Dieciséis

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Jueves, 25 de Abril

1:47

Marlon abre la puerta principal, intenta cerrar con cuidado pero se le hace imposible, no alcanza a coordinar sus manos y al intentar cerrar, se presiona un dedo con la puerta. Da un grito de dolor y luego recuerda que está intentando ser sigiloso, así que con el dedo en la boca trata de apaciguar el dolor mientras cierra con la otra mano.

Se mueve en zigzag hasta la cocina, toma un vaso para beber agua pero se le resbala de las manos y cae haciendo un sonido estrepitoso. Él lleva sus manos a su cabeza observando el desastre que ha hecho y empieza a maldecir con furia.

Ana escucha el bullicio desde su habitación y siente miedo, al mirar a su lado recuerda que Marlon aún no había llegado, y luego recuerda el mensaje que le había enviado diciendo que no llegaría a cenar. Pero eran casi las dos de la madrugada, ¿Quién haría todo ese ruido abajo? Ella sale de su habitación y se encuentra con Bryan que también ha salido de la suya y se encuentra en la escalera con un bate en su mano, con la intención de bajar y atacar a quien esté provocando todo ese escándalo.

- Bryan, puede que sea papá, por favor baja ese bate. –Susurra Ana con temor de que su hijo se meta en problemas.

- Pues si es papá, lo usaré de todas maneras.

- ¡Bryan! -Intentó advertir Ana aún con susurros.

Se escucha la puerta de la habitación de Lorena rechinar y ambos miran con recelo.

- ¿Qué está sucediendo? –Susurra ella también. -¿Debo llamar a emergencias?

- Sí, es buena idea. –Dice Bryan.

- ¡No! Puede ser tu padre Lore. –Advierte Ana nuevamente.

- ¡Con mayor razón! –Sugiere Bryan.

- Esperen, bajaré yo primero. –Explica Ana. –De todas maneras ustedes manténganse atentos a escuchar si es la voz de papá, de ser así, quiero que se vayan a seguir durmiendo.

- No mamá, yo no quiero que ese hombre te siga haciendo daño, un solo golpe más y estoy listo para denunciarlo. –Agregó Bryan.

- Pero Bryan, es tu padre... no vayas a hacer nada alocado. ¡Baja ese Bate! –Ordena Ana, con tal seriedad que Bryan obedece. –Bajaré ahora. Hagan silencio y solo escuchen.

Ambos hermanos asienten con la cabeza.

Ana baja con cautela pero preparada para ver cualquier cosa, cuando llega al pasillo de entrada puede darse cuenta que es Marlon, lo ve de espaldas a ella haciendo algo en el lavamanos.

- ¿Marlon?

Él se asusta y se voltea rápidamente con pasos atontados, se acerca a Ana y la toma de la cintura atrayéndola hacia él.

- ¿Qué haces? –Continúa ella.

- ¿Cómo estás belleza? ¿Me extrañaste?

Ana notó el acento ebrio de Marlon y solo rodó los ojos sacándole las manos de su cintura.

- Marlon, estás borracho... Vamos, debes subir a tomar una ducha.

- No mi amor... debemos pasarla bien... no nos hemos visto desde hace mucho... ¿-hace cuánto tiempo?

- Solo desde hoy en la mañana Marlon. –Ana sabía que no era común que su esposo llegara borracho y tan tarde, él siempre cuidaba su reputación y por tal motivo venía siempre temprano a casa, pero las pocas veces que se emborrachaba y llegaba a casa en ese estado, era mejor seguirle la corriente, porque podía llegar a hacer lo más inesperado y era casi imposible convencerlo de que lo que hacía estaba mal.

Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora