones el agua más caliente te vas a derretir.
—Mi cepillo de dientes es el azul, el tuyo el verde —le recordó Harry desde el interior de la ducha, haciendo caso omiso a sus anteriores palabras.
—Ya lo sé —dijo Louis con obviedad, rodando los ojos para sí mismo.
—Te lo recuerdo porque el otro día usé el tuyo sin querer, no quiero que te pase lo mismo.
—¿Qué?
Louis miró hacia la cortina cerrada como si le hubieran ofendido a él y a toda su familia entera, pero rápidamente la risa de Harry se escuchó desde el otro lado de la cortina y posteriormente, el rizado asomó su cabeza por un lateral, riendo aún más fuerte al observar la reacción de Louis.
—Era una broma —se carcajeó, gotas cayendo de su melena y resbalando hacia el único hombro del que Louis tenía visión.
Louis apretó sus labios intentando esconder una sonrisa.
Porque le había resultado divertido, pero no por el hecho de que la broma realmente fuera divertida, sino por la manera en la que Harry ahora estaba riendo desde una esquina de la ducha, mostrando sus hoyuelos como si estuviera orgulloso por haber hecho reír a alguien.
—No eres bueno haciendo chistes —replicó Louis, alcanzando su cepillo de dientes y siendo rápidamente interrumpido por Harry.
—¿Me pasas la toalla?
Louis dio media vuelta para rescatar una de las toallas que colgaba tras la puerta y se acercó a la ducha para dársela. Harry estiró el brazo y volvió a desaparecer tras la cortina de la ducha.
Continuó con la tarea de cepillar sus dientes antes de que los rizos mojados de Harry volvieran a hacer acto de presencia, saliendo de la ducha con la toalla alrededor de la cintura.
Louis le siguió con la mirada a través del espejo, Harry rescató una toalla más de un pequeño armario en la pared junto al espejo y la usó para frotar su cabeza con energía.
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Housemates
FanfictionCuando compartes piso con el novio de tu mejor amigo, las prohibiciones son muchas, pero Harry llegó a la vida de Louis de la manera más caótica posible, y ambos conectaron como si se hubieran encontrado a sí mismo reflejado en el otro. Un alma geme...