Uno

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Los moretones y rasguños en todo el cuerpo rebelaban lo que había sido la más violenta de todas las discusiones que habían tenido; pero esta vez, la pelea se basó en una tontería.

23:25 (18 de Abril)

Se abrió la puerta principal.

- Hola... -El hombre saludó esperando pronta respuesta.

- Hola. -Respondió ella con desánimo, desde la sala de su muy acogedora casa en el sector más envidiado de la ciudad. Solo la gente de gran reputación anidaba por estos lugares.

- ¿Qué sucede Ana? -Trató de indagar su esposo.

- Nada. -Hizo un movimiento con sus hombros.

- ¿Cómo que nada?, puedo ver en tu rostro la tristeza de que algo no anda bien.

- ¿Si? -Ella mostró su asombro) -"¡Ahora puedes ver la tristeza...!" -Dijo susurrando para sí misma.

- ¿Qué insinúas? ¿Que soy un insensible? -Esta vez Marlon alzó la voz, un poco enojado e indignado.

- No, ¡claro que no mi amor!, es solo que estoy un poco dolida, eso es todo, ¡Discúlpame por favor! -Ana lo decía en serio.

- Mmm, bueno, está bien, lo tomaré por ese lado solo porque yo he venido muy feliz hoy...

- Gracias... -Ana suspiró aliviada. -Y ¿por qué estás tan feliz hoy? -Volvió a hablar con el mismo desánimo de su saludo inicial.

- ¡Aumento! -Dijo Marlon con una amplia sonrisa. -¿No es grandioso?

- ¡En serio! ¿De cuánto? -Esta vez, Ana logró cambiar su desánimo por una perfecta actuación de felicidad; aunque en realidad, no le asombraba esa noticia, ya que Marlon era muy talentoso en su trabajo y ganaba mucho dinero, desde que él ingresó en esta nueva empresa de ventas, ya había ascendido 5 veces de puesto en tan solo tres años; Ana no sabía cómo él lo lograba, pero siempre era bien querido por los de más alto rango, y así alcanzaba lo que se proponía. Un aumento solo era muestra de que realmente su carisma funcionaba... pero no era lo mismo en casa...

- ¡$1000.00 más! -Marlon seguía con esa sonrisa en su rostro.

- ¡Wow! ¡Más dinero!, que bien Marlon, me alegro por ti.

-¿Solo por mí?, ¡por todos Ana!, hay que alegrarse por este gran aumento, ¿qué tal si lo celebramos?, compraré champaña para nosotros y helado para los niños, mientras tu sirves tu deliciosa comida, ¿qué te parece? -Marlon de verdad estaba feliz, porque no siempre hacía esa pregunta. "¿Qué te parece?", sin embargo, era una de esas preguntas que TENÍAN que ser respondidas con un ¡Sí!,. No era una noble preocupación por el interés de su esposa.

- ¡Sí! ¡Claro!, comamos y celebremos, ve a comprar mientras yo preparo la mesa, ¿ok?

- Si, si, ya vuelvo mi amor. Llama a los niños, No deben perderse esta celebración. -Dijo mientras cerraba la puerta principal.

En seguida hubo silencio en casa y todo empezó a funcionar a contrarreloj para ella. Ana se asomó inmediatamente por una esquina de la ventana frontal para visualizar que su esposo realmente se fuera en el auto e inmediatamente después de confirmar este hecho, corrió a la cocina y visualizó tan rápido como pudo, que realmente no había preparado nada de comer, la tristeza había nublado su mente desde el mediodía, y no había pensado en lo exigente que era su marido y la necesidad de dar de comer a su familia. Buscó rápidamente en el refrigerador, pero no encontró nada que se pueda hacer de manera rápida, angustiada y hasta un poco asustada, tomó unos vegetales frescos y unos Nuggets congelados para microondas, puso unas papas pre-cocidas en la olla con agua hirviendo, y empezó a cortar los vegetales de manera muy atlética y acertada. Mientras los Nuggets crujían en el microondas, verificó la sal en las papas y colocó los vegetales recién picados en un wok con aceite de oliva y especias que reposaba sobre el fuego, agitó y removió con la espátula hasta que los vegetales lucían dorados y jugosos, inmediatamente sonó el microondas anunciando que los Nuggets ya estaban listos para consumir y las papas hervían de manera desenfrenada hasta rebosarse el agua de la olla, puso todo en reposteros individuales, mejorando la presentación de la simplona comida y llamó a sus hijos para que le ayudaran a poner los utensilios de la mesa y sacaran el jugo de arándanos del refrigerador, ahora sí, todo estaba listo.

Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora