30. Una cena... ¿Por que no?

363 19 11
                                    

Amelía:

Frente a nosotras esta el doctor ardientes y supongo que un amigo suyo, el doctor no deja de mirar a mi hermana y ella no se muestra apenada si no todo lo contrario mueve sus pestañas de forma coqueta.

- Es un gusto volver a verlas Señoritas Van Cleef - saluda amablemente el doctor, la verdad es que no recuerdo su nombre solo se que es algo raro y poco común.

- Es placer es nuestro Señor... ¿me podría recordad su nombre? - pregunto apenada, de seguro piensa que soy unta tonta. Ríe suavemente al igual que su acompañante, me dedico a observarlo más detalladamente claro, sin ser muy obvia.

Es realmente guapo, tiene el cabello negro y ondulado, su cuerpo es perfecto, sus ojos son de un color azul penetrante y que resaltan aún más con el color de su piel bronceada. Soy una mujer que puede observar, lastima que no estoy libre.

- Claro, con tanto ajetreo. Mi nombre es Kennet Mazzone - contesta y extiende su mano para que la tomemos. Andrea acepta el saludo y veo como se le suben los colores a el rostro cuando Kennet besa el dorso de su mano de forma galante.

- Y que los trae por aquí - pregunta Andrea cuando logra recomponerse de la muestra de caballerosidad.

- Venimos a divertirnos Oh por cierto, les presento a mi buen amigo Leandro Russo, al igual que yo es medico - dice cuando recibe un golpe de parte se su guapo amigo, el hombre nos saluda con un beso en la mejilla causando que me ruborice un poco por semejante confianza.

- Son ustedes preciosa, mi buen amigo Kennet me había hablado acerca de ustedes - responde cuando termina de saludarnos, el nombrado lo mira con una mirada asesina y poco le falta para golpearlo.

Después de los saludos y presentaciones los cuatro nos dirigimos a la pista de baile para mover el esqueleto, Leandro baila muy bien, bien dicen que los italianos son peligrosos. Es excitante sentir sus masculinas manos recorres mi cintura y rozar mi trasero, la música es sensual y te atrapa en una nube de erotismo. Al terminar la canción ambos tenemos la mirada dilatada y las respiraciones aceleradas.

- Vamos - susurra en mi oído para que pueda escucharlo con más claridad, me lleva a la mesa en donde están platicando animadamente mi hermana y Kennet, me alegra ver que Andy se divierta un poco. Últimamente ha estado muy tensa y acelerada debido a la enorme responsabilidad que implica ser madre además de que mi Angelito es muy especial por así decirlo. Si no tiene lo que quiere comienza a llorar y a quejarse en ocasiones hasta me golpeo.

La verdad es que es muy divertido cuidarlo, una vez cuando lo iba a cambiar de pañal Oliver se ofreció y para no hacerles es cuento muy lago pues... quedo empapado y no precisamente de agua.

Andrea me dice que ya es tarde y que debemos regresar, nos despedimos e intercambiamos números telefónicos para estar en contacto y quedar otro día, cuando salimos nos sorprendemos al ver que hay más personas que cuando entramos a el local. En Londres no es así, muy pocas personas salen tan tarde de sus casas; tomamos un taxi y le indicamos la dirección, en el camino mi hermana me cuenta a detalle de todo lo que platico con Kennet, todo parece indicar que es un buen partido para ella además adora a los niños. Llegamos a las dos de la mañana a el apartamento y nos apresuramos para subir.

Romina nos recibe con una sonrisa cálida y se despide de nosotras, Ángel ya esta dormido en su habitación junto con su inseparable peluche, se ve muy tierno cuando lo abraza con sus pequeñas fuerzas de bebé. Entro a mi habitación y me quito las botas y las medias quedándome solo con el vestido, no me preocupo en desmaquillarme ya que en verdad estoy muerta de cansancio y los pies me torturan lentamente. Siento la suavidad de mis sabanas e inmediatamente caigo presa de un sueño profundo.

&&&&&&&&&

El despertador marca las seis en punto de la mañana del día Domingo, a pesar de que me dormí demasiado tarde no me siento cansada. Me levanto de la cama y entro al baño para asearme, la luz mañanera entra por mi ventana y me dan ganas de salir a correr.

Voy a mi vestidor y busco entre la ropa si tengo algo deportivo, encuentro un short deportivo negro que se ajusta a mis caderas y una playera rosa fuerte y mis tenis rosas con negro, tomo mi MP3 Mini y mis auriculares. Mi cabello corto lo sujeto con una banda para el pelo de color negro, me doy una mirada de satisfacción y salgo a la cocina por una botella de agua.

(..)

Las calles de Nueva York están a reventar de tanta gente que va y viene con prisa, corro por las calles esquivando a las personas con sus trajes elegantes y sus celulares en mano, llego a Central Park y comienzo a correr más rápido por al menos tres horas. Las personas que también viene a hacer ejercicio me regalan una sonrisa y un saludo amistoso de pronto veo a un enorme San Bernardo venir corriendo hasta a mi

- Hola campeón, eres hermoso y muy fuerte ¿donde esta tu dueño? - le pregunto a perro al ver que nadie viene o se acerca a él, me extraña encontrar un hermoso animal y sobre todo caro solo por el parque.

- ¡¡Bruno!! - grita una persona y el perro levanta la cabeza en busca de su dueño. No alcanzo a distinguir a hombre, lo único que puedo notar es que trae puesta ropa deportiva y una cuerda de perro en la mano derecha y en la izquierda su botella de agua.

- Creo que tu dueño ya te encontró Bruno - acaricio su cabeza y el lame mi mano, la verdad es que amo a los animales y soy su defensora.

- Gracias no vi a donde se fue y por un momento creí haberlo perdi... ¿Amelía? - pregunta el dueño de Bruno, levanto la mirada y me encuentro con los ojos azules de Leandro observándome atentamente y con una media sonrisa en su rostro, se ve muy guapo sudoroso...

- ¿Es tu perro?

- Sí, su nombre es Bruno y es mi perro desde niño - contesta y acaricia a su perro.

Nos sentamos en una banca libre y el avienta la pelota de Bruno para entretenerlo mientras nosotros conversamos, la charla es muy tranquila y graciosa. Leandro es un buen hombre que fácilmente puede conseguir a cualquier mujer.

- Bueno fue un gusto verte, espero que algún día quedemos para salir juntos - le digo antes de despedirme de él y de Bruno, una mano me jala y de un momento a otro me encuentro pegada a su cuerpo.

- El viernes en la noche, tu y yo en un restaurant que conozco ¿aceptas? - me pregunta al oído, me estremezco al sentir su aliento cerca de mi cuello.

- Una cena... claro ¿por que no? Entonces el viernes a las nueve, bueno me voy. Adiós - beso su mejilla y me alejo rápidamente de el.

Comienzo a sentir algo por Leandro Russo...

&&&&&&&&&&

Hola, espero que le haya gustado el capitulo tanto como a mi. Comenten si quieren algo de candela entre Leandro y Lía.

¿Leandro es guapo? Comente un sí o un no.

Los amo muchooo!!!!!!!!!!

Bss


"Bad Girl" La venganza a penas comienza...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora