Doce

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Era la segunda vez que Lorena recibía un beso de Boris, pero esta vez él intentó avanzar un poco más, el beso se volvía nuevo e interesante para ella, nunca había besado a nadie así, de hecho, todo en Boris era nuevo para ella. Encontrar un chico tan apuesto que se interese en ella era algo nuevo, que ese mismo chico fume marihuana y no luzca como indigente era totalmente nuevo para ella, que el chico la esté besando de esa manera tan peculiar como sucedía en este momento, eso era mucho más que nuevo para Lorena. De pronto ya no era un beso como el que se dan los enamorados para saludarse rápidamente, ahora era más bien un beso como de telenovela, de hecho se sentía mejor de lo que se veía en las películas, ella realmente lo estaba disfrutando, y aprendiendo lo necesario para volver a repetirlo.

Boris la miraba con curiosidad.

- Me gustas mucho Lorena.

- Y tú a mi Boris.

- Sé que puede sonar apresurado lo que te diré pero, creo que no quiero que seamos solo amigos, ¿Qué opinas al respecto?

Lorena tragó en seco, se acomodó para recostarse en el pecho de Boris mientras estaban acostados sobre el césped fresco de una plaza cercana al hospital.

- ¿A qué te refieres específicamente con que no quieres que seamos solo amigos? -Intentaba distraer la pregunta mientras pensaba bien en su respuesta.

- Me refiero a que me gustaría que fuéramos novios. Que podamos salir de vez en cuando como novios, tomarnos de la mano y cumplir meses... así como las relaciones de las películas, pero en la vida real. -Aclaró Boris moviendo su brazo para poder abrazar a Lorena de manera más cómoda.

- Entiendo. - Ella hizo silencio un minuto y él le siguió. -Mmm... No sé bien qué responderte Boris. Es decir, entiendo lo que me estás insinuando, pero no sé bien cómo responderte a esa propuesta, déjame pensar bien.

- Podrías responder con un simple No, o un maravilloso Sí. En ambos casos sería lo único que necesitaría escuchar como respuesta a mi pregunta.

- Pero mi respuesta es más compleja que un maravilloso Sí.

- Pero quieres decir que Sí.

- ¡Boris! - Lorena se levantó para mirar a Boris a los ojos con seriedad.

- Jajaja, perdón bonita, estaba probándote, explícame qué es lo que te preocupa. -Se excusó él.

- Ay Boris. -Le dio un golpe suave en el hombro y se volvió a recostar donde estaba. - Es solo que aunque tengo 16 años, mi papá no es tan abierto en eso de que yo tenga novio, ¿Entiendes? Mamá quizás me diría que sí, pero si papá dice que no puedo, mamá tendrá que decir lo que él dice, y no es como si mi papá fuera realmente fácil de convencer.

- Mmm... Te lo pongo así, mis padres aman a tus padres, en general podríamos decir que somos familias amigas desde hace años, los tuyos me conocen desde que usaba pañales, y los míos igualmente contigo, no creo que haya mucha desconfianza, más bien, estarían contentos de que sus hijos se relacionaran, es como cuando tienes una mascota y te das cuenta de que la misma se lleva bien con la mascota de tu mejor amigo, la sensación es de alegría y confianza. Podemos intentarlo.

Lorena se quedó callada una vez más, ella trataba de pensar muy seriamente en las palabras de Boris, tenía lógica, pero no tenía base para ser terreno seguro. Tenía miedo.

- No lo sé Boris, no quiero arriesgarme a que al hacerles saber nuestras intenciones a nuestros padres, ellos se enojen en vez de alegrarse, y nos prohíban salir o estar juntos nunca... eso sería peor.

- Pues viéndolo de ese modo, tienes razón.

Ambos hicieron silencio, y después de unos minutos Lorena se sentó inesperadamente, al perecer tenía algo en mente.

Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora