No se podía creer que ese imbécil volviera a aparecerse en su vida, ya había pasado de forma casual ¿por qué tendría que forzar ese encuentro?.
-Te buscan.-Esta vez quien la llamaba era su padre
-¿Quién?-Preguntó mientras se levantaba de la cama.
-El policía- Salió de la casa echando portazos, no podía creer que el imbécil decidiera volver, era masoquista o tenía un tornillo flojo.
Cuando se paró frente a la puerta se dio cuenta de que no era ese policía sino Santiago.
-Hola-el se giró e hizo un intento de abrazarla pero ella se apartó.
-¿Querías hablar?-el asintió- entonces no intentes nada más.
Se sentaron en el sofá frente a frente, dijo que le daría una oportunidad pero no se la dejaría tan fácil.
-Cómo sigue tu brazo?
-Mejor
- Se que no hice las cosas bien pero no me puedes catigar el resto de mi vida
- Tienes razón-admitió ella-pero igual te equivocaste- le tendió la mano-¿amigos?
Eso que vió en su rostro fue una absoluta alegría y se dispuso a abrazarla pero ella levantó la mano.
-Una cosa es perdonarte y volver a ser amigos y otra es que me dejes sin respiración así que mejor acepta mi mano con símbolo de paz.
-Está bien-le tomó la mano y luego la atrajo hacia su pecho- pero al menos déjame abrazarte,hace más de un año que no lo hacía.
-Ayer lo hicistes.
-Eso no cuenta.
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-¡PAPI!-gritó Alina saliendo del colegio.
-Princesa-La cargó en el aire. Eso era lo único que necesitaba en la vida para sentirse feliz, ver a su hija.
-¡¿Y mi sorpesa?!-preguntó Alina con una vocecita que hizo que a Mateo se le encogiera el corazón.
-Está aquí-le tendió la bolsa que traía en la mano.
La niña abrió la bolsa y consiguió un perrito de peluche.
-¿Te gusta?-desde hacía como dos minutos que se había quedado mirando el peluche.
-¡SIIII!-su grito o más bien chillido fue ensordecedor -Gracias
-¿Ahora que quieres hacer?-Le preguntó a su hija.
-No lo sé-dijo su hija mirando el peluche como si fuera a leer sus pensamientos.
-¿Qué te paece si primero vamos a almorzar y luego vamos por un helado?-le preguntó Mateo, a ella le gustó lo último así que asintió
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-Danna no quiero salir ahora- le decía Lucía a Danna que la acababa de llamar, Ángel su novio le acababa de cancelar como siempre y había acudido a su segunda opción, Lucía.
-Anda, podemos ver una película, hacemos lo que tu quieras pero no me quiero quedar en mi casa.
-¿No tienes trabajo hoy?
-Estoy de vacaciones.- Le respondió Danna.
-Ahh ya- Lucía trabajaba de forma independiente así que ella podía tener vacaciones cada vez que quisiera.
-Anda-Danna seguía insistiendo- Además tengo algo que puede interesarte.-Eso le llamó la atención a Lucía.
-¿Y qué es?
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Amor a prueba de balas
DiversosLucía Castillo es una ex policía que abondó su oficio, por ser acusada injustamente de un homicidio de alguien que no conocía. Perdió la credibilidad ante su familia, la confianza hacia los demás, pero ganó una ganas inmensas de proteger a su gente...