Once

216 13 3
                                    

13:55---

- Buenas tardes señorita, venimos a visitar a la Señora Ana Rosermo. -Preguntó Luis a la recepcionista del hospital.

- Buenas tardes, por supuesto, ¿Número de habitación? -Responde con amabilidad.

- Pues, mmm... no sé, Berthy, ¿Sabes cuál es el número de la habitación?

- No querido.

- ¡Hey! - Saludó Lorena con entusiasmo, no tanto por ver a la familia Livinton ahí, sino porque entre ellos estaba Boris, y él era un chico que no podía pasar por alto.

- ¡Lorena! Querida, que bueno que estés aquí, ¿cuál es la habitación en la que está tu mamá? -Habló Bertha con aparente entusiasmo.

- Si Señora, la habitación es la 204. -Se acercó al counter de la recepción para verificar que la enfermera tomaba apuntes.

- Está bien Señora, pueden pasar. -Refirió la enfermera.

- Listo, síganme. -Lorena les hizo una señal para que vinieran con ella, y Boris buscó su lugar junto a ella mientras iban de camino.

- Lore, qué gusto poder vernos nuevamente. -Susurró Boris mientras intentaba seguirla.

- Nos vimos hace tan solo horas Boris.

- Shh, creo que mis padres no saben eso. Podrías ayudarme si no lo mencionas.

- Bueno, no lo haré. ¿No estás bajo efectos de ningún estupido-faciente en estos momentos o sí?

- Jajaja, empiezo a sentir que te burlas de mí. Lorena, mejor llamémosla Mari, puede que sea considerada un estupefaciente, pero es mi Mari, que a veces ella me vuelve estúpido, quizás, pero en otras ocasiones me hace sentir poderoso. Jajaja, Poco a poco aprenderás más de ella.

- Jajaja, No me burlo Boris, soy realista. Y no sé si quiero conocerla más, o llamarla Mari, ponerle un nombre me hace pensar en que es una chica que vive contigo, tu novia quizás.

- ¿Novia? Tú sabes que no tengo novia, lo sabes ¿cierto?

- No me lo habías aclarado, pero lo asumí. No me hubieras besado aquella vez sino.

- Cierto.

- Llegamos, ésta es la habitación, déjenme asegurarme si pueden pasar. -Comenta Lorena a toda la familia Livinton que la seguía a un par de metros de distancia.

- Correcto Lorenita, esperaremos aquí. -El tono de la voz que usó Bertha para pronunciar su nombre, hizo que ella arqueara sus cejas de manera extraña e involuntaria, nadie a excepción de su amiga en Europa la llamaba Lorenita. Hizo caso omiso de lo incómodo que le resultó eso y entró a la habitación sin decir más.

Una enfermera estaba verificando los datos de la máquina que controlaba el goteo del suero que le administraban a Ana, ella anotó algo en la libreta y la puso en su lugar, se dirigió al centro de la habitación para hablarles a Lorena y su mamá.

- Bueno, al parecer ha mejorado rápidamente, si sigue así, mañana en la mañana tendrá el alta sin mayor complicación. -La joven ofreció una sonrisa a ambas, se dio vuelta y salió de la habitación.

- Mamá, eso es bueno, saldrás pronto. -Agregó Lorena radiante de felicidad por su madre.

- Así es hija, lo bueno es que ya no siento ningún dolor fuerte en el abdomen como ayer, a penas un poco de ardor en la boca del estómago, pero estoy bien, mucho mejor. -Comentó Ana.

- Si mamá. ¿Y papá?

- Pues, salió rápidamente a verificar unas noticias de su empresa, espero que vuelva pronto, me preocupó un poco.

Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora