He estado tratando de localizar a Aileen por una semana pero no la encuentro, las llamadas en su celular no entran. Le he dejado mensajes por Twitter y nada, de verdad que he intentado por todos los medios electrónicos posibles pero nada da resultado.
Después de dar tantas vueltas al asunto, por fin me arme de valor y tomé la decisión de ir a buscarla a su casa. Willy me comentó que recientemente había perdido su móvil; tal vez por eso no me contesta las llamadas.
Cogí un taxi para dirigirme a su casa, iba muy nervioso, demasiado nervioso, tengo un montón de sensaciones extrañas en el estómago, como si un escalofrío constante se mantuviera ahí y no estuviera dispuesto a marcharse. Con cada metro restante para llegar esa sensación se intensifica. Las piernas me tiemblan y el corazón late deprisa. Va a estar molesta, lo sé.
Escuchó cosas que no debió de haber escuchado. Me siento tan terrible. Yo no quería jugar con ella, jamás fue mi intención lastimarla.
Le pedí al taxista amablemente que me dejara una cuadra antes. Necesitaba respirar y calmar estos nervios que me están matando. Necesito llegar con la cabeza fría.
Caminaba lentamente hasta su casa, como deseando que no estuviera. Con cada paso estaba tratando de relajarme, estaba intentando pesar qué le iba a decir y si me permitiría decirlo. Apenas asomándome pude ver que se encontraba en el jardín delantero con un chico. Reprimí un gruñido muy primitivo al ver la escena, él la estaba abrazando por la espalda y ella se estaba cubriendo el rostro con las manos. De pronto se giró y lo empujó con molestia.
-Ya te lo he dicho Oscar, ¡NO!
La escuche que le gritaba al chaval, estaban forcejeando. La ira se acumuló completa en mis puños y de inmediato ya me encontraba frente al tío ese.
-No la vuelvas a tocar ¡NUNCA! -Grité empujándolo
-¿Tú quién diablos eres? –Yo estaba molesto y éste tipo pagaría las consecuencias.
-Eso no te importa. –Le dejé caer por completo la fuerza de mi puño sobre alguna parte de su cara. Lo vi como calló al piso, casi indefenso. Estaba a punto de continuar con mi trabajo para rematarlo pero Aileen se interpuso, su mirada estaba llena de pánico y enojo.
-¿Qué demonios te pasa Samuel? ¿Por qué hiciste eso? –Se inclinó para preguntarle al tío ese cómo estaba.
-Te estaba molestando. –Contesté. ¿Pero por qué está molesta conmigo? *Wow, una mente brillante no eres*
-Se llama actuación genio. –Escuche que el chico murmuró.
-Vete de aquí ¿Qué no entiendes? ¡Vete! No quiero verte. –Sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
-La escuchaste, aquí el que sobra eres tú. –Habló el chico levantándose del suelo. Lo miré con enojo para que se callara. Esto es un tema que a él no le incumbe.
-Necesito hablar contigo Aileen, por favor. –Le supliqué. Mi voz se quebró y estaba a punto de soltar algunas lágrimas.
-Tú y yo no tenemos nada que hablar, por favor retírate. –Se veía mal, aun me sigue lastimando el hecho de verla así por mi causa. Aunque insista de mil modos va a seguirse negando, si sigo aquí lo único que voy a lograr son más peleas. Esto es lo terrible de conocernos tan bien.
Las cosas cambiaron demasiado con éste viaje a España ¿Pero qué estaba pasando por mi mente cundo me metí en éste lío?
Rendido me alejé de su casa, sin querer hacerlo. Mientras me marchaba, gire mi mirada hacia ellos y vi como MI pequeña acariciaba la mejilla de ese chico, un sentimiento de rabia me invadió totalmente, no podía hacerme a la idea de que un tío que no fuera yo estuviera recibiendo las tiernas caricias de mi niña.
*Eres un estúpido*
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Llegue a casa derrotado y con un espantoso nudo en la garganta, que por más que tragaba saliva no desaparecía.
Willy estaba comiendo cereales cuando llegué.
-No quiere verme Willy, soy la peor persona del planeta- Dije echándome sobre el sofá de la estancia. Dejó caer la cuchara, se veía nervioso. Él me estuvo insistiendo toda la semana que fuera a buscarme, pero soy un cobarde, no podía hacerlo.
-Si lo eres- Mi compañero no me daba muchos ánimos.
-¿Qué voy a hacer? Creo que será mejor que no me paré por su casa en un largo tiempo. *Cobarde*
-Vegetta. –Estaba tratando de decirme algo pero las palabras no le salían.
–No sé cómo decírtelo, pero tienes que saberlo antes, porque si realmente sientes algo por ella tienes que hacer algo-
-No me pidas cosas Willy, aun no sé qué siento por ella. *Eres un idiota*
-Bueno más vale que lo decidas pronto, porque en lo que aclaras tus sentimientos ella se te escapa de las manos-
-¿Por qué dices eso?- No entendía a qué se refiere, es un poco confuso.
-Se va a Francia... en 2 días, es una oferta de trabajo que lleva rechazando por un mes y ahora que ya no hay nada que la ate aquí a los Ángeles ella se va- Mi realidad tuvo una gran ruptura y sentí como si un balde de agua helada callera sobre mí.
-¿Co...como que se va?- Trate de pronunciar queriendo esconder lo brutal que había sido ese golpe para mí.
-Simplemente se va, ya le hemos hecho una fiesta de despedida en casa de Luzu y Lana. Di... discúlpame que te lo diga así pero... no estabas invitado-
-Entiendo, pues espero que tenga un lindo viaje. –Dije caminando a mi habitación tratando de ocultar mi impresión y sentimiento de tristeza.
** ¿Pero qué demonios haces, la vas a dejar que se marche así nada más, sin decir adiós, sin acercártele, vas a darte por vencido así de fácil?**
Hacía un tiempo que no hacías tus espectaculares apariciones conciencia ¿Será un mes?.
**Tú me corriste, no me escuchaste, no me permitiste intervenir y ahora estamos sufriendo las consecuencias**
Por favor no, no estoy de humor.
**Jamás estas de humor, eso no es una novedad**
-Vegetta- Escuche la voz de Willy interrumpir mis pensamientos. –Si sientes algo por ella no la dejes ir-
-El problema es que no sé qué siento Willy- Le hable mientras continuaba camino a mi habitación. Llegue y me tire sobre mi cama, me sentía fatal mi pequeña se va lejos y yo aquí sin despedirme, sin decir adiós, sin volver a verla, sin volver a escucharla, sin volver a sentirla cerca, así nada más dejando que se marche mi pasatiempo favorito que es escuchar los latidos de su corazón, solamente así permitir que se me valla de las manos, que otro la bese, que otro la acaricie, que otro esté donde yo eh estado ¿Voy a permitir que se marche? ¿Qué hay de mí? ¿Qué hay de nosotros?
Pero que estoy diciendo jamás hubo un nosotros, la lastimé. Va a ser mejor así, si se marcha ya no podré herirla, otro podrá sanarle las heridas que le causé. Pero no quiero que sea otro, quiero ser yo el que limpie sus lágrimas, quiero ser yo el que la bese, el que la abrase, el que despierte con ella en las mañanas, quiero ser yo.
-Mi pequeña no te vayas- Mencione en voz alta y sin percatarme que una lagrima broto de mis ojos.
**Si tan solo reconocieras que estás enamorado, las cosas serían diferentes**
Hermosos caramelos espero que hayan disfrutado este capítulo. Esperen el próximo se viene algo interesante ;)
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Tus ojitos me vuelven loco (Vegetta777 y Tú)
Fanfiction¿Qué clase de historia ha escrito para ti el destino? Mudarse a una ciudad que promete mucho en oportunidades de trabajo era el menor de los problemas de Aileen. -Jamás sabes hasta qué punto el camino de la vida te llevara a cruzarte con desconoci...