Amor a prueba de balas

Capítulo 30: Regreso de la muerte

Lucía llevaba días desaparecida, y ya  a Mateo se le habían agotado las alternativas de donde encontrarla. Si tan solo le diera un indicio. Pero nada.

-Eeh... eehh- Abril lo distrajo de sus pensamientos.

-Eeehh, no, papá- la niña rió- no te rías, di papá. Repite conmigo, pa-pá.

Abril movió sus piecitos no tomándolo en serio.

-Ay ¿qué voy a hacer contigo?- se sentó en el sofá y le dió el tetero- y con tu mamá, ella es la que me preocupa, tu puedes hablar cuando quieras ¿eh?, pero yo quiero a tu mamá aquí con nosotros, ¿por qué tiene que ser tan terca? se fue sola y quién sabe dónde esté ahora, si estará bien, si  pensará en nosotros- suspiró y vio a su hija quien lo miraba espectante- habrá que esperar ¿no es así?- Abril volvió a mirarlo- ¿eres de pocas palabras verdad?

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Días en el anonimato, haciendo las compras necesarias y en efectivo, caminando de noche en la oscuridad, para no ser "vista".  La verdad la verdad, prefería quedarse en la cueva donde se alojaba.  Las calles eran totalmente desiertas en las noches, la única luz que alumbraba era la de la vía, y solo habían autos aparcados.

El miedo que le causaba por caminar sola en esas calles incrementaba con cada paso que daba la certeza de que alguien la seguía. Un poco más, ya falta poco- pensó, solo faltaba una cuadra para llegar al hotel, y por fin comería, dormiría y olvidaría el pavor que sentía en ese momento.

Algo la golpeó en la cabeza haciéndole perder el equilibrio y cayó al piso dándole la espalda a lo que fuera que la hubiera golpeado. Se giró un poco pero de inmediato recibió otro golpe, ese había sido aún más fuerte y la había dejado aturdida, no podía ver de quien se trataba, la imagen era muy borrosa, no lograba distinguirla, otro golpe más llegó  y solo rezaba porque alguien pasara y los alejara pero su esperanza se desvaneció cuando un sujeto que apareció a un lado de el que la golpeaba, sacó un arma y empezó a dispararle. Tres balazos, habían sido tres balazos, pero cuando apuntó a su cabeza, cerró sus ojos, y esperó a que su fin llegara,  mientra pensaba en todos esos seres que tanto quería, Abril, Mateo, Mercedes, Miguel, Julia, su hermano, Laura, Danna, Santiago,  y se dejó ir al escuchar dos disparos más.

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Mercedes se levantó de un salto  y despertó a Miguel también.

-¿Qué pasa?- preguntó todavía con los ojos cerrados.

-Lucía...Algo pasa con Lucía.

-¿Te llamó?- para ese punto Miguel que  ya estaba despierto.

-No, pero algo no está bien, y siento un dolor muy agudo en la cabeza.

-A lo mejor tuviste una pesadilla, te levantaste muy exaltada y  por eso es tu dolor de cabeza.

-Lo que siento en este momento es angustia- Mercedes se sentó en la cama- algo no anda bien.

Miguel la abrazó- Mañana mismo empezamos a buscar a Lucía.

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Lucía permanecía inerte  en la cama del hospital, mientras el doctor hacía las últimas revisiones.

-¿Cree que estará bien?- preguntó una de las enfermeras.

-Eso espero, por el bien de ella- el doctor revisó el pulso y anotó algo en el expediente de Lucía- Necesito que revises en sus cosas y veas si tiene alguna identificación. Esta Mujer casi muere con esos golpes en la cabeza, sino fuera porque se encontraba protegida quizás no la hubiera librado, a lo mejor es de sangre azul porque llevaba chaleco antibalas, si es policía podemos saber quién es.