Veinticuatro

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- No ha sido fácil este tiempo de tu ausencia Lorena, créeme que te he extrañado demasiado. - Decía Ana tomándole la mano a su hija mientras estaban sentadas en el sillón más grande de la sala, Gloria estaba caminando por la sala revisando las fotos familiares y dándoles un espacio a Lorena y su madre que al parecer tenían mucho pendiente.

- Lo siento mamá, la verdad es que yo también te extrañé, pero no quería volver a una casa tan problemática.

- Lo sé mi pequeña, perdóname... en serio perdóname, nunca ha sido mi intención que vivas en esta amargura, pero en todo caso, me alegra que estés bien, y que una mujer tan buena como Gloria te haya encontrado. - Esta vez Gloria se volteó de donde estaba observando una foto de Marlon y se sorprendió al escuchar su nombre.

- ¿Yo?, pues no hay nada que agradecer. Soy solo una anciana que vive sola y quiso un poco de compañía. Gracias debo darle a usted por comprender y permitirme tener a Lorena conmigo un par de semanas más, tal vez a mi también me hacía falta buena compañía por un momento.

- Gracias de verdad Gloria. - Esta vez Ana se levantó para extenderle un abrazo, y Gloria lo recibió amablemente.

- Mamá. Gloria vive sola, y ahora que papá se ha ido no creo que tengamos problemas, ¿Tu crees que podamos recibir a Gloria aquí en nuestra casa? - Solicitó Lorena.

- ¡Claro! ¿Por qué no? ... ¿Le gustaría Gloria?...

- No no no, tranquilas, amo mi soledad, es decir, no es que no me guste la compañía, es solo que me gusta vivir en el campo, alejada del ruido y eso, y mi casa es perfecta para eso. Desde que murió mi esposo hace años, aprendí que vivir sola era un deleite que no experimentaba desde que era una adolescente, así que lo quiero aprovechar hasta el último día de mi vida durante los últimos años que me quedan sobre esta tierra.

- Está bien Gloria, no queremos presionarle, sin embargo debe saber que estoy en deuda con usted. Puede venir o llamarnos cuando usted desee, cuando más lo necesite, ¡Nunca dude de hacerlo!

- Bueno, gracias, a veces es muy bueno tener amigos en la ciudad. Gracias de verdad.

- Entonces Gloria, ¿Te volveré a ver? - Decía Lorena un poco apenada.

- Claro que sí mi muchacha. Vendré cada vez que pueda para ver como vas, pero quiero dejarte algo para que me recuerdes. -Gloria revisó en su gran cartera y sacó la Biblia que habían estado leyendo juntas la última semana. - Quiero que la leas sola todas las noches Lore, ya no estaré yo para obligarte... jajaja... pero si estará el Señor contigo para recordártelo.

- Gracias Gloria. Si no fuera por ti, no hubiera conocido las verdades de la Biblia. Mi fe en Dios estaba perdida hace tiempo, pero tu me has permitido reencontrarla en el momento indicado.

- Yo no Lorena, El Señor mismo... Él planeó que nos encontráramos aquel día 27 de abril en esa carretera, Él te dirigió para que vayas sola por ese camino a las 5 de la tarde haciendo señales para que te den un aventón...

- ¿Sola en una carretera pidiendo un aventón?... -Ana replicó para recibir mayor explicación sobre el por qué su hija andaba sola en una carretera alejada.

- Ups... creo que me adelanté a tu historia Lorena, mejor las dejo, porque tienen mucho más que contarse. -Se corrigió Gloria.

Todas rieron relajándose un poco y Lorena se levantó a abrazar a Gloria como la abuela que nunca pensó tener.

- Te quiero mucho Gloria... extrañaré tus waffles y tu jugo de granadillas.

- Así es mi niña, y yo extrañaré que cortes mis plantas con formas extrañas.

Al fin MoríDonde viven las historias. Descúbrelo ahora