Capítulo 24: Ausente

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-¡No puedo más!- exclamó Lucía cansada de tanto batallar con el peso proporcionado por su hija. Se sentó en el sofá y estiró los pies sobre la pequeña mesa.

-Ya falta un mes- Mateo se sentó a un lado de ella- verás que eso se pasa volando, y que pronto tendremos a nuestra Abril con nosotros.

Lucía sonrió pensando en cómo sería su hija- ¿cómo crees que será?

-Bueno...-comenzó Mateo- me la imagino con el color de mi cabello, tus ojos, mi  nariz, mi color de piel, y mi... estatura- Lucía lo miró.

-Deja de burlarte de mi estatura, te recuerdo que todavía puedo golpearte. Ademas mi nariz es mas bonita que la tuya.

-Si como digas... El punto es que como sea nuestra hija la vamos a querer.

-Que irónica es la vida- comentó Lucía- y yo que creía que tu no ibas a ser el adecuado y que lo único que sentía por ti era un simple flechazo.

-Y que flechazo- susurró Mateo- estamos esperando a un bebé. Y no tienes idea de como disfruté flechándote.

-No se qué es peor si escuchar tu comentario sobre flechas o no poder dejar que me toques- la bebé comenzó a moverse- Toca.

Mateo acercó su rostro  a la barriga de Lucía- Princesita... estoy aquí...-la barriga de Lucía volvió a moverse- ... si princesita... te puedo sentir... te estamos esperando... falta poco, no te desesperes- Lucía acarició el cabello de Mateo mientras escuchaba lo que le decía a su bebé- verás que pronto verás la luz...- luego pensó en el doble sentido - del quirófano, y estarás en los brazos de tu madre y en los míos por supuesto- la barriga se movió un poco más- se que me escuchas princesa, por eso te pido que dejes a tu madre descansar, bastantes desvelos vienen, ten un poco de consideración con ella, haz que este último mes sea tranquilo y pasivo, se va a poner toda fea a causa del sueño, déjala dormir un poco  más.

-Creo que ya dejó de moverse- indicó Lucía-entendió el mensaje, tenías que haber estudiado psicopedagogía preparto en vez de Fisiatría. 

Mateo recostó su cabeza sobre las piernas de ella- ¿Quieres casarte conmigo?

Lucia abrió los ojos- ¿Qué?

Mateo se acomodó para mirarla  frente a frente- te estoy pidiendo que nos casemos.

Lucía no salía de su sorpresa- ¿Me estás pidien...

-Si tu quieres a penas tengamos a nuestra hija podemos casarnos.

-No, no...- Mateo la miró apenado porque ella se negara a casarse con él.

-Pensé que aceptarías- Mateo intentó ocultar su decepción- pero será para otro momento a menos que le tengas pánico al compromiso .

Mateo hizo amago en levantarse pero Lucía no lo permitió- Espera... no me malinterpretes, si quiero casarme contigo, pero quiero que sea después del nacimiento de Abril, para que podamos hacer las cosas bien, elegir lo que queremos, seleccionar muy bien todo, ¿me entiendes?, además si nos casamos a penas nazca Abril no vamos a poder disfrutar de nuestra luna de miel.

-Ah ya entendí, tienes segundas intenciones- sonrió picarón- ¿entonces si?¿te casas conmigo?

-¿Crees que voy a desperdiciar eso? una propuesta como esta de parte tuya es como el esclipse.

Mateo entendió perfectamente su comentario y sacudió su cabeza divertido.

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Lucía se removía una y otra vez en la cama, estaba muy inquieta y esta vez no era su hija la que la tenía así, al contrario ni se había movido en toda la noche.

Amor a prueba de balasWhere stories live. Discover now