Capítulo 21: El pasado

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-Está bien- gruñó- pero apenas lo haga te irás conmigo a mi apartamento.

-Ah, Ah, yo dije que te daría el beneficio de la duda no que me casaría contigo- lo corrigió Lucía.

-¿Qué quieres decir?-preguntó Mateo.

-Que vas a tener que ganarme de nuevo, o sea, vas a tener que hacer las cosas muy bien, porque si no...- Mateo la besó para no seguir escuchando su sarta de barbaridades. La colocó sobre el escritorio y la tomó por sus muslos.

Ella se separó de él y le dió golpazo en la mejilla- Te dije que tenías que hacer las cosas bien, y créeme que vas a necesitar más que un par de besos para que te perdone. Tienes que hacer las cosas que nunca hiciste mientras estabas conmigo, por ejemplo mantener tus pantalones bien ajustaditos mientras estas ceca de otra mujer, es decir, Jéssica.

Mateo entró en razón, ni siquiera se había diganado en decirle que no había pasado nada más.

-Te juro que entre ella y yo no pasó nada- se defendió Mateo.

-Eso no fue lo que yo vi.

-No pasó mas nada que un par de besos.

-Porque yo intercepté ese accidente- ella se acercó a él- ¿te hubieses detenido solo?

-Estaba dolido- se excusó.

-Yo también estaba dolida, y sin embargo no usé a ningun hombre para que te sacara de mi, más bien intenté remediar mi error y te busqué, dos veces, aunque tu me echaras y me dijeras que no me querías. Lástima que tu odio hacia mi fuera más fuerte- no pudo evitar derramar una lágrima, desde que se habia enterado de su embarazo se había vuelto mas sentimental- hubiera dado lo que fuera por una oportunidad de demostrarte que no te había engañado. ¿Sabes?, Santiago me hizo entrar en razón, me dijo que yo tenía que aprender a pensar en mi también. Me quería ir contigo, pensé que podíamos alejarnos por un tiempo, pero luego de que me dijiste que no me ibas a amar jamás  y ilusiones se fueron abajo.

-No sabes cuanto lo siento- le limpió las lágrimas que derramaban sus ojos- si siquiera sospechado lo que planeabas tal vez las cosas no hubieran sido así. Lo lamento.

Ella asintió- Abrázame.

Él la estrechó contra su pecho y la mantuvo así durante un rato. La quería, y si era necesario la protegería de que nadie  le hiciera daño.

Masajeó su cabello- Vas a ver que todo irá bien y en unos años tendremos niños por ahí corriendo.

-¿Jugando fútbol?- Preguntó Lucía. Mateo sonrió recordando por un momento cuando iba a las competencias de fútbol.

-Tal vez, a lo mejor serán beisbolistas. O boxeadores, con esos derechazos que tienes- se gano otro golpe, esta vez juguetón en su hombro.

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-Supe que estabas de vacaciones- habló Lucía mientras iban en el taxi camino al hotel- y que te devolvieron el dinero del secuestro y que el responsable era Raúl.

-Diablos, lo sabes todo.

-¿Cómo crees que ese dinero llegó a tu cuenta?- Mateo la miró y abrió los ojos de par en par.

-¿Qué hiciste?- preguntó Mateo temiendo lo peor.

-Le pagué con la misma moneda.

-Tu y yo vamos a hablar cuando lleguemos  a mi apartamento- habló de forma contundente.

-Quizás podamos hacer otra cosa- sugirió Lucía. Mateo la miró-¿Qué? desde que supe que estaba esperando un bebé me da más hambre, de comida- Puntualizó esto último.

Amor a prueba de balasWhere stories live. Discover now