Capítulo 29: Desaparecida

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Le ayudó a Mateo a recostarse en su cama, para que desacansara, aunque sintiera lo que sintiera no lo podía dejar así. Aunque no podía negar que le resultara irónico que después de haberla rechazado por ser una asesina ahora dependiera de ella.

-No necesito de tu ayuda- gruñó Mateo.

-Mejor cállate, aquí no hay nadie que pueda defenderte.

-¿Me vas a matar?

-¿Para qué lo preguntas? si igual no vas a creer en mi.

-Por algo será ¿no?- ironizó.

-¡PAPÁ!- gritó Lucía desde el cuarto- ¡TRAEME ALCOHOL y ALGODONES!

-Déjame- Mateo intentó levantarse de la cama y su su intento fue frustrado por Lucía.


-Por el amor de Dios, cállate, te portas como un mieduca- se inclinó hacia él en tono amenzante- quizás si no me hubieras denunciado, no sentirías tanto miedo ¿no?

-¿Qué pasó?- le preguntó su padre al entrar en el cuarto con lo que Lucía le había pedido.

-El muy idiota se está desangrando- al ver la cara de su padre dejó de bromear- se le abrió la herida, yo no se coserle pero, aspiremos que el lo sepa.

-Aaaah- Abril se hizo notar a través de el monitor  y Lucía olvidó todo lo que tuviera que ver cono Mateo- encárgate tú, yo no tengo tiempo, tú- señaló a su padre- si intenta escapar noquéalo, ¡Ah!- se giró hacia Mateo- Dame tu  ropa para lavarla.

-No- respondió contundente.

-Préstale al menos una camisa- su padre asintió-Si no se la pones es cosa de él, aparentemente le gusta andar de cama en cama.

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Lucía terminó de alimentar a su bebé y la llevó a la cuna con mucho cuidado. Solo esperaba que Mateo estuviera dormido.

-¿Puedo cargarla?- preguntó sacándola de su deseo.

-Eh...no, está dormida- contestó ella friamente.

Mateo se levantó de la cama y se la quitó de los brazos.

-Veo que estás muy bien ¿no?

-Quiero cargar a mi hija- contestó tajante.

-¿Y a mi que me importa?oye, pero estás muy seguro de que ella es tu hija.

-Le hice los análisis, no me iba a quedar con la duda el resto de mi vida- la respuesta no le sorprendió a Lucía pero tampoco dejó de dolerle.

-Uhhhnnm, ya veo- contestó mirando hacia otro lado para que no viera cuanto le afectaba- y por eso crees que te voy a dejar que la veas.

-Mira- Mateo dejó a su hija en la cuna con mucho cuidado- tu podrás ser todo lo abogada que tu quieras pero no se te quita lo delincuente, ni lo asesina, ni lo prosti...- Lucía le soltó una cachetada que no le permitió culminar con lo que estaba diciendo.

-No sabes cuanto te odio- luchó por contener sus lágrimas pero por más que lo intentó su misión falló- yo te amaba a tal punto de cometer cualquier locura para que tu estuvieras bien, he sacrificado mi felicidad, he recibido humillaciones, malos tratos y abandono de tu parte por tu desconfianza, si crees que soy yo la causante de lo que les sucedió a ti y a Jéssica entonces no tienes nada más que hacer aquí, espero verte en los tribunales, porque yo a mi hija no te la voy a entregar en bandeja de plata, y si crees que me la puedes quitar entonces mírame a los ojos cuando te digo esto.... Primero muerta, escúchame bien, MUERTA, a que me quites a mi hija- escuchado eso Mateo se marchó con todo y el dolor de su herida, si así serían las cosas entonces ¿para qué cambiarle el rumbo?

Amor a prueba de balasWhere stories live. Discover now