La noche seguía, tenía que madrugar al día siguiente y no le importaba. La fiesta no parecía decaer y Harry ya ni siquiera se acordaba de que en menos de cinco horas debía estar despierto y enfundado en el elegante traje que había alquilado para ese evento familiar que tan poco le interesaba, porque a partir de las tres de la mañana empezó a parecerle mucho más importante los largos tragos que le daba a la copa que llevaba en la mano y la manera en la que Louis, de un momento a otro, se encontraba rodeado por dos chicos con los que hablaba animadamente en una esquina del club.
Hacía solo un momento su compañero se había excusado para ir al baño y cinco minutos más tarde había vuelto acompañado de toda una jauría de lobos queriendo atacarle con sonrisas coquetas y guiños disimulados, mientras que Louis se dedicaba a reír con ese encanto natural y meterse en el bolsillo a ambos sin siquiera proponérselo.
Harry observaba desde unos escasos metros, pretendiendo que estaba atento a los chistes y bromas que los amigos de Louis estaban haciendo, completamente ajenos a la situación que el castaño protagonizaba junto a la barra del club.
Niall se encontraba más borracho que hacía dos horas, pero no tan borracho como probablemente lo estaría dentro de una hora más, porque continuaba bebiendo copa tras copa sin siquiera reparar en que su billetera cada vez contenía menos dinero y su hígado soportaba menos alcohol; Calvin y Oli le seguían las bromas y Harry de verdad que estaba tratando de integrarse en ellas, pero siempre acababa buscando con la mirada a Louis, solo para comprobar que sus encantos no estaban haciendo efecto.
Pero solo un segundo después divisó como uno de aquellos chicos sacaba un billete para invitarle a una inocente copa, y cualquier persona que hubiera ligado alguna vez en un club, sabía que ese era el primer paso para terminar follando en los baños.
Entonces, agarró su copa firmemente y se levantó del lugar bajo la extrañada mirada del grupo de amigos con el que Louis le había dejado abandonado.
—¿A dónde vas? —escuchó la voz de Calvin mezclarse con la música del club, pero Harry ni siquiera se giró para responder.
—Al baño.
Podían calificar aquella noche como la noche de las mentiras, y aunque tampoco había que ser demasiado listo como para darse cuenta de que los baños estaban justo al otro lado del club, el rizado no se arrepintió en lo absoluto de no haberse esforzado en poner una excusa mejor, haciéndose paso entre la multitud para llegar y sentarse en un taburete a un lado de Louis y sus acompañantes, acoplándose en la situación con un semblante inexpresivo.
En cuanto Louis se percató de la presencia del rizado, su mirada se clavó en él como si estuviera cometiendo un delito de sangre.
—Hola —Harry sonrió, haciendo caso omiso a la mirada casi amenazante de Louis —. Soy Harry.
—Harry, ¿qué haces? —musitó Louis entre dientes, ligeramente incómodo.
Notó con facilidad como aquellos dos chicos desconocidos se miraron entre ellos con expresiones casi tan extrañadas como molestas, pero de todas maneras respondieron al saludo con cierto desinterés.
—Nate —se presentó uno de los chicos con una ceja alzada.
—Brandon —pronunció su nombre a la misma vez que lanzaba una mirada hacia Louis, en un intento de que le explicara algo de lo que estaba pasando.
Pero Louis solo pudo cruzar una mirada dudosa con Harry, porque tampoco tenía ni idea del por qué se encontraba ahí, con ellos, a punto de arruinar su plan de coqueteo con los dos chicos que se había encontrado hacía un rato en los baños.
—Así que... —Harry carraspeó, pretendiendo que no se estaba dando cuenta de que estaba molestando —... ¿Qué estás bebiendo, Louis?
—Vodka con limón —respondió uno de los dos chicos.
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Housemates
FanfictionCuando compartes piso con el novio de tu mejor amigo, las prohibiciones son muchas, pero Harry llegó a la vida de Louis de la manera más caótica posible, y ambos conectaron como si se hubieran encontrado a sí mismo reflejado en el otro. Un alma geme...