Capítulo 28:Fallos

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Lucía había permitido que su corazón jugara a su manera, se enamoró, luchó y perdió, dos días hacían desde su ruptura permanente y por más que quería olvidarlo no podía, su único consuelo era el tiempo, pero sabía perfectamente que ni eso le curaría ese mal, y lo odiaba por eso, por meterse tan dentro de ella que no podía sacárselo, y tampoco buscaría a otro hombre para que lo hiciera.

-¿Quieres jugo de parchita?- la voz de su madre la sacó de sus pensamientos.

-Si...si- contestó.

-¿Sigues pensando en ya tu sabes quién?- Lucía asintió. Mercedes le llevó el vaso de jugo y se sentó a un lado de ella- ya verás que pasa y sino ¿qué mas da? además todavía eres joven y quizás el no era el adecuado, también puede ser que los de allá arriba, los están poniendo a prueba para ver si su relación es duradera.

-O quizás los de allá arriba me odien a tal punto de querer verme infeliz. Y déjame decirte que lo han logrado y que están acabando conmigo, la única razón por la que me mantengo en pie en estos momentos es por Abril, ni siquiera por Velásquez.

-Eso no es así, no es el último hombre en la tierra.

-¿Y cómo crees que acabando de sufrir un desamor voy a buscarme a otro hombre?

-No te estoy diciendo eso, me estás malinterpretando, lo que quiero darte a entender es que ahorita te sientes así, pero si más adelante encuentras al muchacho indicado para ti y para Abril, no le vayas a cerrar las puertas. Además, puede que lo tuyo con Mateo aún no esté terminado.

Lucía asintió y dió por zanjado el tema.

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Mientras que Lucía batallaba con su desamor, Danna intentaba recoger los pedazos de su relación, cada vez, Daniel y ella discutían más a causa de la ruptura de su amiga con el hermano de su novio, no se habían casado y ya Daniel quería dormir en el sofá.

Pero así eran las relaciones, ella sabía que él la quería y ella tenía que demostrarle que sentía lo mismo por él, aunque se presentaran miles de dificultades. Por eso levantando su bandera blanca se levantó muy temprano y le preparó el desayuno.

-Buenos días- saludó el entrando a la cocina.

-Buenos días- contestó ella y le dió un beso haciendo que Daniel frunciera el ceño.

-Pensé que estabas molesta conmigo.

-Tu estabas molesto conmigo- rebatió ella- ¿sabes qué? vamos a dejar ese tema a una lado- le señaló el mesón- preparé el desayuno.

Él la miró con recelo- ¿Preparaste el desayuno?

Danna asintió- Si, levanto la bandera blanca y me doy por rendida.

Daniel se sentó en uno de los taburetes y Danna se sentó a un lado.

-Quiero proponerte algo- Daniel la miró intentando descifrar lo quería.

-A ver ¿qué es lo que quieres?

-Mantener nuestros puntos de vistas, no cambiarlos porque al otro no le parezca, mira Lucía es mi amiga y Mateo es tu hermano, no podemos permitir que por sus pleitos nuestra relación se acabe.

-Entonces ¿qué es lo que propones?

-Que te limites a mantener una opinión acorde a mi amiga y yo haré lo mismo con Mateo.

-Entiendo lo que quieres decir pero ¿y si no funciona?

-Si va a funcionar, y yo se que tarde o temprano ellos van a regresar- Daniel hizo una mueca- vas a ver que tengo razón. Pero lo que te quiero decir es que pase lo que pase con ellos, nosotros no tenemos que vernos afectados.

Amor a prueba de balasWhere stories live. Discover now