2. ¿Un plan?

961 53 1
                                    

Narra Elliot.

Hoy en la mañana que desperté tenia a una hermosa y sensual morena a mi lado y en verdad espero que este dormida y no muerta. Me dirijo al baño para darme una ducha fría para ver si se me pasa un poco la resaca. Después de media hora estoy listo y justo cuando me pongo mi abrigo siento unas manos traviesas en mi espalda.

--Buenos días cariño, veo que madrugaste después de una movida noche ¿puedo llamarte después?—susurra en mi oído de forma coqueta. Si no fuera porque tengo una ley inquebrantable de no estar con la misma chica dos veces.

-- Lo lamento preciosa pero tengo que hacer un importante viaje de negocios así que no podre estar disponible por un muy, muy largo tiempo—le digo al mismo tiempo que tomo las llaves de mi Audi A5 negro, se ve desilusionada y siento un poco de culpa pero después me pongo a pensar en las tantas chicas que me esperan ansiosas.

Cuando llego a mi casa en Chelsea una de las empleadas me informa que mi padre me espera en su despacho. Lo único que me falta es que me dé un sermón sobre la responsabilidad y el compromiso.

Toco la puerta del despacho y mi padre responde con un adelante.

--Me dijo una de las empleadas que querías verme, supongo que debe de ser urgente—mi padre es un importante abogado y justamente hace una semana se acaba de asociar con uno de los abogados más importantes de todo Londres.

Un tal Emilio Van Cleef el cual es dueño presidente de un bufete de abogados.

--Así es, creo que ya va siendo hora de que te comprometas con los asuntos de la empresa, tu hermano no puedo solo con tanta presión así que creo que lo más conveniente es que comiences a trabajar el lunes que viene—dice de forma autoritaria y firme.

Mi padre no es precisamente un hombre muy expresivo desde que mi madre murió en un aparatoso accidente automovilístico, desde pequeños nos trató de forma seca e indiferente y nunca convivía con nosotros. Al pasar de los años aprendimos a obedecerlo y a no opinar en sus decisiones.

Mi hermano mayor decidió elegir los mismos pasos que mi padre, al parecer esa era la condena familiar y claro como yo no la seguí me gane el rencor y el desprecio de mi padre. Pero sinceramente me tiene sin cuidado lo que piense de mí.

--¿Y porque debería de hacerlo? Tu nunca me habías necesitado es mas siempre decías que con Sebastián tenías más que suficiente—mi hermano siempre ha sido el orgullo de mi padre desde que tengo memoria a mi casi nunca me prestaba atención.

--Veo que ya empezamos con los reproches, mira Elliot la verdad es que la empresa no está pasando por muy buenos momentos que digamos, todo parece indicar que se va a la quiebra poco a poco y como tu comprenderás no estoy dispuesto a perder toda mi fortuna—toma un respiro para poder continuar—Por eso mismo me asocie con Emilio Van Cleef.

Emilio y mi padre son amigos desde hace tiempo pero desde la muerte de mi madre se comenzaron a distanciar y poco a poco mi padre comenzó a odiarlo y a envidiar todo lo que el tenia.

--Y como demonios piensas que yo podría ayudarte si no se absolutamente nada sobre los temas de la empresa—es absurdo lo que me está pidiendo porque aquí el único experto es mi hermano Sebastián.

--Es muy fácil lo que debes de hacer, tengo un plan para que todo el dinero de los Van Cleef sea nuestro y para llevarlo a cabo necesito de tu ayuda—me mira de formo fría.

--Y que se supone que es lo que debo de hacer, padre—digo no muy convencido, esto no me está gustando para nada.

--Es muy fácil, necesito que enamores a la hija menor de los Van Cleef... no creo que sea tan difícil ella es muy hermosa y tú eres muy atractivo hijo mío y eres todo un conquistador, has lo que sea necesario para que podamos conseguir lo que queremos. Puedes usarla y tirártela si quieres, a mi lo único que me interesa es que hagas que se enamore perdidamente de ti. ¿Crees que puedas hacerlo?—la verdad es que parece muy ansioso y un poco trastornado me negaba a creer que ese era mi padre.

