27.- SENTIMIENTOS

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Narrado por Willy

Me encontraba en casa un poco aburrido, ya había terminado de grabar lo que subiría al día siguiente y me había quedado sin nada que hacer.

Hacia un rato que un pensamiento me rondaba por la cabeza.

-Desde que volvimos de España no he vuelto a ver a Aileen ni a hablar con ella- dije para mí mismo. La verdad es que me inquietaba como actuó cuando nos estábamos despidiendo en el aeropuerto, todo fue tan raro. Sé que es una sentimental pero...algo no era normal, su rostro al llorar era más de pesar, dolor y decepción que de llorar porque vas a extrañar a alguien.

-Que leches voy a llamarle- Saque mi móvil y busque su número para marcarle, cuando recibí una llamada por Skype de Vegetta
-Hombre, cuanto tiempo sin saber de ti- dijo muy sarcástico.
-¿Qué quieres?- le pregunté amablemente.
-Nada, que voy a comer y quería saber si vas a comer tu-
-Vale ya voy-

Termine la llamada y pronto me percate que Aileen estaba conectada, así que la llame, tardó en contestarme pero cuando finalmente lo hizo note que algo no andaba bien.

-Hola maja, ¿qué pasa?- Le salude
-Hola Willy, no pasa nada ¿y tú?- dijo con una sonrisa que hasta yo podía notar que era fingida.

-Todo bien ¿Qué hacías?-
-Hablaba con mi madre- Los ojos los tenía demasiado rojos, cómo si hubiese llorado por horas.

-¿Porque tus ojos están tan llorosos? ¿Segura que no pasa nada?- A decir verdad se estaba comportando un poco extraña.
-Estoy bien, de verdad- ¿Porque las mujeres son así? Que tan difícil es solo contar lo que les pasa en lugar de ponernos a insistir a nosotros, bueno tal vez es que no confía en mí.
-Sabes que puedes confiar en mí ¿Verdad?, cualquier cosa puedes decírmela, recuerda que soy socorrista- dije tratando de animarla. Sus labios dibujaron una ligera sonrisa que pronto se convirtió en lágrimas, joder, tenía tantas ganas de abrazarla.

-Dime ¿qué pasa?-
-Nada, no pasa nada, no ha pasado nada y jamás pasará-
No entendía lo que se refería, si yo veo que todo está pasando menos nada.
-Él y yo jamás hemos sido nada, nunca lo seremos, no me importa que es lo que haga, todo es un maldito juego- Joder, lo sabía, sabía que Vegetta iba a cagarla.

-Eh tranquila, dime que pasa no entiendo-
-Willy, yo sé que lo sabes, no es necesario que lo ocultes, sé que Vegetta ha vuelto con Esmeralda, y está bien, no importa ya- Pude notar claramente su rostro de pena y como limpiaba desesperadamente sus lágrimas para que ya no salieran más, sus pómulos y alrededor de sus ojos estaban coloradas por el rose de las mangas de su sudadera de cada vez que limpiaba sus lágrimas.
-Entonces dime, ¿Porque si no importa tienes tantas ganas de llorar?- Parecía que había dicho la frase justa que no debía de decir, Aileen rompió en llanto, me sentía como un perfecto tonto, y las ganas de darle una leche a Vegetta eran incontenibles.
-Eh tranquila no llores más- Verla así me partía el corazón.
-Voy a tu casa ¿vale?- Termine inmediatamente la llamada, tome mi mochila e inmediatamente me dirigí hacia el salón.

-Eh, Willy ¿te vas?, ¿No ibas a comer?- Me preguntó Vegetta llevándose un trozo de pan a la boca.
-No, tengo que salir- Conteste muy despectivo, la verdad me encontraba molesto y si con él, le deje en claro que no quería que la lastimara; de lo que conversamos no le valió ni la mitad.
-¿Te encuentras bien macho?- Después de tanto tiempo de conocernos era imposible que no notara cuando estoy molesto.
-Yo si- Conteste mientras caminaba hacia la puerta. -¿Y tú?- Dije por ultimo antes de dedicarle una mirada fría. Salí de casa y tome un taxi a casa de Aileen, no estaba seguro por completo de lo que me había dicho, sabía que Vegetta se había visto con Esme, mas no que habían vuelto, él me aseguró que no era verdad. Lo que no me termina de quedar claro es ¿Cómo rayos lo supo? Los únicos que lo sabíamos éramos: Vegetta, Frank y yo. Una luz se encendió en mi cabeza.

