Dos

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19 de Abril.

20:00 (hora a la que llega Marlon del trabajo)

Se abre la puerta principal.

- Llegué -Anuncia Marlon esperando atención inmediata.

- Amor ¿te sirvo tu comida? -Preguntó Ana como una niña tímida que pide un favor.

- Por supuesto Ana, ya deberías saberlo.

Ana corrió a la cocina y preparó todo para darle de cenar a su esposo. Ella no quería otra golpiza como la de ayer, aún le dolían los brazos de tanto forcejear y el abdomen por todos los golpes que su marido le había proporcionado.

- Aquí está mi amor, te hice tu plato favorito. -Esta vez Ana sonaba asustada y tensa.

- Si, es lo menos que podías hacer después de esa comida insípida de ayer. -Respondió de manera fría Marlon.

- Así es amor.

- ¡Cállate!, Solo déjame comer en paz. Y dile a Lorena que baje inmediatamente.

Ana subió las escaleras con prontitud y llamó:

-Lorena, tu padre quiere que bajes.

Lorena dejó inmediatamente lo que hacía y bajó sin dudar mientras se ataba el cabello con una coleta alta, pasó a lado de su madre que se había quedado estática en la escalera con la mirada al suelo.

- Dime papá. -Lorena sabía que cuando papá y mamá peleaban, a él no le gustaba hablar con nadie más que con ella, de alguna manera ella era la hija que el más mimaba y consentía, incluso a veces solo Lorena lograba que su papá se consuele en sus momentos de más ira, solo a veces.

- ¿Cómo has estado hijita?

- Bien papi.

- Ven, siéntate a mi lado, déjame verte de cerca. ¡Vaya! estás tan hermosa que casi no puedo recocerte como mi hija, jajajajajaja -Y es que realmente Lorena era bella, una adolescente de contextura media pero contorneada, ya empezaban a notarse sus rasgos de la pubertad ya casi culminada a la perfección en su pecho y caderas, además tenía unos ojos grisáceos demasiado pulcros y una cabellera espesa y castaño claro.

- jejeje -La risa de Lorena era solo por compromiso, como para que su padre pudiera sentirse complacido. Desde hace un año aproximadamente no ha recibido ningún golpe de su padre, y no quiere hacer nada que provoque otra vez la agresión.

- Hija, que te parece si hoy vemos una película juntos en la sala. -Marlon sonaba insinuante y travieso, como un padre que intenta convencer a su hijo de hacer algo divertido a escondidas de los demás.

- Pues, yo quería hoy dormir temprano, porque mañana a las 6 de la mañana me llamará mi amiga desde Europa, no quería quedarme dormida...

- ¡No importa eso Lorena!, ¡Tu papá es más importante! ¿Verdad? -Ahora Marlon había usado un tono de advertencia.

- Claro papá, eso era lo que tenía planeado, pero es cierto, tu eres más importante... -La voz de Lorena era de una chica resignada que ahora intentaba aceptar la advertencia indirecta que su padre le había dado con la mirada y ese tono de voz tan desafiante.

- Esa es mi niña hermosa, entonces ve a alistar todo. Veremos una película y haremos palomitas, nos divertiremos. Busca tu película favorita y esa es la que veremos.

- Si papá. -Lorena habló mientras iba a su habitación y buscaba la última película que había comprado y en seguida bajó a la cocina para alistar las palomitas.

Marlon era un hombre apuesto, era alto, fuerte, de cabello castaño claro y ojos mieles, sin embargo era de piel canela. Es decir, una combinación perfecta. Sin embargo, todo lo apuesto desaparecía cuando se enojaba. Todos en casa sabían que el ser un hombre de negocios no lo hacía el mejor hombre de la casa, Por lo tanto había que estar pendiente de su estado de ánimo todo el tiempo. Era como vivir en una época de guerra constante.

22:10

- ¡Lorena! -Gritó Marlon desde la sala, donde yacía acostado en el sofá cama frente al televisor.

- Ya voy papá. -Dijo Lorena desde la escalera mientras bajaba ahora si lista con su pijama, la película en sus manos, y una sonrisa fingida para alegrar a su papá.

- ¿Estás lista?, yo ya saqué las palomitas del microondas y estoy listo. ¿Qué película veremos?

- "Tu y yo"

- Si, Tu y yo Lorena, ¿Qué película veremos?

- jajajaj, ¡papá!, la película se llama "Tú y Yo". -Decía Lorena mientras de verdad se reía de lo gracioso que había sido su padre.

- Lo sé, lo sé. Jajajaj. Solo bromeaba hija. Ahora ven, acuéstate aquí a mi lado. ¿Qué tan romántica es esa película? quizás deba llamar a la ambulancia para que me atiendan por una sobredosis de romanticismo esta noche. Jajajaj

-jajajajajaja

Marlon sí sabía cómo hacer reír a su hija. Y solo esos pequeños momentos se disfrutaba de un papá como cualquier otro.


Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora