Louis estaba muy seguro de dos cosas.
La primera; Harry y él no eran amigos.
Durante dos meses y medio la convivencia con Harry se había resumido a engancharse a Netflix cuando ninguno tenía nada que hacer o a mantener conversaciones triviales en los huecos libres que encontraban durante el día a día.
Lo único que tenían en común era el espacio en el que habitaban y desde luego su relación era estrictamente de compañeros de piso.
Cada uno tenía su vida, eran diferentes y no se tenían en cuenta en la vida del otro más allá de compartir gastos o elegir quién se ducharía primero por las mañanas.
Su relación con Harry era tan estrictamente casera que a Louis simplemente le costó mucho asimilarlo cuando el rizado apareció frente a la puerta de su habitación para hacerle una pregunta.
—¿Puedo salir contigo?
La mano de Louis trataba de alcanzar una camisa doblada en una de las baldas superiores de su armario, pero se quedó estancado en sus movimientos al escuchar las palabras que Harry había pronunciado desde la puerta, recargado en el marco con los brazos cruzados.
—Pensé que te quedarías con Sam —le dijo, volviendo a balancearse en las puntas de sus pies para alcanzar la camisa.
—Le he dicho que iba a quedarme estudiando para mis exámenes de recuperación, ya sabes —respondió Harry con simpleza, adentrándose en la habitación del castaño y alcanzando sin ningún tipo de esfuerzo la camisa a la que Louis había estado tratando de llegar —el curso va a empezar en menos de dos semanas, tengo que estudiar.
Louis ladeó la cabeza, cogiendo la camisa de las manos de Harry y frunciendo el ceño.
—Pero no vas a quedarte estudiando —trató de puntualizar lentamente, como si pensara que Harry realmente no había tenido ese detalle en cuenta.
—Ya —chasqueó su lengua —. Al principio sí pensaba quedarme, pero luego lo he pensado mejor y... —al ver la cara de desaprobación de Louis, el rizado frunció el ceño y su tono de voz se volvió áspero —... si no quieres que vaya, solo dímelo.
No era que no quisiera. Independientemente de que solo fuera su compañero de piso, al fin y al cabo no podía negar que la convivencia con él era muy buena y que el tiempo que coincidían juntos en aquella casa se le hacía lo suficientemente agradable como para no tener ningún problema en invitarle al plan de aquella noche.
Pero no quería estar involucrado en la enorme mentira que Harry le había contado a Sam con respecto a esa noche.
No le parecía ético, mucho menos si el afectado era su mejor amigo.
—Claro, vente.
Pero sus impulsos trabajaron más rápido que su consciencia, un sudor frío recorriendo su frente al verse a sí mismo malditamente incapaz de decirle que no a esa expresión suplicante que le estaba regalando.
Tampoco fue capaz de arrepentirse de haber aceptado cuando observó la amplia sonrisa de gratitud que esbozó el rizado antes de girarse enérgicamente dispuesto a vestirse con algo apropiado para la ocasión.
Apenas una hora después, ambos ya se encontraban en el coche de Harry, aún estacionados en algún aparcamiento cercano a su edificio mientras el conductor se dedicaba a peinar sus rizos concentrado en el espejo retrovisor.
—Hace media hora que tendríamos que haber llegado al piso de mis amigos —apuntó Louis, observando como su compañero continuaba desenredando sus rizos —. ¿Puedes dejar de peinarte y arrancar el coche?
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Housemates
FanfictionCuando compartes piso con el novio de tu mejor amigo, las prohibiciones son muchas, pero Harry llegó a la vida de Louis de la manera más caótica posible, y ambos conectaron como si se hubieran encontrado a sí mismo reflejado en el otro. Un alma geme...