-Si Frank abrió la boca...- No puedo decir que voy a cocinarle, ni tampoco que lo hará Vegetta, si él se lo dijo creo que le ha salvado el corazón de terminar aún más destrozado si esto continua.

Cuando llegue a casa del pequeño monstruo y atendió la puerta pude ver que estaba más calmada.
-Pasa- dijo tan amable como siempre.

-Aileen, quiero que me cuentes qué pasó, no entiendo de que me hablaste en la llamada- Una sonrisa muy triste volvió a dibujarse en sus labios.

-Pasan muchas cosas, quisiera poder inventarme a mí misma que lo que ocurrió fueron alucinaciones mías y que yo nunca me enamore de él- Sus ojos volvían a llenarse de lágrimas.

-¿Quisieras contarme?- Asintió levemente.

-Creo que sí o no lo sé, Veg... Samuel es tú amigo-

-Aunque lo sea, eso no quiere decir que esté de acuerdo con él en todo lo que hace-

-Cuando fui a casa de Vege... Samuel- Intentó calmarse antes de continuar- En Madrid su padre atendió y dijo que no estaba, que había salido, yo solo quería hablar con él, pero entendí que no se iba a poder y tenía que esperar a que volviésemos a los Ángeles. Pasando por la plaza cerca de su casa lo encontré, no estaba solo, estaba con ella, se estaban besando y entendí que él y yo éramos un juego nada más, que su corazón siempre le perteneció a ella-

-Pero, eso no significa nada, ¡tú le gustas! el me lo ha dicho- No podía creer que los hubiese visto besarse, eso ni a mí me lo había dicho, ahora entiendo su decepción, no es lo mismo que te lo cuenten a que lo veas.

-Eso tampoco significa nada, pueden gustarte muchas personas- Con las mangas de su sudadera gris limpiaba las lágrimas traicioneras que se le escapaba.

-Voy a hablar con él, va a escucharme- Mencione para mí mismo muy decidido en voz alta.

-No Willy- Contestó muy pasiva -¿Que le vas a decir? "La chica que no es más que tu amiga se encuentra fatal porque te vio besando a la chica que //amas// ", claro que no, yo sé perfectamente que solo somos amigos y por ello no tengo derecho de pelear ni reclamar nada- Entendía a lo que se refería, pero yo podría asegurar que Vegetta siente algo por ella.
-Todo ha sido culpa mía- Continuó -Sabía perfectamente a que estábamos jugando y aun así decidí intentar y me enamore como estúpida. No se puede entrar a un corazón que ya está ocupado- Una vez más las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas más abundantemente, no podía verla así y la abrace tan fuerte como pude me había quedado mudo ¿qué podía decirle? Esto era algo que Vegetta tenía que aclarar, no yo. Pero claro que va a arreglar esto, de eso me encargo yo. Para tratar que se distrajera pasamos el resto del día juntos jugueteando y tonteando un poco, tratando de que ya no recordara más lo de España, pero se veía tan triste y no se diferente, su semblante estaba muy decaído.

Estábamos sentados en el sillón y ella estaba recargada en el respaldo con las piernas ligeramente flexionadas sobre el sofá.

-¿Quieres ver el rey león?- Pregunté sacando el dvd de su caja.

-No, me pongo muy mal cuando muere Mufasa- me contestó haciendo puchero.

-Tienes razón, yo también ¿Una comedia?-

-¡Si! Adam Sandler- Tomé una película de Adam, al monstruo lo que pida.

-Oye Willy... gracias- Caminé hasta el sofá, tome el control de la tv y dvd y me senté a su lado.

-Soy tu socorrista personal- Rio ligeramente y posó la mirada en el televisor.

-Quiero palomitas- Hablé

-Levántate por ellas- Me contestó seria.

-Tráemelas por favor- Trate de hacer cara de niño bueno pero creo que no me salió porque se rio de mí.

-Está bien, para mi hermano hijo de otra madre lo que sea- Eso me gusta, ya no somos primos, ya somos hermanos.

Tus ojitos me vuelven loco (Vegetta777 y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora