Capítulo 32: Sorpresas

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-¿Qué opinion tiene usted de la señora Lucía Castillo? - preguntó el abogado defensor a Mateo.

-Bueno...- Mateo  miró a Lucía de un forma... como si la admirara- Para mi siempre fue como muchas mujeres capaces de hacer lo que sea.

-Entonces usted cree que es capaz de hacerlo que sea...-Mateo asintió- ¿Hasta de matar?

-No se equivoque- habló Mateo muy seguro de si mismo-dije que es capaz de hacer lo que sea pero no en el sentido que usted quiere hacerle ver a los demás. Es una buena mujer.

-¿Y en qué se basa usted de que es una buena mujer? Hasta donde tengo entendido usted sostiene una relación con ella desde hace un año para acá, tienen una hija, pero un año y un poco más no bastan para conocer bien a una persona, de hecho yo tengo diez años casado con mi esposa y todavía hace cosas que yo ni siquiera sabía.

-¿Puedo hacerle una pregunta yo a usted?- el abogado asintió- usted es abogado penal ¿no?- él abogado volvió a asentir- eso requiere mucho trabajo y hasta donde tengo entendido es poco el tiempo que usted puede tener de libertad ¿no es así?

-¿A dónde quiere llegar?

-A que el hecho de que usted no conozca a su esposa no quiere decir que yo no conozca a mi novia, usted se basa en hechos que  han ocurrido en su vida, pero pasa que en mi caso es totalmente distinto, yo no necesito conocerla para saber como es, además si es por el tiempo yo la conozco desde que tenemos quince años. Si no tiene más preguntas...

-No ya pregunté lo que necesitaba.

El juez se levantó- Continuaremos depués del receso.


Lucía salió del baño y antes de que se fuera a reunir con los suyos fue interceptada por el abogado defensor, el licenciado Gastón.

-Debo admitir...Que su novio tiene agallas.

-Sea breve por favor-Lucía se estaba imapcientando con solo escuchar siete palabras de sus parte.

-Retírese del caso- sugirió- es lo que más le conviene.

Lucía hizo una mueca- ¿Me está amenzando?

-¿Sabe cuántos casos he ganado?- ella negó- muchos- alardeó el abogado- y voy a aferrarme con fuerza a lo que sea para que mi cliente salga en libertad.

Ella se acercó a él hasta que sus frentes quedaron muy cercas- Haga lo que le plazca, sinceramente no le tengo miedo, pero le voy a repetir algo que una vez le dije a su cliente, dame el golpe que yo lo aceptaré, pero no me voy a dejar y lo voy a devolver con más fuerza.

Con eso dió por terminada la conversación y se fue a encontrar con Mateo.


-¿Qué opinión tiene usted de la señora Lucía Castillo?- le preguntó el abogado a Raúl quien la miraba con aires de superioridad.

- Es una mujer despreciable, no tiene escrúpulos.

-Un delincuente hablando así de otro delincuente, tengo entendido que usted participó en  el intento de homicidio de la señora Jéssica Beltrán y Mateo López.

-Así es.

-¿Quién fué la cabeza de todo?

-Ella- contestó muy seguro.

-¿A cambio de qué?

-De dinero y de acostarse conmigo.

-¿Y desde cuándo la conoce usted?- sonsacó el abogado.

Amor a prueba de balasWhere stories live. Discover now