Veitiuno

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11:22

- ¿A dónde vamos Marlon? -Preguntó Lorena que estaba con los brazos cruzados, sentada en el asiento del copiloto del auto de su madre, que ahora lo manejaba su padre, a quien no quiso llamarlo por lo que era, sino solo por su nombre, quizás el rencor que empezaba a fortalecerse en su interior no le dejaba reconocer a este hombre como su progenitor.

- ¿Cómo me llamaste? -Fue lo único que acertó a preguntar Marlon.

- Marlon -Aclaró ella sin gota de remordimiento.

- ¿Marlon?, ¡Soy tu padre Lorena! ¿Acaso tu madre estuvo metiendo ideas en tu cabeza para que me llames solo por mi nombre?

Lorena no respondió y siguió mirando el camino de la carretera por donde iban.

- ¡Respóndeme malagradecida! -Ordenó Marlon tratando de no perder el control, pues estaba al volante.

Ella siguió sin contestar, y más bien frunció el ceño en señal de ira y protesta.

Marlon se detuvo rápidamente en el borde de la carretera sin dudar, e hizo sobresaltar a Lorena cuando se giró hacia ella y la tomó por los hombros agitándola fuertemente.

- ¡QUIÉN TE CREES NIÑA INGÉNUA! ¿ACASO NO SABES QUE PODRÍA MATARTE DE UN SOLO GOLPE?

Lorena lo miró aterrada por la repentina actitud de su padre hacia ella, llevaba años sin ver a su padre tan enojado contra ella. Cerró sus ojos fuertemente y lo único que dijo por sus labios es:

- ¡Te odio!

Marlon por primera vez sintió una punzada en el corazón. Nunca había sentido tanto dolor por unas palabras como en ese instante que su hija amada le hacía una declaración tan profunda y dura. La soltó, se volvió a sentar derecho frente al volante, movió la palanca y retomó el camino del carretero sin decir una sola palabra, él estaba seguro que por primera vez en la vida, el solo abrir la boca para intentar justificarse, le sacaría lágrimas calientes y dolorosas de sus ojos miel.

Lorena solo se admiró de que su padre no haya hecho nada peor contra ella y optó por volverse a colocar en la posición que había mantenido minutos antes.

------ 12:04

- Lo lamento en serio Ronald, no sabía que Marlon vendría a casa de la forma en la que vino hoy, aunque por otro lado, es bueno saber que pudiste confirmar todo lo que te dije sobre él en tan solo unos pocos minutos de su presencia. -Comentaba Ana, que iba de copiloto mientras Ronald conducía su auto y Bryan con Rose conversaban en el asiento trasero del auto.

-Tranquila Ana, es mejor que haya sucedido así. Además, al menos sabrás que al fin decidió irse para siempre.

- Tal vez. -Comentó Ana esperanzada.

- Bueno, entonces almorzaremos hamburguesas, ¿Están de acuerdo?

- Si, gracias. -Confirmó Bryan.

- Gracias papá. -Dijo Rose.

Ana siguió platicando con Ronald respecto a lo que ella tenía planeado hacer en el futuro junto a sus hijos, y algunos otros deseos que tenía para con su vida y que junto a Marlon nunca hubiera podido alcanzar. Mientras tanto, Bryan y Rose hablaban en voz baja para no ser escuchados.

- ¿En serio crees que fue así? ¿Por qué querría tu padre secuestrar a su propia hija?

- Tal vez solo lo hizo para intentar convencerla de que él está en lo correcto, y que mamá está loca. -Alegaba Bryan.

- No se, siento que podría ser tan solo una equivocación, tal vez tu hermana estaba escondida en el auto de tu mamá y cuando vio que su padre entró en el mismo auto en el que estaba ella, decidió salir corriendo y dejó caer su mochila sin querer , quizás la vean en casa de nuevo en los próximos días. -Rose trataba de dar esperanzas.

Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora