Veinticinco

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Viernes, 13 de Junio

19:45

- Te perdono, en serio.

Fue la afirmación de Marlon después de haber vivido ya una semana con su padre. Elio tragó en seco y miró en un punto fijo de la mesa. 

- ¿Pensaste bien antes de decir eso? -Preguntó mientras se servía una cucharada más de la cena que había preparado él mismo esa noche.

- Si. ¿Crees que después de vivir una semana contigo no podría hacer esta afirmación con sinceridad? - Refutó Marlon un poco apenado pero enojado.

- No se, hasta hace casi dos semanas no podías perdonarme. Pero ahora lo dices con tanta naturalidad. 

- Pues deberías creerme. Te perdono.

- ¿Por qué?

- No se, creo que necesito hacerlo.

- Pero ¿Por qué?... si no tienes una razón coherente, entonces no es real.

- Te perdono porque sí. ¡PORQUE ESTOY HARTO DE TENER ESTE CORAZÓN DE PORQUERÍA QUE NO SABE AMAR NI SER AMADO POR CULPA TUYA! -Marlon se levanta haciendo sonar su silla y se dirige al pórtico exterior de la casa, cerrando con fuerza la puerta principal tras de sí. - ¡YA NO TENGO HAMBRE! -Gritó mientras salía.

Elio se sintió molesto, pero no tanto como para hacer una escena, solo se sentía molesto de no poder lidiar con su propio hijo, nunca lo había podido hacer. Terminó de comer su último bocado y después de tomar agua y lavar su plato se dirigió al pórtico, donde se encontraba su hijo, sentado mirando a los campos valdíos del frente.

- Te amo hijo. 

Marlon se volteó a mirarlo con desinterés y luego volvió a perder su mirada en el campo.

- Y lo digo en serio. No fui un buen padre, y no supe demostrarte cómo era amar de verdad, pero te aseguro que te amo. 

- Yo creo que también te amo papá. Pero no sé como demostrarlo. No me enseñaste eso. -Marlon usaba un tono de voz déspota y malhumorado.

Elio se sentó junto a su hijo y le puso su arrugada mano en el hombro. Marlon posó la cabeza en el hombro de su padre y permanecieron en silencio los próximos minutos.

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19:50

Rose había prácticamente perseguido a Lorena hasta su habitación, y Lorena la recibió con amabilidad.

- ¿Estás bien?, solo quería saber si necesitabas compañía. -Ofrece indirectamente Rose, mientras se sienta delicadamente junto a Lorena, en el borde de la cama.

- No se Rose. Todo esto de perdonar a mi padre es extraño.

- Bueno, tu mamá lo hizo, tu hermano finalemente también lo hizo. ¿Tu pudiste hacerlo de verdad?

Lorena se recostó sobre su almohada dando la espalda a Rose.

- Si deseas puedes hablar conmigo de eso, no planeo contarselo a nadie si tu me lo pides. -Sugiere Rose.

Lorena se voltea rápidamente y la mira con ojos intensos.

- Nunca he hablado con nadie sobre esto Rose, no sé si pueda hacerlo ahora. 

- Es justamente por lo que estoy sugiriendote que lo intentes.

Lorena lo piensa un momento y luego le hace señas para que cierre la puerta de su habitación con seguro.

- No quiero que nadie más lo sepa, pero tal vez sea necesario que se lo diga a alguien, ¿prometes no decirlo a nadie jamás? -Pregunta Lorena con firmeza.

Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora