Narra Amelia:
En estos momentos en donde más desearía que la tierra, mi único consuelo es que mi hermana esta muchísimo más avergonzada que yo. Todavía no me creo que la puritana Andrea haya dejado que le hicieran un oral en pleno jardín de un lujoso restaurant, creo que lo usare como un arma cuando más me convenga.
El trayecto es bastante incomodo, Sebastián mira a mi hermana detalladamente, Andrea siente la mirada y se remueve incomoda en el asiento de la limusina, Elliot tiene la mirada fija en el suelo y yo me dedico a mirar por la ventana los edificios que se alzan majestuosos ante mi hasta que siento una mirada penetrante sobre mí, no hace falta voltear para saber de quién se trata.
Decido ignorarlo, así que todo el camino a mi casa vamos todos en un sepulcral silencio. Llegamos a nuestra casa. Una enorme construcción en Chelsea, soy la primera en bajar de la limusina.
--Gracias por traernos, que tengan una Buena Noche– me despido y me dirijo a la puerta, estoy a punto de entrar cuando de pronto ciento unas manos en mi cintura. Volteo y me encuentro frente a frente con Elliot y la verdad es que no sé qué decir al respecto, me quedo estática.
--Lamento mucho lo que te dije, es que últimamente estoy bajo mucho estrés—parece en verdad arrepentido.
--No te aflijas, en todo caso soy yo la que debe pedirte disculpas por el golpe que te di—digo apenada.
--Bueno ya que ambos nos perdonamos crees que podremos ser amigos—parece nervioso.
--Claro, ¿porque no?—trato de alejarme un poco—mmm ¿crees que puedas soltarme amigo?—le pregunto dudosa, me siento muy bien entre sus brazos y esa sensación es la que provoca que me aleje porque en el fondo sé que Elliot Donovan no me conviene.
Me suelta poco a poco sin dejar de mirarme.
--Buenas Noches preciosa—me susurra sensualmente al oído.
Ambos hermanos suben al auto y Andrea y yo vemos como se alejan, ambas estamos sonrojadas y nerviosas.
Entramos a la casa y yo subo corriendo hasta mi cuarto y me encierro. Mi habitación es muy grande y tiene tonos blancos, azules y grises; cuenta con un espacioso guardarropa y un baño blanco con tonos morados y lilas.
Me despierto a la mañana siguiente, me doy una ducha rápida y me pongo un vestido blanco a medio muslo de color blanco con escote de corazón y un pequeño cinturón café debajo de los senos, me pongo unos zapatos de piso de color café, me coloco unos brazaletes en la mano izquierda y un anillo de mariposa de cobre en la mano derecha, tomo mi bolso café de piel y mi chaqueta de mezclilla, solo me pongo gloss rosa en los labios y me amarro me cabello en una coleta alta y me pongo unos aretes cafés en forma de triángulos
Bajo a desayunar con la familia pero me llevo una ¿agradable? Sorpresa.
Mi familia está compartiendo el desayuno con los Donovan, todos me observan y mi madre me dice que sea respetuosa y salude.
--Buenos Días y provecho—me siento un poco cohibida.
--¿A dónde va tan temprano la hija menor de la familia Van Cleef?—me pregunta el señor Stephan.
--Voy a mi clase de violín señor Donovan—tomo un poco de jugo para aclarar mi garganta.
--Entonces tocas el violín, me parece estupendo que sepas tocar un instrumento tan bello querida.
--Y no solo toca el violín, también toca el piano, la guitarra, el saxofón y el arpa—dice mi madre orgullosa—mi pequeña es mi orgullo.
Sonrió a mi madre, ella trata de ser fuerte porque sabe que de cualquier momento a otro podemos volar y alejarnos de ella. El desayuno transcurre con normalidad, me doy cuenta que mi hermana no está. Me extraña porque ella nunca nos deja solos a la hora de desayunar.
Cuando termino mi desayuno me despido de todos y subo a la camioneta donde el chófer me espera.
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Termino mi ensayo con el profesor de música clásica, voy a los vestidores a ponerme mi ropa de ballet, muchos dirán que es el típico deporte de las niñas ricas en mi opinión puedo decir que lo odio con toda mi alma pero mamá insiste que me hace bien. Lo que mi madre no sabe es que tomo clases de baile.
Cuando entro al salón no tardó mucho en escuchar el grito de felicidad de mi mejor amiga, Olivia ha sido mi mejor amiga desde el jardín de niños, su familia también es una de las más adineradas de Londres pero a ella no parece importarle y justamente por eso la amo tanto.
Olivia y yo vamos a las duchas a quitarnos el sudor del cuerpo y aprovecho para contarle en el camino todo lo sucedido el día de ayer, me dice que tenga cuidado con Elliot que no me fie tanto de él.
La verdad es que yo también tengo mis dudas acerca de confiar en él, no sé qué creer, me siento muy confundida.
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Ya es la hora de salida, hoy salimos un poco antes porque ocurrió un problema con una fuga de gas y por seguridad nos mandaron a nuestros hogares. Me quedo sorprendida al ver en la entrada principal a Elliot, la verdad luce muy guapo con esos vaqueros y su camisa azul rey.
--¿Qué haces aquí Elliot?
--Vine a recoger a mi mejor "amiga", que acaso eso está prohibido—me mira con curiosidad.
--¿Cómo supiste a qué hora salgo y dónde está mi chofer?—trato de sonar segura pero la realidad es que estoy muy nerviosa.
Elliot se me acerca y me toma la cintura.
--Tu madre me pidió que viniera por ti porque tu chofer tuvo una emergencia familiar.
--En ese caso, te lo agradezco—estoy a punto de subir al auto cuando me toma de la mano y me gira para quedar frente a frente.
--Querida, creo que merezco un premio por mi caballerosidad ¿no crees?
--¿Qué es lo que quieres?—por favor que no me pida ser su esclava sexual.
--Mmmm, ya se, quiero un beso tuyo...
¡¡ ¿QUE DEMONIOS?!! Este chico está loco si piensa que tendrá un beso mío.
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"Bad Girl" La venganza a penas comienza...
Teen FictionNUNCA debieron humillarme y burlarse de mi!! Ahora es la hora de que comiencen a pagar todos y cada uno de los que me lastimaron a mi y a mi familia. Todos se arrepentirán, los haré sufrir... El mas que nadie se arrepentirá de haberme usado, solo de...