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

El chofer nos está llevando a al lujoso restaurant Gordon Ramsay en Londres, el socio de mi padre acudirá con toda su familia a la cena. Mi hermano luce cansado y preocupado, no puedo evitar sentir un poco de remordimiento por dejarle toda la responsabilidad a él solo.

Cuando llegamos el dueño nos dirigió a una zona apartada y exclusiva, mi padre lucia ansioso y desesperado, Sebastián se veía cansado y con ganas de relajarse, después de esperar una media hora llegaron los invitados.

El señor Van Cleef parece una buena persona, es alto, su cabello es de color castaño oscuro al igual que su barba y su esposa es joven y bella, toda una dama de alcurnia. Observo a Sebastián como coquetea discretamente con la hija mayor del matrimonio Van Cleef que al parecer se llama Andrea y debo reconocer que es muy atractiva pero no se puede comparar con su hermana menor.

Amelia... es tan hermoso como ella, tiene cabello castaño claro, su piel es nacarada y desde lejos se nota que es muy suave, tiene un espectacular cuerpo; se lo que piensan pero no puedo evitarlo soy un hombre. Pero lo que más me gusta de ella son sus labios carnosos y esos hermosos ojos de color miel que son muy parecidos a los de su madre.

La cena transcurre con normalidad, mi padre solo habla de negocios y de lo feliz que esta con la asociación que tiene con el señor Van Cleef, mi hermano hace como 15 minutos que desapareció junto con Andrea supongo que deben estar pasándosela bomba porque aunque mi hermano luzca formal y correcto yo sé muy bien que con las chicas es todo lo contrario incluso me atrevería a decir que es mucho peor que yo.

Amelia también luce igual de aburrida que yo, al principio trato de hacerme la plática pero como todavía estoy en shock por lo de esta mañana con mi padre me porte muy grosero con ella y no la culpo por odiarme en este momento.

Decido tragarme mi orgullo y le propongo que demos una vuelta por el jardín del restaurant lo primero que pensé seria que me mandaría al demonio y es por eso que me sorprendí bastante cuando me dijo que sí. Salimos en silencio, ella se quedó impresionada con la decoración del jardín yo solo la miraba.

Lucia sencillamente preciosa...

Estaba tan ocupado mirando lo bella que era hasta que ambos escuchamos varios gemidos que provenían de una esquina del jardín, pensé que ella se escandalizaría pero veo que me equivoque cuando note que se dirigía al lugar de donde provenían los gemidos.

Realmente no me sorprendí cuando vi que se trataba de Sebastián, pero después me di cuenta que la chica con la que está fajando era Andrea, la hermana mayor de Amelia. Poco a poco me fui acercando más y más, ella lo sintió y volteo, nuestros rostros estaban muy cerca uno del otro, su mirada estaba dilatada y sus labios entre abiertos, la sola imagen era excitante.

Pero como soy un hombre que nunca se calla lo que piensa o siente, le hice una pregunta tan estúpida que me arrepentí justo cuando acabe de formularla Amelia me miro sorprendida y después furiosa, me grito imbécil y me abofeteo para después salir casi corriendo, el grito sobresalto a la pareja la cual se separó de inmediato.

Ambos me miraron avergonzados.

--Hermano creo que para eso existen los moteles, además son muy cómodos— me di la vuelta y camine hasta donde estaban todos los demás. Detrás venia Andrea y mi hermano que trataban de arreglarse lo más que podían.

Cuando entramos mi padre me dijo que si las podríamos llevar a su casa porque ellos tenían que atender asuntos importantes. Estuve a punto de replicar pero mi hermano quiso interpretar su papel de caballero y acepto.

Todo parecía indicar que el camino seria largo e incomodo...


"Bad Girl" La venganza a penas comienza...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora