Capítulo 22: Quiero Justicia

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Lo que parecieron horas pasaron y Martínez no regresaba. Lucía seguía llorando por el terror que había vivido, y lo único que esperaba era que su hijo estuviera bien.

Abrió la puerta de la habitación y no encontró absolutamente a nadie, el pasillo estaba totalmente desierto.  Era el momento tendría que irse antes de que Martínez regresara.

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Mateo llegó al puesto de la señora donde Lucía limpiaba, había quedado encontrarse con su novia allí para luego irse a ver la ropita del bebé. Pero al llegar no la encontró.

-¿Puedo ayudarle en algo?-preguntó la Señora.

-Si, estoy buscando a mi novia, a Lucía.

-Ah, menos mal que llega, hace un ratito vino un hombre que la estaba buscando desde ayer y que que se la llevó por ahí a rastras.

Mateo se alarmó- ¿Sabe quién era?

-Dijo que era policía pero no me dijo su nombre.

Tenía que buscarla, Lucía podría estar a manos de Velásquez ya fuera directa o indirectamente. Y seguramente la señora le creería.

-Señora...ayúdeme- Mateo se giró al escuchar la voz de Lucía.

-¿Qué te pasó?- preguntó la señora Eugenia-

Mateo la tomó en brazos -¿Qué te pasó?

-Necesito ir a un médico, tengo miedo por mi hijo- perdió la conciencia antes de poder decir otra cosa. Mateo la cargó en sus brazos y se dirigió hacia Eugenia- necesito una ambulancia.

Ella asintió y se movió más rápido de lo que podía.

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Mateo esperaba a que Lucía reaccionara, llevaba inconsciente mucho tiempo.

Ella comenzó a moverse en la camilla, inquieta y sus ojos empezaron a abrirse.

-¿Estás bien?- Mateo se encontraba realmente preocupado.

Lucía miró a su alrededor como reconociendo el lugar y luego lo miró a él.

-Mi hijo...- tocó su vientre- mi hijo.

Mateo le tomó las manos- Nuestro hijo está bien, el doctor me dijo que estaba en perfectas condiciones. Me dejó escuchar sus latidos.

Lucía se calmó un poco- ¿De verdad?- el asintió.

-Nuestro hijo está bien, de hecho dijo que cuando despertaras podíamos hacerle un eco, porque con suerte sabremos que es.

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Mercedes se encontraba inquieta desde hacía minutos antes, algo la tenía preocupada y sabía que tenía que ver con su hija.

Miguel entró a la cocina y vió a su esposa muy pensativa,

-Tengo un mal presentimiento- soltó Mercedes- algo pasa con Lucía.

-Quédate tranquila, a lo mejor no es nada- Miguel trató de tranquilizarla.

-Ojalá no sea nada, quiero que mi hija regrese viva.

Miguel se acercó a  Mercedes y la abrazó.

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Lucía se encontraba en la camilla con Mateo a un lado esperando al doctor.

-Estoy emocionada- habló Lucía- por fin voy a poder conocer a mi hijo.

-O hija- rebatió el.

-También la aceptaría, pero si es niño ya tengo el nombre.

Amor a prueba de balasWhere stories live. Discover now