Ocho

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Boris abrió su habitación y dejó que Lorena entrara primero. Encendió la luz violeta y cerró la puerta con seguro. Lorena volvió a observar los detalles de la habitación, pero esta vez con más detenimiento, como si intentara volver a familiarizarse con el lugar, definitivamente ella deseaba una habitación así.

- Vuelvo a convencerme de que sin dudar ¡Quiero una habitación así! -Comentó con seguridad mientras pasaba sus dedos por el borde de la repisa donde estaba el equipo de sonido.

- La tienes, ya sabes que esta habitación es de quien yo decida que sea, y yo decido que no solo sea mía, sino también tuya. -Responde Boris acercándose a ella suavemente.

- Gracias. -Lorena se voltea para mirarlo de frente y se topa con que él ya está esperándola por lo que instintivamente retrocede un paso, pero él la sujeta de la cintura sin pensarlo dos veces. -Yo... no esperaba que estés detrás mío... jeje -Le salió una sonrisa nerviosa.

- ¿Qué quisieras que hagamos bonita? -Las palabras que Boris susurró al oído de Lorena hicieron que la misma se moviera incómoda para soltarse suavemente del abrazo.

- Pues, me gustaría que comamos y veamos alguna película. -Sugirió ella mientras tomó las bolsas de las hamburguesas que habían comprado y que Boris había dejado sobre la cama.

- Si, es buena idea, ¿te gustan las películas de terror?

- No veo muchas de terror, no sé si podría decir que me gustan, tal vez no mucho.

- Bueno, quizás en eso diferimos bonita, puesto que yo amo las películas de terror. Justamente tengo una que aún no me veo, ¿Quisieras verla conmigo por favor? -Él hizo un ligero puchero bromista y ella rió asintiendo con la cabeza.

Se sentaron en la cama apoyados sobre el respaldar de la misma, cada uno con su hamburguesa en mano, mientras veían la película, una vez que terminaron sus hamburguesas Lorena fue al baño para lavarse y tratar de calmarse, ya que las escenas de la que parecía ser una película muy sangrienta y de mucho suspenso, la estaban afectando bastante, trató de pasmar sus nauseas usando un poco de enjuague bucal que encontró en el repisero pequeño del baño junto al espejo, y lo logró. Salió para ahora recostarse en la cama con un par de almohadas a sus espaldas que la ayudaban a mantenerse cómoda. Boris también fue al baño un momento, pero al hacerlo pidió permiso para poner pausa a la película, pues no quería perderse los detalles, y Lorena accedió con facilidad, pues no quería tener que mirar las siguientes imágenes sin Boris a lado de ella. Cuando Boris salió del baño se sentó junto a Lorena y la miró a los ojos para hacerle una pregunta.

- Lorena... ¿Fumas?

- ¿Qué?... no... jaja, es decir... aún soy menor de edad, no fumo ni lo he intentado.

- ¡oh!, es cierto... bueno, yo si fumo... ¿Eso te molesta?

- Mmm, No creo. Papá fuma cuando está muy ansioso, yo he estado junto a él y no es algo que me moleste demasiado, en realidad siempre he tenido curiosidad, pero no he buscado oportunidad para intentarlo.

- Ahhh... ¿Te importa si fumo ahora mismo? -Boris le preguntaba muy seriamente sin dejar de mirarla a los ojos.

- Pues no me molesta, pero... ¿fumarás aquí en tu habitación?... ¿Dónde todo es encerrado?

- Si, fumaré aquí... siempre lo hago aquí... pero no es tan encerrado como parece. -Entonces Boris se pone en pie y se sube sobre el colchón de la cama, toca una pequeña abertura en el cielo raso de su habitación y la abre por completo. De repente se había habilitado una especie de escotilla de un metro de largo por medio de ancho. -Este extractor de humo me salva siempre. -Comentó con orgullo.

Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora