"Bad Girl" La venganza a penas comienza...

7. Una pequeña escapada...

Narra Elliot.

Últimamente he estado muy ocupado y justamente por eso casi no tengo tiempo para platicar con Lía pero como a partir de mañana tengo vacaciones las aprovechare para relajarme, había pensado invitar a Amelia unos días a la casa de campo de mi madre en La Toscana, aunque no sé si acepte porque la última vez que hable con ella parecía enojada y se escuchaba muy seca.

Pero no pierdo nada con intentarlo... marco a su celular y a segundo tono me contesta.

--Hola Elliot, ¿Cómo estás?_.

--Muy bien, mira llamaba para invitarte a la casa de campo de mi madre, en La Toscana ¿quieres ir?—por favor di que sí...

--Claro, pero primero deja que le pida permiso a mis padres, yo te aviso en la noche ¿ok?-.

-- En ese caso espero tu llamada, adiós preciosa-.

--Adiós Elliot, te mando muchos besos-.

Y me cuelga, pensé que no querría ir conmigo pero me equivoque. Hago las reservaciones para el vuelo de mañana a las 9:45 de la mañana en primera clase, llamo a Don Lorenzo, el encargado de cuidar la casa para avisarle que llegare mañana con una invitada muy especial. Hace mucho tiempo que no visito Italia, me trae tantos recuerdos de mamá... la extraño tanto, ella sabría aconsejarme.

Ya estoy a punto de acostarme cuando me llega un mensaje de Lía.

Hola!

Comienza a hacer espacio para mis cosas ¿ok?, mis padres están más que felices de que vaya contigo, bueno... mi padre no tanto. Mándame mensaje con todo el itinerario de mañana.

Que descanses. :)

Bss.

Le mando un mensaje con el horario de mañana. Me duermo pensando en una hermosa chica de ojos color miel.

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Amelia y yo nos encontramos en el aeropuerto, estamos a punto de abordar el avión. Hoy especialmente luce sencilla y casual... me encanta.

Trae puesto unos jeans de color azul, una camisa blanca sin mangas con una chamarra de cuero color piel y tiene sus converse blancos y trae su cabello suelto lacio.

--Gracias por invitarme, nunca he visitado Toscana y de verdad estoy muy emocionada.-

--Bueno pues espero que tengas mucha energía, porque estos días van a ser muy movidos—le dije de forma insinuante.

--Pasajeros del vuelo 20002602 con destino a Italia favor de comenzar a abordar por la puerta 2, Por su atención gracias—dijo una ¿operadora?.

--Tenemos que subir al avión preciosa-.

--Vamos, date prisa Elliot!-.

Subimos y nos pusimos cómodos.

--¿Qué te dijeron tus padres del viaje?- pregunte.

--Bueno se mostraron un poco... sorprendidos pero a la vez contentos, la única a la que no le gustó la idea es a mi hermana Andy-.

--Tu hermana es un poco extraña... ¡ah! Por cierto mi hermano me dijo que te mandara saludos a ti y a tu hermana-.

--¡¡Nosotras no queremos nada de ese cretino!! ¿ok?- me dijo alterada y enfadada.

--Tranquila, no sé lo que ocurre pero no voy a permitir que ofendas a mi hermano-.

--Si supieras lo que hizo no lo defenderías- susurro para sí misma.

Después de la pequeña discusión, ambos nos calmamos y prometimos que nadie ni nada impediría que nos relajáramos y divirtiéramos. 

(..)

Estábamos a punto de aterrizar así que desperté a Lía.

--Ya vamos a aterrizar Lía—susurre.

--Mmmm que bueno—dijo adormilada.

Bajamos del avión, Don Lorenzo nos esperaba en la salida para llevarnos a la casa. Amelia se portó muy bien con él hasta uno podría decir que se conocen desde hace mucho tiempo. Llegamos a la casa. Es una construcción de tres pisos de piedra, tiene un jardín muy espacioso, cuenta con una sala al aire libre en donde se puede admirar los montes. Tiene una piscina y un comedor.

Por dentro es muy lujosa pero también muy cálida.

--Tu casa es hermosa... ¿Qué te pasa Elliot?—me pregunta al mismo tiempo que toma mi mano.

--Esta casa era de mi madre, hace mucho tiempo que no venía de visita—tomo un respiro—aún tiene la esencia de mamá...

--Lo lamento tanto se nota que tu madre fue una maravillosa mujer... ella estaría orgullosa de ti-.

--Bueno olvidemos los malos momentos, acompáñame, te mostrare tu habitación-.

Subimos las escaleras y la conduje por un pasillo. Su habitación estaba enfrente de la mía.

--Esta es tu habitación.- La habitación es muy espaciosa con un enorme ventanal, tiene una gama de colores claro y rojos, es muy femenina y juvenil, muchos pensaran que porque hay una habitación así en una casa de puros hombres.

Mi madre decoro esta habitación para que cuando Sebastián o yo trajéramos a LA chica a esta casa, ella se sintiera cómoda... en ese momento pensé que era absurdo pero ahora en verdad se lo agradezco.

--Es hermosísima, gracias!!-.

--Por nada, bella ragazza. Que descanses-. Bese su mano y salí de la habitación.

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Al día siguiente me levante muy temprano para ir a correr un poco por los campos, el hacer ejercicio hacia que me relajara y pensara con más claridad las cosas. Cada día desde que comencé a convivir con Amy me he sentido muy vivo y alegre. Es como si la necesitara para poder ser mejor persona...

Después pienso en mi padre, a pesar de que no ha sido el mejor no puedo evitar amarlo. Es muy contradictorio, por un lado lo amo y por el otro lo odio. Pero soy un hombre de palabra y si acepte participar en el plan, no me arrepentiré.

Cuando llegue de correr eran las 8 de la mañana, supuse que Amelia seguiría dormida.

--Buenos días o mejor dicho Buongiorno, ¿Cómo amaneciste?—Amelia se encontraba vestida con un vestido blanco con escote en U que le llegaba a medio mulso, iba descalza y su pelo lo llevaba suelto con un listón café.

--Muy bien, pero me sorprende que ya estés despiertas, tú duermes hasta tarde-. Dije conteniendo la risa al ver su cara de indignación.

--Quien te crees que eres para decirme eso, yo no soy como tus fulanas.-

--Quedo claro, por favor baja ese cuchillo...-.

--Mejor apúrate para desayunar-.

Terminamos de desayunar y yo le propuse ir a dar un paseo por los campos cercanos a la casa.

--Esto es muy hermoso, Elliot— dijo mientras miraba al horizonte.

--Sí, lo sé... pero no es más hermoso que tú...-.

--Gracias por el cumplido-.

--Por nada preciosa—entonces me dije a mi mismo es ahora o nunca—Amelia desde hace tiempo quería decirte que me pareces una chica maravillosa... me encantas, sé que es poco tiempo el que hemos convivido pero solo te puedo decir que me ha servido lo suficiente para darme cuenta de que si llego a madurar y ser de una sola mujer... esa quiero que seas solo tú... ¿Quieres ser mi novia?-.

--Elliot me tomas por sorpresa—ella toma un poco de aire—pero tampoco puedo evitar sentir esto que me hace sentir plena y feliz, tú también me gustas mucho... ¡sí quiero ser tu novia!-.

La abrazo y nos besamos lento y suavemente, sin prisas, con la seguridad de que ambos nos queremos...